CAPAS DE SALITRE

Yo sigo aquí y aquí militando a lo loco y creo que nunca he militado tanto y eso, que en mis viejos tiempos de revolucionario, militaba casi todo el día. Pero digamos que con tantas ganas y  con tanta ilusión, nunca he militado. Y yo milito escribiendo y porque tengo ganas y porque me siento con ese deber, pero sobre todo, porque quiero y porque me dejan. Es decir, no tengo tanto tiempo, pero yo exprimo el tiempo y lo ordeño y le saco su mejor leche y además, si me queda un resquicio de tiempo, ahí estoy yo y mi espada de hierro fundido, que es más o menos de lo que está hecho éste portátil que tengo entre mis manos.

La cuestión es ser rápido y eficaz, la cuestión es ser sensible y que los receptores funcionen. Y es que no se puede escribir si estás cerrado al mundo y metido en tú puta cueva y hay que salir a la calle y recoger información. Y no es que por la calle la gente te aborde y te llene de ideas y más en éste pueblo medio muerto y en donde solo están llenos los bares, pero sí pasa, que las historias también salen a pasear y de vez en cuando te tropiezas con la una o con la otra y como se dice, entonces vas haciendo una selección.

Yo antes me tropecé con tres viejos yonquis ya desdentados, pero de los antiguos yonquis o sea, delgados y enjutos y fibrosos de no comer y estaban los tres en pleno brote o sea, hablaban atropeyándose mutuamente de quedar en 10 o 5 minutos y no más y en tal caso, mucho menos y es que eso supone demasiado tiempo extra o tiempo de espera para un yonqui, bueno lo supone antes de colocarse y porque después, si que no le importa que sean 10 minutos o que sean 10 horas y para que después también se diga, que el tiempo no es relativo y como veis aquí, la única frontera que hay, es la frontera de estar colocado o no. Claro que ahora no abundan como en mis viejos tiempos y porque la brisa del mar los fue cubriendo de capas de salitre y de VIH.

¡PASIÓN! (Poema)

Te conocí por un soplo de viento
o porque llovía dentro de mi,
te conocí en un día o en una noche de rayos,
y porque de aquella tormenta quedó éste temporal,
y es que te conocí entre letras y palabras,
y entre los bellos versos que te escribí...
porque la belleza se tiene o se encuentra
y yo la encontré y eso que era un día más
o un día menos, pero ¿qué más da?,
porque te conocí y te reconocí...
pues hay personas que conoces del más allá
o que vienen, como yo, de otra dimensión
y allí fue...y allí fue, donde te cogí de la mano
y para saltar juntos sobre el agujero negro
que se llama, ¡PASIÓN!.

LA COCINA Y LA VIDA

El día avanza y menos mal que avanza y porque yo me quedado traspuesto a las 2 de la tarde y ¡atontado de mierda!, ahora son las 6 de la tarde y el problema que tengo de verdad, es que no se como llenar los espacios del tiempo, es decir, no sé como llenar las horas con contenido. Y puede y solo puede, que hoy no esté para escribir y porque tengo una especie de ansia que me come o me carcome por mis adentros y entonces a la mínima se me va de mi chaveta y el alma también se me va detrás. Y no es que tenga carencia de ideas, al revés, las ideas brotan como manantiales desbordados, pero me falta ese punto y que se llama, seguir la idea inicial. Es decir, voy botando de idea en idea y cuando empiezo a adentrarme en una, ya estoy pensando en la otra.

Tampoco pasa nada y como dicen algunos, hoy tendré un día disperso. Y es que hay días que son así y porque me puede el ansia y las ganas de comerme la vida y bueno, también tengo ganas de comerme otras cosas, pero no pienso ponerme en plan guarrete de viejo salido. Porque a mi lo que realmente me puede es el amor y ahí, si que estoy jodido y bien jodido y ahí, me pongo asquerosamente blandengue o blandito y que no sé que es peor, si ponerme blandito de grimoso o blandengue de merengue. Y hoy ante todo, estamos en un día de amor y por eso salen los coranzitos estallando de amor.

Pues lo dicho al principio, el día avanza y yo me quedé a las 2 de la tarde y eso que no comí empanada de berberechos, que es la empanada más famosa y glamurosa de mi tierra gallega, bueno no, también está la empanada de xoubiñas, que son pequeñas sardinas que se comen con espinas. y es que hoy comí sepia con arroz negro y feita por mín y por mis manos. Y quietos y que nadie piense que soy un cocinitas y porque no lo soy y porque sino tampoco pasaría nada, pero como no lo soy y cocino porque tengo que cocinar y ¡qué remedio!, me jode que se me confunda con un Master Chef de la vida y porque eso marca y después la gente te envía correos con recetas y consejos de como se debe cocinar mejor.

ESCLAVOS

Bueno, pues ya estamos en Domingo y ya ha pasado el Antroido (en gallego) o los carnavales (en el resto del mundo) y bueno, parece que vamos derechitos hacia la Semana Santa, que de Santa solo tiene el nombre y a cuatro capiruchos descontrolados. Y como todo en la vida, o la crees o no la crees y es que la creencias siempre giran sobre lo mismo y o crees o no crees y no vale el creer a medias o solo en las noches de luna llena. Y para hacer las payasadas que hacen en Semana Santa hay que creer en plan ciego y patético, pero no voy hacer escarnio sobre el tema y porque los humanos siempre fuimos y somos así y a unos les da por la religión en plan masoca y a otros, les da por hacer desfiles militares y exhibiendo sus galones de guerra.

Y si por un minuto fuéramos capaces de vernos desde la distancia sideral y a años luz de nosotros mismos, seguro que alucinaríamos a colores y porque mira que somos bichos raros. Y es que somos los reyes de la Tierra y en cambio necesitamos cubrirnos de símbolos y adoraciones a alguien superior a nosotros y en Semana Santa tenemos que desfilar haciendo méritos ante él o ella (La Virgen) y para demostrar quién es el más creyente de la tierra. Y no señor, no podemos quedarnos tranquilamente en casa y por ejemplo tejiendo bonitas y entrañables bufandas, no señor, hay que ponerse el capirucho en la cabeza y desfilar como hace el Ku Kux Klan.

Y el verdadero problema está, en que hay que hacerlo año tras año y las Hermandades de la sangre bendita y fresca y que gotea de Cristo bendito y de la Virgen purísima y madre del amor hermoso, tiene que desfilar haciendo culto a esas cuatro estatuas de yeso mal pintadas. Es que ya sólo por los nombres tan largos, empalagosos y ridículos, debía estar prohibida la Semana Santa, pero para que no penséis que soy un Talibán descreído, yo les dejaría un recinto a modo de feria y para que dieran vueltas y vueltas con sus santos y vírgenes, pues ahí, si que no harían daño a nadie o lo harían a muy pocos. Pero no, ellos quieren demostrar su poderío, ellos necesitan mostrar orgullosos su estupidez humana y sobre todo, demostrar y una vez más, que parte de los humanos siguen siendo esclavos (algunos le llaman esclavos de Cristo).

JULIO CORTÁZAR