¿Hoy que os voy a decir?..., ¡qué estoy triste de verdad!. Hoy me araña la tristeza con sus uñas de porcelana y deja surcos y deja colgadas hileras de penas. Hoy me envuelve la telaraña de la muerte, hoy tengo miedo de ella y hoy sé que no tiene piedad. Y da igual que sea buena o mala persona, es más hoy pienso que tiene predilección por llevarse lo bueno y lo más humano. Hoy entendí que la muerte es venganza, es celos, es envidia y es corrosión. Después de la muerte no hay demonios, ni diablos, pues la muerte en sí es el mismo diablo.
Huele la bondad y ahí va, huele el buen rollo y se sienta a cenar. No tiene piedad, no tiene conciencia, no tiene principios. Yo era de los que pensaba en que se podía tener una muerte digna, pero visto lo visto, no puede haber dignidad en la muerte. La muerte siempre será indigna porque ella es indigna. La vida nos enseñó a vivir y es opcional que la ames o no, pero la muerte a mi no me enseña nada, llega y te despedaza. ¿Y yo voy a ser ese capullo que quiere reconciliarme con ella?. Yo ya no me reconcilio jamás, ya le pueden dar por el culo.
Nadie entiende a la muerte y yo tampoco, pero hoy he entendido que su cara oculta es más malvada que la real y que debajo del descanso eterno, hay sufrimiento. La losa de la muerte es fría, pero sobre todo es vengativa y si su enseñanza es esa: que hagas lo que hagas en la vida, va a dar igual, pues yo me apunto al lado malo de la película y ya me dejo de bondades, humanidades y demás parafernalia que viene en el manual de las buenas persona. Desde hoy me paso al lado oscuro y ya está. Tú Curriculum Vitae no vale un mierda después de la visita de la muerte, al parecer vale igual que mates, que robes, que explotes o que seas un buen tío y además, nadie se va a solidarizar contigo. Muerto y al hoyo y tu sólo, muerto y los gusanos te comerán igual.
Huele la bondad y ahí va, huele el buen rollo y se sienta a cenar. No tiene piedad, no tiene conciencia, no tiene principios. Yo era de los que pensaba en que se podía tener una muerte digna, pero visto lo visto, no puede haber dignidad en la muerte. La muerte siempre será indigna porque ella es indigna. La vida nos enseñó a vivir y es opcional que la ames o no, pero la muerte a mi no me enseña nada, llega y te despedaza. ¿Y yo voy a ser ese capullo que quiere reconciliarme con ella?. Yo ya no me reconcilio jamás, ya le pueden dar por el culo.
Nadie entiende a la muerte y yo tampoco, pero hoy he entendido que su cara oculta es más malvada que la real y que debajo del descanso eterno, hay sufrimiento. La losa de la muerte es fría, pero sobre todo es vengativa y si su enseñanza es esa: que hagas lo que hagas en la vida, va a dar igual, pues yo me apunto al lado malo de la película y ya me dejo de bondades, humanidades y demás parafernalia que viene en el manual de las buenas persona. Desde hoy me paso al lado oscuro y ya está. Tú Curriculum Vitae no vale un mierda después de la visita de la muerte, al parecer vale igual que mates, que robes, que explotes o que seas un buen tío y además, nadie se va a solidarizar contigo. Muerto y al hoyo y tu sólo, muerto y los gusanos te comerán igual.