Yo sigo aquí y aquí militando a lo loco y creo que nunca he militado tanto y eso, que en mis viejos tiempos de revolucionario, militaba casi todo el día. Pero digamos que con tantas ganas y con tanta ilusión, nunca he militado. Y yo milito escribiendo y porque tengo ganas y porque me siento con ese deber, pero sobre todo, porque quiero y porque me dejan. Es decir, no tengo tanto tiempo, pero yo exprimo el tiempo y lo ordeño y le saco su mejor leche y además, si me queda un resquicio de tiempo, ahí estoy yo y mi espada de hierro fundido, que es más o menos de lo que está hecho éste portátil que tengo entre mis manos.
La cuestión es ser rápido y eficaz, la cuestión es ser sensible y que los receptores funcionen. Y es que no se puede escribir si estás cerrado al mundo y metido en tú puta cueva y hay que salir a la calle y recoger información. Y no es que por la calle la gente te aborde y te llene de ideas y más en éste pueblo medio muerto y en donde solo están llenos los bares, pero sí pasa, que las historias también salen a pasear y de vez en cuando te tropiezas con la una o con la otra y como se dice, entonces vas haciendo una selección.
Yo antes me tropecé con tres viejos yonquis ya desdentados, pero de los antiguos yonquis o sea, delgados y enjutos y fibrosos de no comer y estaban los tres en pleno brote o sea, hablaban atropeyándose mutuamente de quedar en 10 o 5 minutos y no más y en tal caso, mucho menos y es que eso supone demasiado tiempo extra o tiempo de espera para un yonqui, bueno lo supone antes de colocarse y porque después, si que no le importa que sean 10 minutos o que sean 10 horas y para que después también se diga, que el tiempo no es relativo y como veis aquí, la única frontera que hay, es la frontera de estar colocado o no. Claro que ahora no abundan como en mis viejos tiempos y porque la brisa del mar los fue cubriendo de capas de salitre y de VIH.
La cuestión es ser rápido y eficaz, la cuestión es ser sensible y que los receptores funcionen. Y es que no se puede escribir si estás cerrado al mundo y metido en tú puta cueva y hay que salir a la calle y recoger información. Y no es que por la calle la gente te aborde y te llene de ideas y más en éste pueblo medio muerto y en donde solo están llenos los bares, pero sí pasa, que las historias también salen a pasear y de vez en cuando te tropiezas con la una o con la otra y como se dice, entonces vas haciendo una selección.
Yo antes me tropecé con tres viejos yonquis ya desdentados, pero de los antiguos yonquis o sea, delgados y enjutos y fibrosos de no comer y estaban los tres en pleno brote o sea, hablaban atropeyándose mutuamente de quedar en 10 o 5 minutos y no más y en tal caso, mucho menos y es que eso supone demasiado tiempo extra o tiempo de espera para un yonqui, bueno lo supone antes de colocarse y porque después, si que no le importa que sean 10 minutos o que sean 10 horas y para que después también se diga, que el tiempo no es relativo y como veis aquí, la única frontera que hay, es la frontera de estar colocado o no. Claro que ahora no abundan como en mis viejos tiempos y porque la brisa del mar los fue cubriendo de capas de salitre y de VIH.