
qué más da si un día tú te fuiste,
o que yo fuera el culpable,
¡qué más da!
si al final sé que nos olvidamos,
y tú cara se diluye en el calor del verano,
y tú cuerpo es como un aguacero,
moja pero no empapa mi cuerpo,
sólo quedan las promesas y los riachuelos de deseos,
sólo queda tú perfume sobre mi almohada,
y esos ojos que me perforaban,
y tú estás en no sé donde,
y yo ya no te espero,
y eso que todos los días,
y cuando la luna me ilumina,
me acuerdo de aquellas noches que pasamos,
recuerdos de otros tiempos,
recuerdos de nuestros mejores momentos,
recuerdos de besos a ciegas
y de hacer el amor en la playa.