FIN DE AÑO EN OPORTO

  Noche de fin de año y ha sido una buena noche, pero, pero siempre te queda un toque nostálgico. Hay algo en la trastienda de tus recuerdos que hoy tienen necesidad de salir a relucir. Normal en una noche tan señalada y en la que tantas vivencias has tenido. Te pasan recuerdos a la velocidad de la luz, uno tras otro y en una secuencia demoníaca. Pero ahora me vino a la cabeza uno de mis mejores fin de año, no sé si el mejor, pero de los que están en la lista de los 40 principales.

Recuerdo que nos fuímos tres amigos del  alma, de aquellas pensaba que éramos amigos del alma, hoy en día, somos polvo del camino (al pan, pan y al vino, vino). Pero vamos a lo que vamos, los tres somos de Vigo, nuestra ciudad natal y casi siempre quedábamos por éstas fechas para vernos, pues ya andaba cada uno en una esquina geográfica distinta y distante. Pues no sé si fue el día anterior en que se nos ocurrió, el plan de celebrar el fin de año en Oporto, ciudad maravillosa y preciosa, aunque de aquellas tenía un cierto halo a ciudad triste, como si fuera una ciudad preciosa pero un tanto apagada.
Pues allí nos fuímos y dormimos por el camino y en una playa cualquiera de ese Portugal tan espléndido. Me encanta Portugal me encanta su gente, su comida, sus horarios, su amabilidad y su paciencia. Había que tener paciencia con los "españolitos" que viajaban por ella. Una prepotencia, un estar por encima, una arrogancia y una falta de respecto, que aún ahora me sonrojo del comportamiento de los "españolitos". Nosotros como somos de Vigo y lindamos casi con Portugal, lo conocemos de toda la vida y son nuestros vecinos, además de amigos y nos une mucho más que nos desune, así que ¡viva Portugal! y punto.

Bueno pues prosigamos, mal dormimos en aquella playa atlántica, pues no llevábamos nada de abrigo. Bueno si, la cogorza que llevábamos encima y con la que ya habíamos salido y después de una noche de marcha por Vigo. Y por eso nos dormimos calentitos y como tres bebés, pero al cabo de hora y media, estábamos  congelados y ateridos de frío. Así que tuvimos que seguir el camino y ya nos plantamos en nuestro entrañable Oporto. Cogimos una pensión que pa que contaros ( y por eso, no os lo cuento) y fuímos a las famosas Bodegas a saborear sus exquisitos caldos de rico vino de Oporto. Creo que por la tarde dormimos un poco en la pensión de mala muerte y ya nos dirigimos a cenar.
Cenamos y nos fuimos a la ribera del río Duero o Doiro, como se prefiera y allí y al compás de las campanadas, nos comimos las 12 uvas, pero que en éste caso, eran 12 hongos, 12 hongos alucinógenos y uno tras otro. Después de esto, los recuerdos que tengo son todos difusos y un tanto deformados y un poco psicodélicos. Pero  las pocas sensaciones que aún conservo de esa noche, es que fue una noche alucinante y nunca mejor dicho, alucinamos con las mariposas de colores.
Recuerdo una discoteca en la parte pija de Oporto y donde bailamos como auténticos locos enfurecidos y como fuimos abriendo hueco entre los tres y en aquella pista de baile  que estaba petada a tope, pero debido a nuestros aspavientos y movimientos espasmódicos, los pijos se asustaban y nos quedábamos con media pista y sólo para nosotros. Al final no sé si nos echaron a patadas, que es lo más probable o nos fuimos por nuestro pie y a trompicones. También me acuerdo de estar en el puerto y ver un viejo barco mercante encallado y después tengo un velo oscuro y tan oscuro en mi memoria.
 Me pregunto aún ahora, el como coño llegamos a la pensión. Se puede resumir como una noche mágica y alucinógena. Cuando pienso que 12 hongos y todos del tirón, pienso que yo sigo vivo porque dios lo ha querido y no hay otra explicación. Al día siguiente volvimos a Vigo echos papilla y  resacosos como piojos y uno, que no yo, llegó con un gripazo que no veas. Pero lo realmente importante, es que los tres sobrevivimos y eso sí, eso sí que tiene mérito.




  

MI FOBIA

 Mi fobia particular es a las serpientes, a las serpientes y culebras y es FOBIA, pues no me enfrento a ellas, simplemente me escapo, pero lo hago con una buena carga de angustia y de profusos sudores fríos. Primero, me quedo paralizado y como si me cayera un rayo encima del cráneo y después, solo pienso en la huída de por donde puedo escapar mejor. Ya de chaval le tenía dentera y en mi casa, la que estaba cerca de la playa de Vigo (playa de Samil), había zonas de campo que casi no pisaba nadie, zonas donde crecía la hierba a su libre albedrío y de la peor manera posible. Y yo sabía que ese era el terreno perfecto para que por allí se arastraran todo tipo de serpientes.

 Después me enseñaron a diferenciar las víboras de las culebras y me quedé con la copla de sus diferencias: que si una tenía la cabeza triangular y la otra más redonda y bla, bla, blá. Pero la teoría nunca me dio tiempo a aplicarla, pues delante de una cosa que se arrastraba por el suelo, era incapaz de ponerme a analizar el como coño tenía su puta cabeza, como dije, me quedaba paralizado y ciego y cagado de miedo.
 Después y mucho más tarde y cuando iba de acampada las pasaba canutas cuando tenía que cagar. Pues cagar de campo tiene su cosa, y como estás en el puto campo alguna hierba siempre te tiene que tocar el culo. Y cuando me tocaba una hierba, pensaba que era una serpiente o víbora y entonces, saltaba por los aires como un resorte y adiós cagada. O sea, que de cagar en las acampadas nada de nada, de hecho yo procuraba que las acampadas no pasaran de 7 días. Creo que fue lo máximo que aguanté sin cagar nada. O sea que empezaba la acampada ligero como una pluma y la acababa como si estuviera embarazado de 7 meses o de 7 días.


 


YO...

 Yo...
que estaba dotado de armas contra todos los temores,
Yo...
que me sentía un ángel vengador
y a la vez, un alma en pena.
Ahora... 
que vivo dentro de mi universo
me veo en mi propio espejo
y parezco que acabo de salir de la niebla matutina,
mi poco pelo lo tengo gris y blanco,
mi piel es pálida como la leche,
mis ojos están cubiertos de legañas
y mis ideas se han oxidado por falta de uso
y también, por exceso de humedad.
Y Yo...
que vivía pensando que después de tí,
se acababa el mundo y vendría la nada,
me acabo de dar cuenta,
que después de tí vino la nada,
pero después del después...
vino una época floreciente,
vino el esplendor del renacer,
vino el mejor amanecer que he tenido en mi vida
y ahora mismo
estoy disfrutando de él..






SÁBADO SABADETE...

 Sábado sabadete...camisa nueva y no habrá polvete (como siempre y sin excepción se cumple la norma).  Hoy lo que habrá es el poder disfrutar de los dulces recuerdos del ayer y más estando en plenas navidades, donde todos nos ponemos un poco ñoñas. Hoy es día de calma casi absoluta después de la tempestad de ayer y como no podía ser de otra manera, me tocó volar (guardia de avión). No tuve nada en todo el día y cuando estaba listo, preparado y vestido para la ocasión de la cena de navidad de trabajo, sonó el puto teléfono de los cojones y el consabido "oiga doctor tiene que realizar un vuelo urgente" y el doctor (que al parecer, soy yo) se tuvo que vestir de romano y en consecuencia, joderse la cena de navidad. Pero bueno, eran las 20 horas pasadas y soplaba un viento impresionante. Mi compañero enfermero y yo, nos quedamos sin cena de navidad....pero lo peor no era eso y lo peor era que el viento bramaba con inusitada fuerza y como si estuviera avisándonos de lo que iba a pasar y lo que iba a pasar, es que aquél cacharro volador se movió como una cafetera desajustada que iba de lado a lado y de popa a estribor y pasando por babor y con resultado final, de mucho pavor por nuestra parte y tanto pavor que cuando estábamos en el medio de aquél puto baile macabro, a mí me dió por darle la mano a mi amigo y enfermero y al tiempo que le decía y a modo de despedida definitiva... "me ha encantado haberte conocido". 

Pero no, aquello se tambaleó como un avión herido de muerte y por fin haciéndose el remolón, cogió la pista de aterrizaje pero dando grandes saltos de cabra. Y al final, tuve que pellizcarme un poquito y para así comprobar que seguía vivo. Menos mal que los pilotos eran de los buenos y mejores...pero en el viaje de ida al paciente le dio por vomitar y así tuvimos un vuelo al completo: meneo bestial de cafetera destartalada, los sube y baja de montaña rusa y como guinda del pastel, unos entrañables vómitos. Y eso fue nuestra verdadera cena de navidad y para que después digan que en navidades no se puede disfrutar.
Algunos son capaces de volar sin alas y son alienígenas extraterrestres. A otros les da por celebrar la navidad a bordo de una avión en medio de una tormenta y por fin a otros, les da por llorar como niños enrabietados que no encuentran consuelo y es que en estos momentos y a través de mi ventana abierta a la vida, estoy escuchando el llanto enrabietado de un niño que no sé ni como puede ni respirar. Pulmones tiene el niño y cuerdas vocales portentosas y una rabia ingobernable que demuestra que pocas veces la rabia es razonable. Bueno, pues en definitiva la cuestión o la verdadera cuestión que nos atañe, es que yo sigo vivo y coleando y por tanto, no sabéis como me alegro de que os pueda seguir dando el puto coñazo...

Y volviendo a lo del principio de éste infumable panfleto...lo del polvete, no va a ser. Lo del polvete es un asunto que está en período de extinción y está contemplado por mi parte como una de la especies protegidas en estado de ser extinguidas...
 y hubo, pero ya no hay,
y hubo en las antípodas de otros tiempos,
hubo noches intensas e intensivas,
hubo mañanas al sol de la ventana,
hubo tardes infinitas
y hubo madrugadas enrollados entre las sábanas
y que a la mañana siguiente
hubo que poner a lavar...




PARTE DEL VIENTO

 Yo no puedo ser piedra
y hacerme el duro y el ausente.
Yo quiero ser parte del viento,
a veces, 
procuro mirarme en el mar de mi propia calma,
otras veces, 
deseo agitar los cuatro mares al mismo tiempo
y así, naufragar rodeado de olas gigantes...
Y cuando nadie me ve
descubro que no me entiendo,
me miro en el espejo de mi alma
y me veo hueco y me siento vacío e indiferente
y entonces, por fin comprendo,
que yo no soy piedra,
pero que me falta mucho para ser parte del viento...




ANTONIO VEGA (Lucha de Gigantes)




 

¿SERÉ YO TAN DIFERENTE?

 

Hoy volviendo hacia mi casa y después de una comida al mediodía más que sudada, pero ante todo lo que hubo que poner buena cara y mantener el tipo aunque fuera tambaleándose un poquito y porque se lo merece uno de mis hijos (era el cumpleaños de mi hijo pequeño). Pues eso, estaba llegando a mi casa y no sé porqué levanté la vista del suelo o de lo que tenía delante de mis narices y me fijé que en un balcón de una casa cualquiera, había una pizarra pequeña que llevaba escrito lo siguiente: "Yo amo el verano". Y cuando lo estaba leyendo me afloraron más cataratas de sudores. El termómetro del coche, marcaban cerca de 40º y había que sumar un grado de humedad del 80% y que ese grado de humedad está en contra de toda vida humana y natural.
Y yo pensando ¿cómo esa persona o niño o lo que sea, puede amar el verano?...por lo menos el verano de éstas tierras húmedas. A lo mejor no es persona y tiene una parte humana y otra parte es de sirena y en definitiva se pasa el día metida en agua de mar (pero cuidado, que el agua del mar está a 31 grados). Puede que sí y puede que no o puede que simplemente esa persona sea así de simple y está encantada de que le suden hasta los golondrinos que lleva colgando de sus sobacos. No sé porqué, pero parto de que es mujer y quizá sea por el tipo de letra, más redondeada y más sosegada y más bucólica. Los hombres somos más agresivos en todo y por eso escribimos pensando que tenemos mejor letra que el otro, que su tipo de letra es una mierda pinchada a un palo y que en cambio, la tuya, es cuasi pluscuámperfecta.
El balcón mencionado era como para no perdérselo. La consabida pizarra con su frasecita famosa, unas cuantas flores resecas demasiado tiesas y abandonadas y por supuesto, no regadas como se merecen y unas cuantas cerámicas (3 o 4) que simbolizaban a diversos bichos que son frecuentes por éstas tierras (una lagartija, un caballo y puede que una vaca o algo parecido). O sea, el balcón ideal en el que yo estuve pensando siempre.
¿Seré yo tan diferente a todo? o ¿serán los demás los que no se parecen a mi?.
Y hasta puede que mi visión de la vida sea demasiado apocalíptica





























F.G. LORCA

 El sueño va sobre el tiempo

flotando como un velero.

Nadie puede abrir semillas

en el corazón del sueño.




Luis García Montero

 "Ten paciencia conmigo.
Porque el mundo es así, y vengo herido,
ten paciencia conmigo”.




LA SECTA DE LOS QUE ODIAMOS EL VERANO

 El viento paró y todo ha tomado un tinte de tormenta atormentada con insondables negruras siempre amenazantes y que pueden durar todo el puto Verano que nos queda por sufrir. El tema es...es joder y su deporte es joder y su entretenimiento es joder y hasta que te suden los huevos en plan catarata y aún así, seguirá jodiendo. Y mira que hago lo posible por olvidarme del tema, pero en cuanto el sudor me empieza a caer a gotas, cada gota es un recordatorio de que me tengo que cagar en el tiempo que hace en cada puto verano de mi vida. Verano asesino de mierda. El otro día leí un artículo en una revista que versaba sobre las personas que odian el Verano. Yo soy una de ellas y me añado a su secta llena de odio, rabia y venganza. Decía que había currantes que estaban hasta las narices de tener que currar a destajo en pleno verano. Mayoritario era el sector de hostelería que tenía que servir al puto turismo que a su vez, viene a pasar calor, entre otras cosas. Y claro, con más razón si eran cocineros metidos en el agujero oscuro y lúgubre de su cocina sin ventilar y sin airear, además, de estar toda pegajosa de grasa asquerosa.

Yo veo casi todos los días a un vecino a primera hora de la mañana hiendo a currar de cocinero, que de mañana aún tiene un pase, pero cuando lo veo a las 4 o 5 de la tarde volviendo del curre y con el calor que hace a esa hora, me entran unas ganas de llorar alucinantes. Yo le digo... ¡ánimo! (por mis adentros) y como si esa palabra de ánimo para algo sirviera. Pero se lo tengo que decir igualmente. Me parece lo más humano y porque no puedo decirle: ¡no vayas a currar!. Poder... puedo, pero creo que no es el caso, ni la frase apropiada para uno que sabe que tiene que ir a currar por cojones si quiere comer el próximo mes (como todos los que curramos). Pero no todos curramos dentro de un puto horno. Después salía un tío de Málaga que hacía Sardinas al espeto y claro, eso en Verano significa currar a más de 50 grados de temperatura. Y aclaraba que para él, el verano empezaba en Noviembre y que duraba hasta poco antes de la Semana Santa, después ya empezaba la temporada de sudar. Claro que el chiringuito para el que curraba, era de su hijo y entre ellos, supongo que se entenderían y cuando así es, el agobiante calor nunca es para tanto y porque al parecer, la pasta hace milagros.

Por último salía una catalana que vivía al lado de la Sagrada Familia en Barcelona y que en resumen decía: "Esto ya no es un barrio, es un parque temático. Si no te apartas de la acera, te arrollan los turistas", Vivir frente a la Sagrada Familia ha dejado de ser un lujo para convertirse en una amenaza. "No puedo disfrutar de mi terraza en los mejores meses del año. Los gritos de los guías me lo impiden".
Pobrecita la tiparraca...
Pero ese es el turismo de masas que convierte a una ciudad en una puta cloaca.
Los gritos de los guías me lo impiden...decía la pava...
Ella que vivía en el centro centro de la ciudad y pensando que su piso con vistas a la Sagrada Familia era una gran inversión...pues pasa que ella puso su granito de arena para que acudieran en masa los guiris (seguro que sí) y no se estaba dando cuenta que los guiris masificados son una lacra social que acabará destruyéndolo todo. Se comerá ciudades enteras, los más hermosos paisajes, las más bonitas y exquisitas Islas (como la mía) y los casi únicos beneficiados serán los que dan de comer (y beber) a la marabunta de guiris todo carne con ojos, los mismos propietarios que tienen aparte de sus trabajadores a más de 50 grados a la sombra y explotados a conciencia de 12 a 14 horas al día.
Esto es el puto turismo y sus consecuencias...
Y el resto, son coñas marineras.



 

CRISTINA PERI ROSSI

 

Uno aprende que lo imprescindible
no eran los libros
no eran los discos
no eran los gatos
no eran los paraísos en flor
derramándose en las aceras
ni siquiera la luna grande -blanca-
en las ventanas
no era el mar arribando
su rumia rompedora en el malecón
ni los amigos que ya no se ven
ni las calles de la infancia
ni aquel bar donde hacíamos el amor con la mirada.
Lo imprescindible era otra cosa.
















IDA Y VUELTA (Amalia Buatista)


 

MANUEL VICENT

 

JULIO CORTÁZAR