Sé que se dice, que para gustos hay colores, pero en mi caso hay un único color, pues siempre me gustó todo lo malo, lo prohibido, lo que no debe hacerse, lo que es políticamente incorrecto, lo ajeno y lo propiamente impropio. Y sé que es una postura ante la vida, es un siempre buscar detrás de las cosas y saber lo que realmente se cuece. No es rebeldía, aunque tiene su parte, es curiosidad por saber que hay en el anverso.Ya desde pequeño me gustaba indagar en las conciencias y comportamientos humanos. Por ejemplo, porque un día hacía una cosa mal hecha y no me pasaba nada, una pequeña bronca y a seguir jugando. Y en cambio por el mismo hecho, otro día me caían una manada de hostias y todas por parte de mi madre, pues tenía una especial apetencia por darlas. Entonces siempre me pregunté el porqué, el porque un día, sí y el porqué otro día, no.
Y claro a base de observar se aprende a leer en los gestos y así veía las raíces del problema. Por eso llegué fácilmente a saber el posible estado de mi madre y ya sabía cuando me iban a llover las hostias y el caso es que llegué a dominar el tema y por tanto nunca fallaba. Tampoco es muy difícil hacerlo ahora, pero de pequeño si tenía su arte y tenía que buscar antecedentes del día anterior y recordar como habían estado mis padres, si se habían echado los trastos o no y también si hubo bronca con uno de mis hermanos, pues a mi madre siempre le quedaba la resaca y su resaca y al parecer sólo se curaba dando hostias a mansalva y a todo lo que se movía.
Y yo como precisamente no era un niño paradito, pues tenía todos los boletos para ganarme el premio. Y las hostias de mi madre no eran unas hostias cualquiera, eran unas buenas bofetadas, sonoras y espléndidas. Mi padre no, mi padre ejercía de padre de aquellos tiempos, el estaba para el plan B, por si el A fallaba y de éste último y como dije, se encargaba mi madre.O sea que mi padre sólo actuaba si era demandado por mi madre, pues no era menester ocuparse directamente de la educación de los hijos. De aquellas el mundo estaba hecho a base de hostias, hostias entre amigos y compañeros, hostias de tus padres, hostias de los curas del cole, y el mundo era una gran hostia, una gran hostia bendita.
Pues nada, que a ese mundo le fui cogiendo el gusto, el gusto a un mundo propio y donde no había leyes, ni normas, ni obligaciones, era mi mundo, mi mundo paralelo y en ese mundo lo que si entraba era todo lo malo, lo prohibido y todo lo incorrecto. Y tú, ¿con cual mundo te quedas?







