PERDER DOS DÍAS (Obsesión postraumática)

Nada es motivo para hacerme perder dos días y eso es lo que he perdido después de la guardia de Sant Joan, que menuda pasada de guardia y como me suponía, bastante desagradable. Y lo que me cabrea es la resaca que me dejó de herencia, ¡dos días perdidos o casi dos días!. Como compensarlo, no creo que nada lo compense y como tampoco cobré nada especial, vamos lo de siempre y entra todo dentro de la nómina, pues desde ésta juro y perjuro, que no vuelvo a meterme en la boca del lobo, salvo que me toque por cojones, porque ésta vez lo hice voluntariamente (menudo gilipollas soy).

                                 Ya me considero lo suficientemente entrenado en los malos rollos, como para ir as buscarlos yo mismo o sea que de hacer el héroe nada de nada y de salvadores de vida, pues como que tampoco e insisto y digo voluntariamente. Antes dos días no me importaban demasiado y sólo me dedicaba a recuperarme  o a querer olvidar el marrón de turno y para eso tenía dos o tres días libres. En cambio ahora pienso que eso no compensa, que si no queda otro remedio, pues vale, pero ahora dos días para mí son días menos de vida. Pues después de la guardia me he quedado noqueado, como grogui, agotado fisica y mentalmente y eso no tiene precio, ni está pagado como debe, ni siquiera te pasan la mano por la espalda o te dan una sóla palabra de reconocimiento o sea que les den por el culo a todos.

                                 Menos mal que ayer me despaché escribiendo poesía y eso fué lo que me destapó. Ayer estaba espeso y todas las sensaciones eran densas, pero estaban ahí y desenredarlas fué un curre que no veas. Acabé extenuado y desfondado y hoy aún arrastro esas sensaciones espesas. La poesía fué mi tabla de salvación y el hilo conductor que me desenredó. Antes mi vía de liberación, después de una mala guardia, era las benzodiacepinas y el alcohol, todo un rebujadito para matar las penas. Pero de alivir nada, las penas no se emborrachan ni se dopan, las penas superviven a los ataques que tienen como meta dejarlas de lado.

                                Las penas y la angustia, hay que superarlas y para ello es imprescindible volver sobre el asunto que te atenaza y buscarle una salida y entonces poco a poco y con el paso del tiempo, te vas liberando. Y eso es lo que estoy haciendo ahora, soltar y liberar y sobre todo valorar de nuevo. Y veo que actué perfectamente (siempre queda algún fleco suelto, eso es ley de vida), y que de nuevo me tocó jugar con la vida ajena y de momento gané la batalla, mejor dicho la gané seguro, pero sigo pensando, ¿a cambio de qué?. Una vida ajena a cambio de dos días de mi vida, así planteado que remedio me queda inclinar la balanza a favor de la vida ajena. Pero es que a veces y aunque lo vea así, la duda me entra y me entra con más fuerza si esa contradición me la planteo porque yo quiero y eso es lo que no aguanto, la gratuidad de pasar un mal momento y que ese momento te marque un par de días más. Pero bueno, ya he liberado lo que llevaba dentro y ahora toca mirar hacia delante o sea que seguiré dando el coñazo con mis escritos. El que avisa no es traidor.

SOBRE MI TUMBA (Poema petitorio)

No pongais una lápida en mi tumba,
poned una cruz de hierro,
y un jarrón de flores recién cortadas,
y un vaso de agua,
cerca de mi boca seca,
 y sólo ponerlo, por si acaso,
por si acaso, en la otra vida,
hay desiertos entre los valles y las montañas,
o por si la lluvia es ácida,
y los acuíferos supuran ácido clohídrico,
y como broche final,
 cantadme un aleluya a la luz de la luna,
y bailar como posesos,
y hacedlo hasta las primeras luces del alba.

Y por favor, bailad sobre mi tumba,
regocijaos en mi despedida,
emborracharos de sentimientos,
y sobre todo enterneceros,
pues, la ternura fué mi lema en la vida,
y la ternura es la herencia que os dejo,
 y os dejo nada más, que esa palabra,
pero la lego con condiciones,
y si se habla de ella,
se hablará mostrándole respecto,
y el que quiera ser irreverente,
mejor que ni se acerque,
yo soy capaz de resucitar,
e irle directamente a su yugular.

Sobre mi tumba,
podreis comer, cenar y bailar un tango,
y si quereis aprovechar el calor de mis huesos,
hasta podeis dormir sobre ella,
pero sólo os pido una cosa,
que al iros dejeis plantado un jardín,
un pequeño y coqueto jardín,
que tenga geranios y azucenas,
hortensias y buganvillas,
tulipanes y jazmines,
y una madreselva que trepe la cruz de hierro,
y sobre mis pies una mata de rododendros,
que tengan la esencia del azahar y de la hierbabuena.

Después, por fin,
ya podeis dejarme descansar en paz,
no sin antes,
darme un beso a la altura de mi boca,
y dejar que el telón simplemente caiga,
un telón negro y lleno de plovo de estrellas,
ese mismo que me va a servir de abrigo,
para pasar las noches frías en la otra vida.

ME ABURRO POR AQUÍ, ME ABURRO POR ALLÁ...

  Me aburro por aquí, me aburro por allá, haciendo esto o lo otro me aburro igualmente. O sea me aburro por los cuatro costados y me siento ...