Yo sé, yo ahora sé que antes soñaba demasiado, que ahora también pero lo sé y además, quiero soñar todo lo que puedo y además, lo que me dejan y es que siempre he sido un soñador y la diferencia está en que antes, hace muchos años, yo soñaba en alto, es decir, me llegaba a creer casi todo lo que yo soñaba y claro, me llevaba palos ancestrales y al final, siempre me quedaba hecho polvo...y en cambio ahora, sueño cuando quiero y sé que sueño y sé que estoy soñando y que no me importa que me despierten y no me importa porque ahora pasa que también me acabó gustando la realidad. Y maticemos el tema y porque se va a entender muy mal y me gusta la realidad de esa manera un tanto especial, es decir me gusta su parte auténtica y sincera y por supuesto reniego de su parte más engañosa, cínica y podrida...pero en general y si tengo que pronunciarme sobre la vida, diré que me va muy bien y porque me gusta como es. Ahora la vida me parece más justa, pues se parece más a mí, es decir, tiene muchos fallos y otros muchos aciertos y si eso lo comparo conmigo es como estar diciéndome "tú también eres así". Y lo soy y tengo dos caras como las monedas y dos pensamientos y hasta un tercero, que normalmente dura muy poco, lo justo hasta que la moneda se queda con una cara.
Porque yo puedo tener muchas dudas y de hecho las tengo, pero también me exijo definiciones y decisiones y porque acabé muy harto de vivir en el limbo de la indefinición y de la indecisión y además, porque ahora disfruto tomando decisiones...es como si alguien me hubiera señalado ese camino y yo me subí a ese carro y ya nunca me he bajado. Y es que las cosas no son como son, las cosas son como las haces y porqué y como las haces y ese es el proceso de hacer las cosas y por eso, hay que hacer las cosas y disfrutar de ese proceso. Yo ahora, disfruto mojándome o decidiéndome y si meto la pata, me importa una mierda el tener que volver hacia atrás y así, empezar de nuevo. Ahora ya no tengo ese orgullo tan macho de que casi todo lo hago bien y de tener esa necesidad de enseñar mi pavoneo.
Y además, ahora me gusta y por encima de todo, la sinceridad y no me importan sus consecuencias y sean las que sean. Bueno, la verdad es que algunas si me importan y porque no soy ningún Toro de Miura, ni ningún superhéroe de película. Soy hombre y soy persona y como corresponde tengo mis puntos débiles y también, otras que son mis fortalezas y es que esa parte débil y fuerte me conforman como persona...pero el tema al que yo voy, es que soy flexible e inflexible o sea, me adapto si hay que adaptarse y no lo hago, si no merece la pena o si esa persona o situación me han defraudado y ahí, es donde noto que yo he cambiado y por eso, no me tomo la vida de aquella manera. Digamos que he ganado en cintura y en saber aceptar mejor las cosas, las cosas que van saliendo mal (claro está). Antes montaría un cisma y todo un congreso y ahora, no monto nada...ahora me digo, tío no tienes mucho tiempo (tengo 61 años) para tener demasiadas discusiones interiores y si ésta opción no fue la válida, tendré que buscarme la siguiente...y punto y pelota...y punto final.