Pues que nada, que ya me despido, pues mañana tengo otra puta guardia de 24 horas y hay que madrugar por cojones. Y además a las 10 de la noche (ahora son las 8 de la tarde) tengo un partido de fútbol. De esos de ver en la sala de estar y al lado de la estufa de leña. Todo un derbi gallego, los dos equipos gallegos de primera división se enfrentan en un duelo aguerrido. ¡Joder!, que ya está bien de quejarse de lo que escribí hoy, que para un día amorfo y anodino que hay en el año, no estuvo tan mal la cosa, pues ya he escrito bastante y que no todos los días son iguales y además hoy estaba puesto en el calendario, que sería un día de ni fu, ni fa.Mañana me toca currar y eso es lo que realmente importa o eso pensaba yo hasta hace poco. El curre estaba por encima de todo y cuando digo de todo, es de todo. Ahora pienso lo mismo, sólo que algo más matizado, pues sinceramente siento pasión por el escribir y por eso cuando curro me pongo prohibiciones. Prohibido el escribir y porque me apasiono tanto, que me olvido de que estoy currando y cuando veo a un paciente que necesita una ayuda o una mano para seguir viviendo, me quedo como perplejo.
Y todo porque yo sigo en mi historia, en la que estaba escribiendo y cuando veo al medio muerto que me mira con ojos de súplica y de por favor haz algo que la estoy espichando, me tengo que plantear, pero muy en serio, que hago en ese sitio y porque me ha tocado a mi la china de tener que insuflar vida a alguien a quién ni conozco. Además me digo para mis adentros, si yo estaba tranquilamente con mis asuntos de escritura y entonces: ¿qué hago aquí yo, si no soy médico?. Vamos que se me olvida hasta en lo que curro. Y eso es muy fuerte y sino estoy loco, pues lo parezco. Entonces, prohibido escribir cuando estoy currando y punto y pelota y no se hable más.

