LA LUZ DE BIENVENIDA (Andrés Neuman)

Un poema de Andrés Neuman (Buenos Aires, 1977).
LA LUZ DE BIENVENIDA
Única habitación con dos ventanas:
fascina que las manos de la luz
prefieran separarse mientras vienen
y unirse al otro lado, más adentro.
Entonces se saludan con jolgorio,
ensanchan la morada compartida.
Amor artesanal, a ti te hablo,
al amor que me habita y donde moro:
dejemos que se agiten los postigos
si sopla viento y nada los sujeta.
Un día es un regalo que ansía repartirse
por todas las ventanas despejadas.
(De A. Neuman: "Década. Poesía 1997-2007". Acantilado, Barcelona, 2008.)
ERA LA MAÑANA
sobre mis ojos caía la nieve,
y por dentro de ellos,
se deslizaba la neblina de todos los días,
y lo que me encontraba
eran las luces de lucifer
y pasado el tiempo
me he acostumbrado a vivir
dentro de mi propio infierno.
NEORRABIOS@
447
Solo pensar en lo que se ha convertido España en los últimos años, en la postergación de los ideales del 15M, la huida de muchos jóvenes a Europa y el rebrote del más cateto nacionalismo, lo mismo centralista que indepe, genera en mí un deseo de marcharme a un lugar más vibrante y abierto, más solidario y con más posibilidades. Pero pronto una voz muy cruel que vive en mí me convence de lo contrario: “No vayas a ningún sitio –me dice esa voz–, Batania, porque tú no tienes nada que ver ni con España ni con Madrid, ni siquiera con Carabanchel, y tampoco tendrás nada que ver con ningún lugar del mundo adonde vayas, porque a ti no te gusta vivir, a ti te gusta aislarte; y la gente solo te interesa para salvarte de ella. ¿Cómo te vas a marchar de un lugar donde nunca has estado? ¿Cómo vas a dejar a unas gentes que no has querido conocer?”.
Publicado por
Neorrabios@
en
21:15
HUMILDAD (Cristina Peri Rossi)
Cristina Peri Rossi (Humildade II)
HUMILDAD II
Un niño de seis años
observa atentamente
los cinco mil libros
de mi biblioteca
y me pregunta,
muy interesado,
si yo los he escrito todos.
Le contesto sinceramente que no,
sólo una ínfima parte.
Entonces, pierde todo interés
y se va a jugar con el ordenador.
Tiene razón:
¿cómo podría sentirme orgullosa
de tan poca cosa?
Cristina Peri Rossi
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Yo, si viviera en otra tribu
Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...
