Tras el silencio de la noche y el bullicio de la mañana, viene el mediodía y con él, el sol se pone al máximo. Y ahora son las 4 de la tarde y hasta las moscas desaparecen y por la simple razón de que se van a dormir la siesta. Es la quietud del desierto, nada se mueve sobre la arena caliente, ni las serpientes, ni las lagartijas, ni siquiera los escorpiones mueven su aguijón mortífero. Es el momento ideal, para conquistar un pueblo o una Isla y en una sola hora todo conquistado.La hora de la siesta, la hora del reposo del guerrero, bueno los que en realidad han guerreado. Porque después hay los que te venden la moto y dicen que han currado y están recién caídos de la cama. Y eso si que es disléxico, por un lado quieres dar pena y porque estás asfixiado y en el paro y por el otro, necesitas la autoestima que da el sentir que haces algo y para ello mientes como un bellaco. Al final después de un tiempo de andar en ese borde, se complica la película y porque siempre te cazan en una metedura de pata.
Y caen porque el tema en sí, es esquizofrénico y ahora trabajo y ahora no trabajo y ahora sí y ahora no y sino pues curro parcialmente o haciendo un chapucete, pero la realidad es demasiado triste, pues no curran en nada. Y lo de siempre, la verdad por delante y así te quitarás más problemas de encima. La verdad es una daga muy afilada, se clava fácilmente, pero para clavarla hay que tener el valor suficiente y el que es necesario y eso no siempre se tiene. Incluso yo, que me considero un tío entero y con un par de pelotas, a veces recurro a lo que no quiero y todo por el quedar bien. Pues señores, que yo soy tan esquizofrénico como el resto de los mortales.