Ahora que ya no estoy enamorado
(hace ya tiempo)
resulta que he descubierto que...
que yo odio al enamorado,
aclaro, no al enamoramiento,
si no al enamorado de turno,
con su berza monocolor,
con su empanada mental,
con su ceguera periférica,
con su pensamiento único,
con su egoísmo de ombligo,
con su falta de solidaridad,
con su hola cariño,
¡ayyyy! amoooor...
no me digas eso,
yo también te quiero,
y fuera de ahí,
no sabe decir nada más,
a su alrededor todo son estrellitas del cielo
y trucos de magia,
y es mencionar el nombre de la otra persona
y un largo suspiro....
y se lo ponen los ojos brillantes
como dos diamantes
y se lo vuelves a hacer otra vez,
y otro suspiro más y éste más largo que el anterior
conclusión
su estado mental es la obsesión pura y dura,
su estado físico es de suspirar todo el tiempo
y su debilidad
tiene un nombre propio
y que ésta vez
será mejor que no lo pronuncies
(sino habrá otra salva más de suspiros).

En mi... solo un sentimiento,
…¡querer!...
pero querer con la boca cerrada,
con un beso mudo,
con un abrazo en silencio,
con una lágrima sin agua,
con una caricia sin manos,
y con un verso recitado dentro de una burbuja de aire...
En mi solo caben cuatro palabras,
amor,
sentimiento,
solidaridad
y viento
y con ellas hago mi equipaje
para acabar esta larga marcha
(aunque insisto que a muchos nos parece muy corta)
esta larga marcha que se llama
¡vida!

A los 64
uno se desnuda
y nunca ante un espejo
la arruga es bella
salvo para los viejos.
Es de agradecer,
que a pesar del coronavirus,
repito...
es de agradecer ahora mismo...
la dulce caricia del sol,
suave, templado, brillante,
y yo casi dulcemente dormido,
sol en mis ojos
cierro persianas,
calor entrañable
casi las cierro del todo,
iba a decir como un bello durmiente,
pero yo de bello tengo poco,
más bien soy fácil y amoldable a lo que caiga,
si ella tiene ojos verdes
yo me los pinto de verde fluorescente,
si tiene algunos sueños rotos,
yo se los recojo del suelo
y después, se los pego,
mi especialidad es...
es construir mundos paralelos,
quieres estar un rato en Saturno
o en los anillos de Júpiter,
pues vamos ya
que va a salir la última nave espacial
o quieres vivir durante un rato
en un bosque encantado,
pues apura
que la magia del bosque
cierra a las 8 en punto
y no espera por nadie
o si prefieres un viaje astral
y por las veredas del universo
súbete a mi carro que es híbrido
y consume muy poco
y es más rápido que ese meteorito que acaba de pasar
y pronto estaremos asomados a un precipicio estelar,
al lado de un hermoso faro espacial,
cerca, muy cerca de una preciosa playa sin mar
y con otra luna,
habrá dos o tres lunas
y todas imperfectas
porque la belleza máxima de la luna,
está en su imperfección
por eso cuando ella no se siente segura,
cambia la cara de su fase lunar.

Dia 17 de confinamiento,
desde mi ventana abierta
escucho algunas voces humanas
y a un taladro dando por culo,
no hay coches a simple vista,
hay algunos gorriones que pían
y el molesto sonido de una moto toda loca,
de esas que llevan el tubo de escape para hacer ruido
y no sé el porqué no se han realizado estudios
a los señores que conducen esas motos,
seguramente si les realizáramos un TAC, veríamos:
Cerebro de mosquito
sobre el fondo oscuro del cráneo,
conglomerado de neuronas convertidas en papilla blanquecina,
carecen de línea media cerebral
porque su cerebro cabe en esa línea media,
yo en mis tiempos más locos, pensaba
o mejor dicho
disfrutaba pensando
en tener una escopeta de balines (no de balas)
y cada vez que pasara un descerebrado de éstos,
venga una perdigonada,
pero al mismo tiempo me volvía pragmático
y volvía a pensar...
alguien le tendrá quitar los perdigones del cuerpo,
y claro, pensaba en mi (soy médico)
y eso me cabreaba un huevo,
porque sacarle perdigones
a un tío que se merecía un bombardeo con bombas nucleares...
me sacaba de quicio
y me inundaba de mares de impotencia,
pero bueno,
estamos en el día 17 de confinamiento
y 'coño! parece que seguimos vivos.

¿Hablamos de muerte y de muertes?
o no se puede
y entonces sonreímos cuando estamos acojonados,
o hacemos que pasamos del tema
y es más, hasta nos fumamos un cigarrillo
y nos tomamos una copa de vino,
a la salud de los casi 1.000 muertos en el día de ayer,
1.000 menos
1.000 viejos menos
y yo entro en el posible recuento
o mejor dicho,
tengo 3 cartas en mi mano,
tengo 64 años,
soy diabético,
y soy hipertenso,
pero que conste en acta
que si tuviera 30 años y ninguna enfermedad,
estaría igualmente en la pomada,
yo a la muerte le muestro todo mis respectos
a veces la veo tan de cerca
que si estiro mis dedos la toco en la cara,
la veo en otros, de momento,
en esos otros que por sus circunstancias
se pasearon entre la vida y la muerte
y mi misión en éste asunto sería...
inclinar la balanza del lado vida,
(para eso, soy médico)
pero que vuelva a constar en acta,
que no siempre se consigue
y será porque la muerte ha tirado más fuerte.