Hay gente que es Cura sin serlo o sea no tiene los hábitos, pero tiene el mismo discurso metido en la cabeza. Y porque ya nacieron iluminados o se fueron iluminando por el camino o por las dos cosas, pero iluminados en plan corto y sólo bajo la luz de su propia linterna. Y es que además repiten el estribillo hasta que te entran ganas de suicidarte y venga con lo mismo y por si no enteraste, espera tío, que te lo repito. Y lo mejor de todo, es que piensan que dicen cosas interesantes y que aportan su sapiencia y la verdad, es que pienso que un grillo podía aportar mucho más.
Hay quién les llama, Mesiánicos y porque se sienten los mesías de la vida. Vamos que sin ellos no podríamos vivir. Y están tan convencidos que su discurso es tan auténtico, que se filtran sin ningún pudor por cualquier fisura y escriben en el Periódico, en el Facebook o hasta en el mundo de tus sueños y con tal de sentirse bien en su púlpito, nos arengan en plan bombardeo. Algunos los conozco personalmente y desde que los conocí, ya sé lo que es un castigo divino.

Plastas es poco, son pesados, obsesionados, ególatras, y lo peor de todo, es que piensan que los demás somos gilipollas redomados y por eso están ahí ellos, para enseñarnos el camino correcto. ¡Hijos míos!, de vuestra ignorancia no sois los culpables, los culpables son los que nos gobiernan y para eso tenemos que organizarnos y bla, bla, blá... Hasta yo me aburro escribiendo esto y yo les digo que sí, que nosotros no somos culpables de nada, pero para poder sobrevivir a esa tortura, pero yo por dentro pienso que no, que algo culpables seremos y porque sino no estaría el Gobierno que está y por muchas otras razones y que ahora no es momento de entrar. Bueno la cosa acaba de ésta manera, el tío desde el púlpito nos bendice y nos perdona, pero él se queda mosca y vuelve a subir al púlpito y repite el mismo discurso al pie de la letra...y así hasta que decidimos cortarnos las venas. Y amén.