27 de abril y el día ha pasado sin más. Hasta podíamos decir que ha pasado con más pena que gloria pero sin llegar a dramatizar. O sea, ha sido un día sin más historia y tal y como muchos días hemos tenido a lo largo de nuestra vida y no por ello, hemos puesto el grito en el cielo. Para nuestra desgracia hemos tenido demasiados días así y más me pasaba cuando no sabía como llenar el día (ni la mañana, ni la tarde, ni la noche) y porque el tema era pasar y flotar y no enterarse de nada. Esto duró un tiempo, unos años que no llegaron ni a ser 5 años, pero 5 años pasando de todo tiene su peso en mi conciencia. Pero al mismo tiempo mi conciencia me dice que no hay que vivir anclado en el pasado y porque si no entras en un puto bucle del que nunca podrás salir. Ya está, me jodí 5 años haciendo el bobo, pero ya están jodidos y ahora no puedo hacer nada para remediarlo. Lo hecho echo está y lo hecho pecho y no sé cuantas tonterías de frases más que hay al respecto. En resumen, si quiero sacar algo positivo de aquellos 5 años vacíos, será que nunca más lo volveré a hacer. No hay más lección en este tema.
Después hubo pequeños paréntesis de días o meses viviendo en la miseria del vacío, pero estos últimos fueron pequeños períodos que tampoco vienen a significar tanto. Duraron poco o muy poco y además, después de ellos, siempre asomaba mi cabeza y no sé como decirlo, pero me hacía otra vez, grande. Yo tuve grandes períodos de grandeza y otros pequeños y minúsculos, pero todo esto suma y puedo decirlo y a voz en grito, que en el balance general de mi vida, ha ganado el lado bueno o positivo. Y mira que he pasado por todo, por drogas blandas, por drogas duras, por alcohol a manos llenas, por pastillas que te colocaban como un zombi y te hacían ser más bobo de lo que eras, pero todo esto no me hizo perder el norte y más tarde o más temprano, encontraba la puerta de salida de emergencias. Tuve esa suerte o tuve ese don o tuve las dos cosas.
Con los años me he dado cuenta...que nada es para tanto, que lo que en su momento te parecía el peor de los pecados, con el paso del tiempo, se han convertido en anécdotas que alguna vez contarás a los nietos y al contárselo te reirás con ellos. No he matado a nadie, no he acuchillado a nadie por la espalda, no participe en ninguna guerra, no sé como se usan las armas de fuego (ni nunca lo voy a saber) y no he explotado y oprimido a otro ser humano. Si hubiera hecho algo de todo esto, quizá no podría decir tan tranquilamente, que nada es para tanto.




.jpg)




.jpg)


