HOJAS ( Mario Benedetti)


Entre las hojas verdes
tan modélicas
y las otras las muertas
tan cantadas
quedan las pobres hojas
que agonizan
esas que a nadie importan
ni conmueven.



















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QUIMERAS...


Hoy es Martes y día 17 de Diciembre (no de este año 2.023) y haciendo gala y ¿porque no? y tiremos del puto refranero popular que siempre tenemos a mano: "hoy es Martes y no te cases ni te embarques". Y dicho esto...ya me puedo ir a descansar...que estoy recién saliente o salido de guardia y tengo un sueño de mil pares de cojones. Y eso que fue noche tranquila en cuanto a salidas, avisos, heridos y tragedias personales y familiares, pero no fue una noche tranquila por mis adentros y porque por dentro tengo ese extraño sabor que sólo te da el cansancio.. Yo podía dar un master sobre todo tipo de cansancios... cansado post guardia, cansancio de estar cansado de todo y de todos, cansado de aguantar imbéciles, cansancio de soportar a los tontos que a veces crecen como las malas hierbas, cansancio...e iba a decir...de vivir...pero eso es una gran mentira...de vivir no me canso y ojalá quién esté allí arriba me concediera una prórroga.
Yo si fuera el que está ahí arriba, le diría al señor Bruno: en general tienes un pase, no eres tan mal tío ni tan mala persona, eres espléndido, abierto que no cerrado, no te va la marcha de la noche, ni los bailes regionales y ni siquiera te van los bailes sueltos y al libre albedrío, te encanta la música y si sales de marcha y entras en un Pub y no tiene música o es muy mala, coges la puerta de salida que por cierto, es la misma por la que has entrado y a otra cosa mariposa....Pues perdonarme pero os seguiría diciendo cosas y más cosas sobre el tal Bruno, pero el tiempo y su inefable descuento que nunca nos perdona, me impiden pararme tanto tiempo en un lugar y sitio y por eso yo digo que cumplo la regla del burro con la zanahoria delante y siempre tengo la quimera delante de mi rostro y eso es lo que me hace andar y avanzar.
Quimeras...quimeras tenemos todos y tonterías también tenemos. Yo en estos temas ando al 50% y digo una tontería y a continuación pienso en una quimera...y más o menos en éste orden y porque de primeras siempre va la tontería y cuando ya la he dicho me digo...¡coño! así nadie te va a tomar en serio y entonces me pongo una especie de freno a mi mismo y el cual que se manifiesta en forma de tos nerviosa de repetición o con un carraspeo que indica que no trago mi saliva de la forma adecuada y bueno y también cambio la forma de mi mirada y de ser transparente... mi mirada pasa a ser opaca y un tanto desteñida y desalentada y entonces mis pupilas se tornan mióticas y apuntando hacia el suelo. Pero claro, todo éste proceso dura un segundo o dos, dura lo que dura un abrir y cerrar de ojos o un mismo pestañeo.
Quimeras tenemos todos, pero lo que nos diferencia a los unos de los otros, es hay algunos como yo, que siembran y cultivan las quimeras y al final el resultado final sueles ser una abundante cosecha de ideas, historias y paranoias (que no todo son ideas celestiales y divinas) y porque una puta quimera te puede meter de problemas y malas historias hasta el cuello. Pero no nos queda otra que pasar por la piedra de las quimeras. Todo en ésta puta vida tiene un precio y que tarde o temprano tendrás que pagar. Hoy soy el rey de los tópicos y de las frases grandilocuentes o el puto amo del refranero popular...y mañan a lo mejor, me cago en mi propia existencia.
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EN LA OTRA ORILLA


En la otra orilla
la que está enfrente de nosotros
dicen
que todo es posible.
Sólo pido
que me lleven hasta ella:
por un puente levadizo
por un pasadizo secreto
agarrado a una cuerda y a una mano amiga
o una barca que sigilosamente se deslice por el rio.




















Isabel Allende, La suma de los días


“Dicen los budistas que la vida es un río, que navegamos en una balsa hacia el destino final. El río tiene su corriente, velocidad, escollos, remolinos y otros obstáculos que no podemos controlar, pero contamos con un remo para dirigir la embarcación sobre el agua. De nuestra destreza depende la calidad del viaje, pero el curso no puede cambiarse, porque el río desemboca en la muerte. A veces no hay más remedio que abandonarse a la corriente.”


















CAFÉ SOLO (Manuel Vicent)

 

“Sé perfectamente que el día en que me muera no echaré de menos los grandes acontecimientos que pude haber vivido, sino el perfume del café con tostadas y algunas pequeñas sensaciones, por ejemplo, estirar la pierna hacia el lado fresco de la sábana en las madrugadas de primavera cuando cantaba el mirlo en el jardín. Si me da un poco de pereza morir es porque ya no podré ir por las mañanas a comprar el periódico ni contemplar de camino en la parada del autobús los rostros frescos de las adolescentes que tienen aún todo el amor por delante. Mi lucha por la existencia consiste en que a la hora del desayuno sea mucho más importante el aroma del café que las catástrofes que leo en el periódico abierto junto a las tostadas.
También es muy placentero llamar por teléfono a algún amigo a media mañana para que te cuente los últimos rumores. Por un lado está la Crítica de la razón pura, de Kant, y por otro están los chismes. Supongo que los chismes de las tertulias será lo último que uno recuerde con una marca más indeleble que cualquier filosofía, y junto a ello estará la suavidad de un paseo vespertino, algunas puestas de sol, las lecturas de noche en la cama con la amorosa luz de la mesilla. Quisiera saber qué hace llorar a los moribundos más sabios. Sin duda, sus lágrimas no se deben a los triunfos que consiguieron ni a las grandes tragedias que soportaron sino a los sencillos placeres que experimentaron, a la gente buena que conocieron, a los alimentos que degustaron con parsimonia entre amigos. ¿Qué es la muerte? Tal vez la muerte consiste en no tomar ya más un cruasán crujiente con el café por las mañanas junto al ventanal ni enterarse ya nunca jamás de los resultados del Campeonato de Liga cada domingo. Al final de todas las religiones y filosofías, en medio de tantos dioses, héroes y sueños, resulta que la vida no es sino un conjunto de chismes y un nudo de aromas, una pequeña costumbre cuyos pilares tan sólidos son de humo y salen de ciertas tazas frente a las cuales uno ha sido feliz”


































OS PUEDO JURAR



Algunas veces,
subí tanto y tan alto
que hasta rasgué la cúpula del cielo.
Además,
yo os puedo jurar
que no hay nada detrás del firmamento.
Lo que véis es lo que hay
y lo que no véis
es porque estáis en la misma dimensión
en la que yo me encuentro.


























UBERTO STABILE


En todas partes cuecen patrias
Nací en Valencia
de padre italiano y madre gata
he sido charnego en Barcelona
polaco en La Mancha
y churro en mi ciudad,
me llamaron spagnoleto en Italia
y en la escuela macarroni,
en Andalucía soy “el que habla fino”,
gallego en Cuba y en México gachupín,
en Berlín me tomaron por turco
y en Brasil me hablaban en inglés,
a los rifeños les parezco muy claro
y demasiado moreno a la policía de Miami.
He vivido en dos países, siete ciudades y quince casas
de las que sólo conservo sonrisas
y algunas fotos apulgaradas de amigos y familiares.
Siempre vengo de lejos
y lejos voy
con otra lengua, con otra luz
y la patria en los zapatos
para vergüenza de mis invasores.























Tarde de invierno.

 

Tarde de invierno. 

Tarde de frío y sobrecogimiento. 

Tarde del mes de diciembre. 

Tarde de chimenea y de echar más leña al fuego.

Tarde de domingo

aburrida, para algunos

y muy sentida, para otros.

Tarde, en fin,

donde la noche acecha antes de hora

y los cuatro que quedan en la calle

van de un tugurio a otro

y siempre en busca de su última copa.

El mundo no se creó un domingo

en una tarde de domingo 

se inventó el aburrimiento.



















LA PUNTA DE UN ICEBERG

 Ahora todo es más difícil los reflejos van pidiendo un descanso los tendones se relajan y contraen menos y peor que antes la vista pide aux...