Y quería colgar una foto, así y donde se vea la cara del artista, que por cierto, soy yo y me he quedado con las ganas. En la foto aparecemos tres tíos y todos guapos ( el más guapo yo, claro), pero como no les pedí su autorización, que hoy en día ya se sabe que hay que pedirlas hasta para poder ir a mear y como yo soy muy respetuoso con lo ajeno, pues intenté cortar la foto y no hay manera de que lo consiga. Vamos, la patosidad al poder. Yo siempre fui patoso, pero también tengo que reconocer que no me esforcé mucho y que lo intenté varias veces, pero con resultados siempre fustrantes. Y ahora sinceramente pienso que ya es tarde, soy y moriré siendo patoso.
Pero bueno, tampoco tuve complejo por ello. Y sé que es un déficit, pero no es el suficiente para que me sienta acorralado por ese déficit. Yo los trabajos finos, los dejé siempre para otros, pues en el mundo hay un montón de listillos en lo fino, de esos que hicieron manualidades con su padre o con su madre y por eso de ir matando el aburrimiento. Y lo bueno de ellos, que cuando están en grupo se ofrecen los primeros. Es como los que tocan la guitarra, que parece que no les importa nada y en realidad solo están esperando que alguien pronuncie las palabras mágicas: "alguien sabe tocar la guitarra". Y ya está y ya se jodió la fiesta, pues el tío coge la guitarra y además sabe cantar y chunga y chunga y hasta aburriendo a los muertos.
En cuantas reuniones de amigos y cuando ya tienes a la piba ya en tus manos y llega el chunga, chunga de la puta guitarra y te jode la calentura que ya tenías y por supuesto, el ligue. Son dados a canciones melódicas y con letras profundas y a que la gente se junte a su alrededor y le acompañe en su cánticos tan vitales, pero él, claro está, llevando la voz cantante. Si supieran lo que les odié cuando aún era un chaval y es que al final, el chunga, chunga, era el único que ligaba, pues con letras íntimas y amorosas, a alguna tía la dejaba floja y ¡zas! el cantante se transformaba en pulpo. Y tú volviendo a casa y con la calentura entre las piernas.¡Hay que joderse con ésta vida!.

En cuantas reuniones de amigos y cuando ya tienes a la piba ya en tus manos y llega el chunga, chunga de la puta guitarra y te jode la calentura que ya tenías y por supuesto, el ligue. Son dados a canciones melódicas y con letras profundas y a que la gente se junte a su alrededor y le acompañe en su cánticos tan vitales, pero él, claro está, llevando la voz cantante. Si supieran lo que les odié cuando aún era un chaval y es que al final, el chunga, chunga, era el único que ligaba, pues con letras íntimas y amorosas, a alguna tía la dejaba floja y ¡zas! el cantante se transformaba en pulpo. Y tú volviendo a casa y con la calentura entre las piernas.¡Hay que joderse con ésta vida!.