
Como hoy soy incapaz de escribir,
pues que escriban otros por mi,
que salgan del fondo del armario
todos esos escritores frustrados que pululan por
ahí...
aunque todo hay que decirlo...
yo soy uno de ellos,
lo único que me diferencia es que yo no vivo de ese cuento
(lo digo, con todo el respeto del mundo)
yo vivo de la medicina y de sus aledaños
y ni un penique recibo por lo que escribo,
ni un beso,
ni un abrazo amigo,
ni una palmadita en la espalda,
ni unas palabras de ánimo y consuelo,
yo sólo me lo guiso y yo sólo me lo como,
como juan palomo...
No sé querida amiga,
hace tiempo
que espero unas palabras de tu parte,
un ¿como te va?
y yo ¿que te diría?
(venga juguemos...)
pues yo te diría que me va...
que no me aburro,
que tengo hambre de tiempo,
que escribo hasta del revés,
que vivo demasiado intensamente,
y que si piensas que soy un barco hundido
que yace en el fondo marino,
vas a tener que esperar,
a mi no me hunde ni dios bendito
o si me hundo lo haré yo solito
y porque quiero y porque me apetece,
pero no por el vacío que tú me has dejado,
que me lo has dejado y ¡de que manera!,
pero lo que tu no sabías
es que yo soy como el ave fénix que resurge de sus cenizas,
yo salgo de una mota de polvo
que cayó en un estambre lunar,
todo eso fecundó
y de ahí,
he salido yo.