JORGE LUIS BORGES
LA POESÍA...
La poesía no besa donde los labios no llegan.
La poesía a veces besa,
otras veces muerde y se enfada.
En algunas contrataca
y por sentirse herida y ultrajada.
En otras,
se defiende como gato panza arriba
y hasta con uñas y dientes.
La poesía no engaña,
el que puede engañar es el poeta,
puede prometer amor
(lo más común)
y en la realidad,
no puede dar nada
y se exprime y no sangra
y se pellizca y no le duele
y te dice que te quiere
pero muchas veces
se lo está diciendo a si mismo.
El poeta no traza líneas en el aire porque sí,
él suelta palabras y versos,
te embauca con la sonoridad de las palabras,
te susurra al oído palabras sin nombre,
te arrulla, te conquista
y al final, te dice
¡si todo era pura metáfora!.
QUÉ TARDE MÁS TARDE ES ÉSTA TARDE
Que tarde más tarde es ésta tarde,
de noche a las 5 y media de la tarde
y con el cielo oscuro y encapotado,
siempre amenazante...
tarde de ceño fruncido
y más oscura que la misma noche sin luna.
Ya no son aquellas tardes de verano,
donde el sudor era lo predominante,
donde la tarde duraba más que la noche
y el sol se acostaba sobre las 10...
5 horas más de luz,
que se dicen pronto
y es que en 5 horas da tiempo para todo,
aunque en mi caso,
esas 5 horas estarían dedicadas a la escritura
igual que ahora,
la única diferencia estribaría
en que ahora estoy a merced de mi chimenea
y en verano tiro del aire acondicionado.
DOS CUERPOS FRENTE A FRENTE de OCTAVIO PAZ (Blog "azuldemar")
Dos cuerpos frente a frente son a veces dos olas y la noche es océano. Dos cuerpos frente a frente son a veces dos piedras y la noche desierto. Dos cuerpos frente a frente son a veces raíces en la noche enlazadas. Dos cuerpos frente a frente son a veces navajas y la noche relámpago. Dos cuerpos frente a frente son dos astros que caen en un cielo vacío. |
LUCÍA ETXEBARRÍA
GATA CATTANA
"Soy procaz, no soy sincera,
y el día que yo me muera
se muere lo que más quiero,
que no hay amor verdadero
para aquel que no se espera,
y como yo no te espero
soledad es mi compañera".
ESA VIEJA ES UN PAÍS (Eduardo Galeano)
Esa vieja es un país.
2.
SANGRE
Que rápido se tiñe el mar de rojo,
algunos dicen que por tanta sangre derramada,
otros en cambio,
hablan de pasión y sangre,
aunque hay algunos
que confunden el rojo cereza
con sangre fresca de herida abierta.
Al principio todo es sangre viva
y al final,
la sangre se convierte en horchata
y entonces es cuando te vas dando cuenta
de que estás muerto y frío.
MICHAEL PETO de Pedro M. Martínez (blog "Glup 2.0)
Michael Peto
Es cierto que un día vi a la muerte travestida, mirándome (y sí, vi la luz blanca esa que dicen, la del final de un túnel). En las tertulias de los que se sientan en el pesebre no hay sitio para el color blanco, o para el verde, solo hay un color, el suyo (que casi nunca es el mío). No me aletargo, al menos no en los últimos seis/siete años. No meto mis pies en los arroyos que bajan de la montaña del miedo. No me acuesto al lado de recuerdos que solo sirven para enturbiar el gesto, para romper la sonrisa. Sí quiero acostarme al lado de la mujer que amo. Busco sin descanso los privilegios reservados a los dioses y no sé cómo no dejo de escribir y me lanzo a los caminos. Es lo que haré ahora mismo. Voy a ver.
(Mi comentario en Facebook)
Lo de la muerte travestida es rigurosamente cierto. Pasado un tiempo analicé aquella visión, incluso recurrí a un amigo, prestigioso psiquiatra. Es curioso como la mente almacena imágenes que nos impresionan y las deja ahí, en reserva. En los 70 conocí en Baracaldo (interesante por qué fui aquel día a ese bar, pero eso lo contaré otro día) a unos de los hermanos Azcona (los del “Mayorazgo de Basterretxe”). La cuestión es que este señor estaba sentado con una postura femenina, con una rodilla tomada entre las dos manos y nos miraba con una mezcla de burla y desafío. La dama a la que fui a visitar (acabáramos), me dijo que no le hiciese caso, que era un señor mayor. No le hice caso y seguí a lo mío. La cuestión es que en un momento de mi vida estuve más p´allá que p´acá, me acababan de subir de la UCI a planta y estaba con una debilidad extrema, esa noche fue dura, vi todo el pack, el túnel, la luz blanca y la muerte sentada en una silla enfrente mi cama. En mi confusión y en mi miedo (todo hay que decirlo) la muerte tenía la forma de aquel señor que vi en Baracaldo, en su misma postura, más femenino aun, con la cara maquillada, sobre todo los ojos. Me miraba con un gesto obsceno, poderoso, de burla, de desprecio. Grité y el resto es historia. Entre una y otra situación habían pasado treinta años. Misterios.
No sé si desde entonces cambió algo dentro de mí, los primeros meses sí, después tuve que trabajar tanto que no me quedaba tiempo para lo metafísico. Ahora me doy cuenta que sí porque disfruto cada día de las cosas sencillas que, al fin y al cabo, son las más grandes.
Pues eso.
EL AMOR QUE CALLA de Gabriela Mistral (blog de Emma Gunst)
EL AMOR QUE CALLA
Si yo te odiara, mi odio te daría
en las palabras, rotundo y seguro;
pero te amo y mi amor no se confía
a este hablar de los hombres, tan oscuro.
Tú lo quisieras vuelto en alarido,
y viene de tan hondo que ha deshecho
su quemante raudal, desfallecido,
antes de la garganta, antes del pecho.
Estoy lo mismo que estanque colmado
y te parezco un surtidor inerte.
¡Todo por mi callar atribulado
que es más atroz que el entrar en la muerte!
Yo, si viviera en otra tribu
Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...
