
Mi vida, mi muerte,
mi hora de la muerte...,
será a las 5 o será a las 6,
pero seguro que será de madrugada
y antes de que el Gallo cante,
aún habrá escarcha acariciando los campos
y los vahos de la noche humedecerán mi último aliento,
el Viento que hasta ese momento estaba calmo y sedado,
aparecerá de repente como un Huracán desatado,
y al mismo tiempo,
millones de estrellas fugaces cruzarán el firmamento,
y de telón de fondo y como corresponde a un marino en dique seco,
(que nunca lo fui pero que siempre lo quise ser)
las Olas removerán con furia la arena de playa,
será como una catarsis generalizada:
marea baja y muy baja y con un fuerte y denso olor a algas concentradas,
truenos enloquecidos por sus propios exabruptos,
tormentas de lluvia, viento y arena del desierto,
ciclones, volcanes encendidos que explotan de tanta rabia acumulada,
miles de cuervos negros volando en círculos de fuego,
barcos que naufragan porque en señal de duelo, se apagaron los faros,
lobos aullando sus propias maldiciones,
hombres lobo comiendo con ansia, carroña
y sangre y mucha sangre,
sangre a borbotones,
sangre salpicada que enturbia los ríos
que ensucia los Mares
y que mancha Océanos de agua y fuego.