INDIANOS (Microrelato)

                   
"Más se perdió en Cuba", aún hoy se usa ésta expresión, por lo que pienso que se debió perder mucho, pues a lo tonto ya pasó un siglo y sigue perdiéndose más en Cuba que todo lo que perdimos durante 100 años. Cuando pienso en Cuba y lo que se perdió en ella, y sobre todo en lo que perdieron algunos, me viene imágenes de eso casones de indianos, en esos casones con una mezcla de estilos un tanto indefinidos, pero tirando a cierto barroquismo, y es que todos tenían un sello común, el sello de los indianos.

                   A los de los personajillos que los habitaban, los veo manejarse como verdaderos esquizos: allí en sus propiedades de ultramar con látigo en ristre y aquí erguidos como una vela, con su orgullo mal disimulado. De esclavistas allí a señores poderosos acá. Eran personajes tan extraños que casi no se relacionaban, yo no recuerdo la cara de ningún indiano, recuerdo sus chozas ostentosas y sus cochazos deslumbrantes y claro, la presunción de sus riquezas. En realidad formaron una nueva clase social, una clase alta y marcada por la pasta, pero al mismo tiempo eran repudiados por el resto de la clase alta, la de aquí, la que tenía pedigrí. Y al mismo tiempo lo eran, no porque su dinero estuviera manchado con sangre esclava, si no por ser nuevos ricos, vamos que les faltaba abolengo y saberse de memoria el manual de buenas costumbres. Y por el otro lado, sufrían el desprecio de los demás mortales, de las clases medias y bajas, pues a estos si les importaba la procedencia de su dinero, aparte que ellos, los indianos, lo que más odiaban era relacionarse con la plebe.

                   Así que siempre se manejaron entre dos aguas, a unos, los despreciaban igual que a sus esclavos y a los otros, los envidiaban. Así que su único consuelo era la ostentación del dinero y el provocar envidia ajena. Ni ellos, ni sus hijos, ni toda su descendencia, se relacionaba con la plebe, la plebe para lo únicque le servía era como público para sus representaciones teatrales: sus paseos con sus mejores galas, el ir a misa con su mejor coche, comer en los restaurantes más caros, etc... . Se equivocaron en una cosa los indianos, en que se puede vivir a base de sacrificio, pero no se puede vivir a base de sacrificios ajenos y de esclavitudes para conseguir imperios, bueno se puede pero más tarde se pagará de una u otra manera. Después de ésta equivocación, vinieron las siguientes: el clasismo, la vanidad, el egoímo y la ostentación al por mayor. La ostentación del Indiano.

LLUEVE (Tontería)

  Hoy llueve y llueve, y llueve más que en Santiago de Compostela. Llueve a mares y nunca mejor dicho, pues yo vi las nubes en el mar y ví como se cargaban, como hacían una inmensa cortina sobre el mar y lo sucionaban. Yo lo ví, en una de esas veces en que visito al cielo. Lo hago 4 o 5 veces por mes y visito a dios y veo como le va el chiringuito que tiene montado y yo soy el encargado de supervisar a los recíen llegados. Mi misión consiste en revisar su impoluto expediente y si encuentro un pequeño desliz en su historial clínico, de una patada los envío al Infierno. Me encanta éste curre de controlador del cielo, me pone y con él me crezco, y me...y me....

                Al final de todos los aspirantes a quedarse en el cielo, quedan cuatro pringaos, digamos los más atontados, los que por no pecar se han descerebrado. Los demás todos están en la olla caliente del Averno, allí juntitos y calentitos. Y además pregunto, que se perdió en el cielo, si sólo hay cuatro gatos que se pasan el día rezando de rodillas y dorándole la píldora al dios del cielo. En cambio en el Infierno, es fiesta todo el día, hay bacanales, hay botellones y el alcohol corre a espuertas y el sexo es el que mantiene el ambiente caliente. Que más se puede pedir, a ver quien es el listo que me puede decir que al Infierno le falta algo. ¿Que le faltan ángeles?, pues no señor, allí abajo, hay ángeles del Infierno, con sus chupas de cuero negro y no con esas plumas de pájaro espino. ¿Que hace demasiado calor?, pues nada, tema solucionado, se abre la ventana de atrás, la ventana que dá al patio donde se cruzan todos los vientos y desde allí se mandan oleadas de calor a los humanos. O sea, ahora ya sabéis, porque se producen olas de calor, pues por eso porque el infierno de vez en cuando necesita ventilación. Así de sencillo.

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...