
Tampoco voy a echar cohetes, ni voy a poner una traca, pero sí que da un poco de alegría escuchar voces humanas, aunque esas voces esté impregnadas de alcohol. Mientras sean voces lejanas y yo no tenga que aspirar sus vahos y mira que ahora, ¡me pongo melindroso!. Y es que hace poco tiempo era uno más de la pandi alcohólica. ¡Pues tiene huevos la cosa!, ahora que me he pasado al bando de alcohólicos anónimos, me pongo grimoso con mis compis de otros tiempos o con mis compis de barra de bar y de bar y cuanto más cutre, pues era mejor.

Al final dejan de saludarte los borrachos del barrio y porque se sienten abandonados. También dejaran de saludarte los bien pensantes, esos que mantiene la moral imperante y todo porque te has divorciado y tienes una novia sin papeles y anónima y además, sospechan que tienes un punto de maricón. O sea que, que más da como vaya la fiesta y como siga y como acabe. Yo desde luego no voy explicarles mis problemas a esa pandi de cotillas o de vecinos de barrio, les diré hola y a continuación, los mandaré a tomar por el culo. Me cuesta decir esto, pero estamos rodeados de gentuza y que dicen y que dicen, que son personas. Y ahora me persigno y voy a rezar mi oración y por eso digo, que estos señores sí que no tienen ni el perdón de Dios.