
Mañana me toca currar y eso es lo que realmente importa o eso pensaba yo hasta hace poco. El curre estaba por encima de todo y cuando digo de todo, es de todo. Ahora pienso lo mismo, sólo que algo más matizado, pues sinceramente siento pasión por el escribir y por eso cuando curro me pongo prohibiciones. Prohibido el escribir y porque me apasiono tanto, que me olvido de que estoy currando y cuando veo a un paciente que necesita una ayuda o una mano para seguir viviendo, me quedo como perplejo.
Y todo porque yo sigo en mi historia, en la que estaba escribiendo y cuando veo al medio muerto que me mira con ojos de súplica y de por favor haz algo que la estoy espichando, me tengo que plantear, pero muy en serio, que hago en ese sitio y porque me ha tocado a mi la china de tener que insuflar vida a alguien a quién ni conozco. Además me digo para mis adentros, si yo estaba tranquilamente con mis asuntos de escritura y entonces: ¿qué hago aquí yo, si no soy médico?. Vamos que se me olvida hasta en lo que curro. Y eso es muy fuerte y sino estoy loco, pues lo parezco. Entonces, prohibido escribir cuando estoy currando y punto y pelota y no se hable más.