DISFRUTA...



 "Disfruta del tiempo de hoy.

El de mañana será otro día después.

Y el de antes,

fue anteayer

y creo que lo han cerrado a las diez.

Por tanto

disfruta de éste nuevo amanecer

y mejor juntos que mal disimulados".

ELVIRA SASTRE


 

NUNCA DEJES DE QUERER

 

Nunca dejes de querer

y pase lo que pase...

¡nunca dejes de querer!


Porque lo que llevas dentro...

porque lo que llevas dentro de lo más profundo de tus adentros

 es puro, duro y delicioso sentimiento.



Y un abrazo de los tuyos,

es envolverme en profundas capas de ternura casi olvidada

Y un beso dado por tus labios

es un viaje a través de varias dimensiones

y en distintos mundos a la vez.



Y no te dejes...

y no te dejes vencer por el imperio de las dudas,

porque tú eres un volcán en erupción constante

y sobre el que nunca se pone el sol,

y de ti, 

salen los mejores sentimientos,

y no te preocupes por mí,

  yo te espero sentado en el cráter que atrás hemos dejado.


A mí,

me gusta sentarme en los bordes

que nos va dejando la vida

y sobre todo me gusta,

en el amanecer.

UNA IMAGEN


 

"Al final, los dioses y sus santones no pesan tanto.

Serán livianos y de papel cartón".

YO VIVÍ AQUÍ...


"Yo viví aquí...
no sé cuando viví
pero en esa pequeña ventana estuve asomado,
ese árbol me cubrió de sombra agradecida,
el mar se olía en la distancia
y las chimeneas eran todas iguales.
Yo viví aquí,
quizá hace tanto tiempo
que no recuerdo cual era exactamente mi casa".

 

MAFALDA


 

CUANDO TODO ERA REDONDO



Cuando todo era redondo
todo rolaba y se caía.

Ahora que todo es cuadrado y elevado al cubo,
nada se cae
ni siquiera se cae el alma al suelo
cuando se da por vencida.

Ni siquiera caen las tardes
con aquél rigor ingobernable,
primero... la tarde se hacía naranja,
segundo... se pasaba a color rojo cereza
y tercero... se mezclaban el naranja y el rojo
en un tono medio ceniza.

Y sin darnos cuenta
asomaba la mano negra de la noche
con su telón de oscura boca negra.

PAUL VALÉRY


 

"El problema de nuestro tiempo es que el futuro ya no es lo que era".

Paul Valéry

DAVILA


 

LUIS SEPÚLVEDA


 

Dedicatoria del libro “La sombra de lo que fuimos “, de Luis Sepúlveda, fallecido hace hoy un año a consecuencia del coronavirus.

ÁNGEL GONZÁLEZ

 

Leo poemas al azar,

leo casi sin pensar en lo que leo.

Cuando me encuentro un verso

triste,

siento en el alma como una

caricia.

No es que me alivie la tristeza

ajena;

es que me siento menos solo.

HAY PLANTAS...

 

Hay plantas que te deforman el alma

hasta hacerla de cristal.


Primero, te sacuden como una alfombra mágica.

Segundo, te muestran su encanto visual y ritual.

Tercero, te inundan de olfatos olvidados y siempre

 se cuela uno de sorpresa.

Y cuarto, se muestran tan suaves y tiernas

que te entras ganas de comerlas en vivo y en crudo.


En fin, hay plantas que son para alucinar.

POPULISMOS Y DEMÁS...



Por un día me voy a olvidar del puto virus.

Como decía el Boris Jonhson a sus súbditos tan fríos y aterciopelados,

olvidémonos de la existencia del virus

(no existe y punto)

salgamos a los parques, calles y plazas,

no cortaros de salir y de retozar al sol que más calienta

hermanos...disfrutemos de lo que tenemos,

porque somos británicos y somos un pueblo poderoso y aguerrido

y hemos sido imperio imperial

y algo de eso siempre se nos queda

dentro de nuestra sangre de horchata.


Así fue

y hasta que un puto virus se le coló en el pecho

y entonces,

el Boris se puso de color céreo tipo vela de cementerio

y casi se le apaga del todo la mecha que le mueve el flequillo,

pero como les pasa a todos los populistas baratos,

que van y siempre tienen la suerte de cara

y el puto virus acabó perdonándole la vida,

se paseó por sus pulmones,

anidó en sus alveolos y salones,

hasta que el virus se acabó dando cuenta

que no podría anidar dentro de un cerebro tan primario

y es que el Boris, como el Putin de los cojones

o como el Trump o el Bolsonaro o el Maduro

o el de México o el de Jamaica o el de las islas Fiji,

todos tienen un común que les puede el populismo de garrafón.


Tienen sangre de horchata

y piel de encantadores de serpientes,

mudan la piel y las palabras,

las cambian y con ellas hacen himnos patrios

y ponen una bandera delante llena de sangre que no se ve,

pero que allí está y mojando el trapo,

y gritan enfervorecidos,

al unísono y con el estruendo de un trueno

¡todos por la patria!.


Yo en mi pequeño pueblo, en el que ahora habito y mal vivo

he probado esa fórmula,

me hice populista de pura cepa,

y dentro de mi cabeza

arreglé y engalané las calles con flores de plastificadas

(tan falsas como lo soy yo),

construí edificios horribles y monstruosos,

hice inmensos campos de fútbol donde todo era cemento y hormigón,

tracé grandes avenidas con palmeras de cartón piedra,

puse luces led a colores a quién se había quedado a oscuras

y arranqué árboles y puse ladrillos simulando pinos

que olían a coliflor...


Y triunfé

y claro que triunfé

después y más tarde,

di discursos a las multitudes en la plaza del pueblo,

me aplaudieron como posesos endemoniados

y por último, me acabaron votando.


Ahora soy y fui el alcalde más populista de éste pueblo,

ahora prometo y no cumplo lo prometido

y si alguien me lo reclama,

entonces digo que,

que todo es culpa del gobierno

y asunto arreglado.

La culpa siempre es y será de los demás.

Un populista nunca tiene la culpa y ese es su lema.

AQUÉL HERMOSO PUEBLO



Cuando llegué a aquél pueblo

era de noche,

todo estaba cerrado.

Aquél pueblo tan admirado por su extraordinaria belleza,

era una sombra de lo que para mí había sido,

visto así, desde dentro de sus entrañas,

era una visión tétrica y con demasiadas telarañas.



Tú, allí sólo y en aquél edificio sin sustancia,

feo y frío,

y en medio de aquel destartalado descampado

entre el centro del pueblo

y el polígono industrial.


No sé, visto así,

pensaba que debería acogerme a la suerte

y cruzar los dedos unas cien veces,

o santiguarme veinte mil veces más,

y esperar a que no pasara nada,

dormir con un ojo abierto

y con el otro medio cerrado,

mientras el viento golpeaba una ventana

y yo pensado que alguien golpeaba en la puerta de aquél centro de salud.


Hacía frío en el aire ambiente,

hacía frío por mis adentros,

hacía frío dentro de mis peores enemigos,

los miedos,

hacía frío por las calles solitarias y chorreantes de humedad,

hacía frío y mucho en aquél inhóspito centro de salud

que se parecía más a un esqueleto de un muerto

que albergaba al único habitante que quedaba vivo

o eso pensaba,

que yo, era el único ser vivo.


Frío, más frío,

mucho miedo,

a veces pavor y temor,

ruidos inesperados,

ruidos de puertas,

ruidos de cristales,

ruidos de árboles,

silbidos de viento,
pequeños y minúsculos ruidos,

timbres que sonaban dentro de mi cabeza

y vueltas y más vueltas en aquella cama de mierda

y las 2 y las 3 y las 4 y las 5

y a las 7 de la mañana me decía a mi mismo

¡que bien! sólo queda una hora.


Pero al final, fue tanto fue el cántaro a la fuente

que una noche casi me parten la cara y la boca y los dientes.

Un desalmado hijo de puta y borracho hasta las trancas,

llamó con insistencia a aquél maldito timbre siniestro

serían como las 4 de la mañana,

eran dos, dos pintas puestos hasta las cejas y más,

y nada más abrir la puerta,

me empujaron brutalmente a un lado

y empezaron a romperlo todo

y porque sí y por sus cojones de machos bravíos

y cuando se aburrieron de romper cosas

dirigieron sus miradas etílicas hacia mi,

y yo claro, pies en polvorosa y pies para que os quiero,

y corriendo todos los pasillos del centro de salud

y hasta que me fijé en una ventana que estaba medio abierta

y por allí me colé como una sabandija por una rendija

y aquél penoso descampado que rodeaba al centro de salud

me pareció un territorio lleno de amor y gloria...


Desde esa aventura,

nunca me dejaron trabajar sólo en la noche,

claro, tenía que pasar algo y pasó

y eso que tuve la suerte de haberme librado por los pelos,

pero ya veis, a pesar de todo sigo vivo y coleando,

pues tengo 7 vidas como las que tiene un gato.


Además y mirar por donde

35 años más tarde o más

sigo haciendo guardias

y hasta ahora y de momento

nadie me abrió en canal

en una de esas lúgubres y atormentadas noches.

COSAS QUE PASAN...


 

GIL DE BIEDMA


 

UN POEMA INACABADO



 Tú, no eres parte de este poema,

pero yo, tampoco lo soy.


El viento es parte de este poema inacabado

entró por una esquina de mi habitación

 ha pasado entre mis dedos

y acabó plasmado en el ordenador.


Tú, eres el poema inacabado

el que siempre quedó pendiente

de ser escrito y de ser leído.

Que está echo antes de...

y después de...

y en medio de...

y que tengo en la punta de mi lengua

o en la misma trastienda

y siempre susceptible de ser parido.


Pero que nunca fue parido

y porque nació muerto antes de nacer.

Su esqueleto ha funcionado,

no así su alma inmunda

y es que tengo la estructura externa

pero me falta por cubrir su complejo interior.


Tengo entre mis dedos

a un poema muerto antes de nacer.

Era y fue algo,

tuvo la intención de nacer

pero en el canal del parto

se quedó atravesado

y murió con la intención de ser algo más que un simple poema

que estaba a punto de morir antes de ser parido

pero que él no lo sabía

y es más...¡nunca lo sabrá!.

DESCÓSEME OTRA VEZ



Descóseme otra vez,

desármame de una vez por todas

y piensa en todo lo que aquello fue.


Siente el dolor descosido de mi piel arrugada y endurecida.


En canal me abro,

en canal me siento

y desde el suelo hasta el mismo techo.

En canal me escucho

y así me hablo y así me quiero

y  así se soporta una parte a la otra....


En canal nos conocimos,

con la sonrisa como arma arrojadiza,

con la mirada tierna y complaciente del primer día,

con el viento de cara

y con el pelo enredado bajo aquél pañuelo...


En canal nos hablamos.

Yo emitía señales de reconocimiento

y tú lo interpretabas todo con gestos,

 muecas y risas nerviosas

que algún día, quién sabe,

 alcanzaríamos a saber interpretar.


De todas formas,

unos meses más tarde

la misma playa estaba llena de suciedad,

decían que era por el viento y por la marea viva,

pero yo estoy seguro que era un presagio

y aquello que en principio lucía tan limpio, claro y alucinante,

se iría cubriendo de densidades oscuras y premonitorias,

mientras de fondo, 

se oían los graznidos de un cuervo negro.

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...