Que difícil es hilar fino,
y poner puntos suspensivos tras los apellidos
y dejar de puertas abiertas las conclusiones,
y más lo son en los tiempos que corren,
donde nada se debate
y todo son órdenes de ordeno y mando,
que la cosa va de arriba abajo,
ya lo sabemos,
lo vemos en cada día que pasa,
pero el que manda no solo debe mandar
también debe aprender a mandar,
y a oír y a escuchar...
por lo menos de vez en cuando,
no les vendría mal un baño de masas
y una limpieza de cutis,
señores políticos
escuchen las voces de la argamasa,
somos el mismo pueblo que hace nada
les ha votado,
de todas formas
nosotros somos pueblo,
vosotros sois nuestros representantes
y como dije antes,
debéis escuchar el sonido agónico del pueblo,
y a día de hoy el pueblo les pide...
seguridad en el trabajo,
tener la protección adecuada
y que los test covid rápido
se multipliquen como una plaga de langostas,
y hasta que no quede nadie bajo sospecha.

Es de observar el vacío general de todo lo que
me rodea,
el aire frío de abril...es más frío sin nadie,
el tibio y tímido sol de ésta tarde,
es más tímido que nunca,
las nubes grises campan a sus anchas,
un perro camina pensativo
quizás esté pensando...
¿qué le pasa a los humanos?,
¿porqué están encerrados en su casa a cal y canto?,
al mismo tiempo un hombre cambia de acera,
quizá busque un sitio figurado que permanezca abierto en su cerebro,
un coche pasa despacio,
mucho ruido y pocas nueces (pienso yo),
es ruido de motor diesel
(ronco, grave y pausado)
y pasa con toda la pomposidad posible,
como si el conductor fuera degustando el paisaje desértico,
pero señor...
¡váyase para casa!
y deje de expandir al dichoso virus asesino,
claro que a 50 metros de donde estoy
(aclaro, que estoy en mi casa),
hay cola para el super
y hay cola para la farmacia
y allí se presentan todos los adictos del pueblo,
en fila india y a dos metros de distancia,
pero el problema que hay
es que casi siempre son los mismos
y uno compra una zanahoria
y para hacerse la sopa del día
y el otro, medio kilo de fruta
y así al día siguiente tienen asegurado tener que volver
y a por otra zanahoria
y a por otro medio kilo de fruta
y así todos los días
y ya que estamos
vamos a la farmacia
y así pido algo para el dolor de cabeza
y una crema para las cejas
y de paso... me peso
y yo añadiría
y así me peso los huevos o los ovarios,
pues hay que tenerlos grandes e inmensos
y después quieren que yo me crea lo de la cuarentena,
cuando lo que había que hacer es...
usted no tiene justificación para estar en la calle,
pues a chirona y con cadenas desde la cabeza a los pies
y sino caben en chirona por overbooking
pues ¡a galeras a remar!.
Te imagino...
te imagino suave,
tersa y suave,
tierna y crujiente,
amable y terca,
dominadora y domadora,
sensible, ardiente,
obstinada, caprichosa,
enrabietada, hiriente,
mordaz,
gran defensora de lo tuyo,
madre coraje,
simbiótica,
anacrónica,
simple y complicada,
obsesiva, obsesionada,
compulsiva e impulsiva,
luchadora a pequeños ratos,
creativa de ideas y de manos,
soñadora y juguetona,
dulce al despertar
agria al sol de poniente,
mirada transgénica,
labios de seda,
con una gota de lluvia en tu pelo,
con una caricia sobre tu rostro
y creo que cuando te imagino,
de fondo tengo...
la cara oculta de la luna.