Feliz, dulcemente apátrida hasta disolverme en la nada.
Dadme pan con aceite. Aceitunas, vino y miel. No preguntaré origen.
De modo que me declaro apátrida y me exilio hacia adentro, allá donde no pueda alcanzarme la lobotomía colectiva de los pueblos que siguen comprando burras y vendiendo coces.
"Tú sabes bien que en mí
He copiado este poema...porque después de leerlo comprendí que los hay mucho más agoreros y pájaros mucho más negros que yo y que su visión de sí mismos es en negro absoluto y sin prólogos ni epitafios.
Ahora todo es más difícil los reflejos van pidiendo un descanso los tendones se relajan y contraen menos y peor que antes la vista pide aux...