Lo que quieras decir, me lo dices,
lo que quieras hablar, no me lo digas,
decir no es hablar
y hablar no es decir,
porque a veces se dicen cosas con los gestos
o con los ojos... que no hablan pero que dicen cosas...
y hay tantas cosas que dicen pero que no hablan,
que se me hace difícil inundarme de tantos ejemplos,
de todas formas yo no soy mucho de ejemplos ejemplares,
yo pienso y después, lo digo
y quién me quiera entender bienvenido sea a mi Selva,
yo os presento y os enseño el decorado de mi Selva,
pero que nadie se llevé un engaño,
yo solo hago eso, presento y punto
y el resto ya depende de vosotros mismos
y de vuestra interacción con mi Selva,
más no puedo hacer,
de las persona sé cosas
de mis historias sé otras cosas,
de mi sé otras muchas
y de todo ese batiburrillo tiene que salir algo más,
algo más que decir cosas sin sentido
o de querer amar y hasta las trancas
o de soñar entre mundos paralelos,
en fin, que hoy no es el día de autos,
hoy el muerto yace muerto, además de asesinado
y porque me da igual, quién lo haya matado o asesinado,
yo no soy el médico forense que calcula la hora de su muerte,
soy más bien lo contrario
y si veo un soplo de vida en el incipiente cadáver,
mi deber como médico, es insuflarle vida
y anotar el día y hora, de su resurrección,
cosa que muy pocas veces, pasa...
lo que quieras hablar, no me lo digas,
decir no es hablar
y hablar no es decir,
porque a veces se dicen cosas con los gestos
o con los ojos... que no hablan pero que dicen cosas...
y hay tantas cosas que dicen pero que no hablan,
que se me hace difícil inundarme de tantos ejemplos,
de todas formas yo no soy mucho de ejemplos ejemplares,
yo pienso y después, lo digo
y quién me quiera entender bienvenido sea a mi Selva,
yo os presento y os enseño el decorado de mi Selva,
pero que nadie se llevé un engaño,
yo solo hago eso, presento y punto
y el resto ya depende de vosotros mismos
y de vuestra interacción con mi Selva,
más no puedo hacer,
de las persona sé cosas
de mis historias sé otras cosas,
de mi sé otras muchas
y de todo ese batiburrillo tiene que salir algo más,
algo más que decir cosas sin sentido
o de querer amar y hasta las trancas
o de soñar entre mundos paralelos,
en fin, que hoy no es el día de autos,
hoy el muerto yace muerto, además de asesinado
y porque me da igual, quién lo haya matado o asesinado,
yo no soy el médico forense que calcula la hora de su muerte,
soy más bien lo contrario
y si veo un soplo de vida en el incipiente cadáver,
mi deber como médico, es insuflarle vida
y anotar el día y hora, de su resurrección,
cosa que muy pocas veces, pasa...