BUENAS NOCHES


 Que ya llegó la hora de cierre. Que buenas noches, que soñéis con los angelitos malos y más perversos de todo el infierno, que os tapéis bien el culo que por ahí entran los peores virus, que la almohada está para apoyar la cabeza y no para otras cosas guarras, que mañana será otro día y lloverá, nevará y saldrá el sol por donde siempre o sea por mi pueblo de Es Castell y justo sale por donde vienen todos los años los Reyes Magos (vienen en barco y a toda vela) y el primer sitio en donde paran, es el famoso Estanco del pueblo, pues allí reside el mayor friki del Mediterráneo. Si os acercáis por éste pueblo, no olvidaros de visitar su Estanco y ya en segundo lugar, su Puerto típical made in Mediterráneo. Os quedaréis flipados y es que todo es tan bucólico que hasta me entran ganas de llorar..., pero eso ya será otro día.

UN DÍA ME DIJISTE ADIÓS

 

Cuando cierro los ojos te siento a lo lejos
cuando los abro, sigues en la distancia
cuando te pienso, te veo venir
pero cuando te miro, ya no...
ya no, porque el viento te arrastró
ya no, porque la lluvia te mojó
y ya no, porque un día me dijiste adiós.

¡Que no se puede conectar!


 ¡Que no se puede conectar!, dice ésta mierda de aparato. ¿Y donde están los 300 felices megas que me habían prometido?. Internet y fibra ótica u óptica o mejor dicho, utópica. Nos venden mierdas que van más allá de la velocidad del sonido y pasa que cuando van como putas tortugas no es su problema, es problema de saturación de la puñetera fibra. Y no hay solución, pues el Estado pasa del tema y por tanto no hay organismo realmente eficaz y ponen y para hacer el paripé, a una OCU que da pena. ¿Qué pretenden?, ¿qué nos quejemos ante la ONU o ante la UNICEF?. Pues cuidado, que todo se andará...

¿AMOR?

Va y le llamaron amor. Amor, ¿qué significado tendrá?. El significado se supone y tal y como se suponen muchas otras cosas en la vida y ni Marx consiguió explicar el amor. Ni Marx, ni Dios, ni Mahoma, ni nadie. Por tanto nos quedamos con la palabra amor, porque a alguien se le ocurrió poner esa etiqueta a ese algo inexplicable, a ese viento que abre el estómago y te lo llena de mariposas, a esa dicha feliz y momentánea, a esa bendita contradicción entre la razón y lo mágico. Amor, es una palabra mágica, pero a su vez es una palabra un tanto desgastada de tanto uso indebido. Pero es la que tenemos para ponerle un nombre dereminado de algo que conocemos pero no sabemos qué es.

JULIO CORTÁZAR