Debería tratarme bien,
debería tratarme mejor,
con más cariño...con más suavidad si cabe,
y sobre todo, con más ternura,
que la tengo y que la tengo a raudales,
pero me cuesta tenerla todo el tiempo en alto y arriba de todo,
en esto, yo soy de momentos...
y puedo salir al ruedo toreando mis propios sentidos
y a veces el de los demás (todo hay que decirlo),
pero llegado un momento (que nunca sabré definir),
se me pone la vena humana y cálida
y la ternura invade mis añejas carnes
y me deshago como un helado al sol,
pero debe haber algo dentro de mi Cerebro que me limita
y me pone freno,
debe haber un enano que a los 5 minutos, me grita...
¡¡¡PARA!!!
y Yo ante órdenes superiores, siempre obedezco
(mentira, pero cuadraba todo muy bien),
pero en realidad, paro y paro en seco
y toda aquella dulzura que había en mi
se convierte en una bofetada seca y contundente sobre mis Neuronas,
que además, me dice...
o te espabilas Tú o te espabilo Yo
y entonces, se acabaron los 5 minutos.
VIDA tiene 4 letras,
BRUNO tiene 5 y como diría el Poeta...
Vida y Bruno no cuadran,
mejor dicho, no estrofan,
porque cuadrar... cuadran y además, se multiplican,
porque en mi el tema vida es obsesivo
y no sé que pasará cuando me esté muriendo,
puede que antes de morir os recite mi último Poema:
"Me muero y aún no estoy muerto pero lo estoy casi,
tengo gusanos que me crecen en la cuenca de mis Ojos,
y hay trozos de carne putrefactos en mis Intestinos
y hablo y se me escapa la Lengua
y grito y no me oigo
y además veo en cámara oscura
y porque todo se viste de negro
además, yo estoy vestido con mi traje de luto..."
y podía seguir escribiendo hasta el infinito,
pues me encanta la vida pero también me encanta la muerte,
quiero aclarar que si me dan a escoger,
me quedo con la vida en plan descarado
y que la muerte se vaya al carajo,
pero me temo que nunca nos darán a escoger
y que cuando escuchemos la marcha fúnebre
es que ya estamos dentro del ataúd
y para ser pasto de moscas y gusanos...
y no sigo escribiendo porque me voy a deprimir.
De arena soy,
de arena pegada a músculo y hueso
y unida a un precioso esqueleto que me recorre por dentro,
y además, subo y bajo,
me remonto y me precipito
pero siempre y siempre...
vuelvo a vivir,
claro que cuando llegue la muerte con su guadaña
me cortará por la raíz
y tendré el tiempo justo de decir:
y ¿como pude llegar hasta aquí?