No soy hijo de la llanura


 No soy hijo de la llanura,

pues tengo valles, bosques y montañas

y cimas que nunca he alcanzado

y creo que nunca alcanzaré

ya sea por edad 

o ya sea porque paso de caerme por un precipicio

o por un agujero negro sin fin 

pero que como todo, 

seguro que tendrá su fin y sus límites

pero paso de estrellar mi cabeza contra una roca llena de aguijones de cristal

para eso prefiero el muro de enfrente

y para que mis sesos vean la luz del sol y de la luna.

Yo no soy ambidiestro

y porque diestro es un término dominante

y soy zurdo y tengo mi poder a la izquierda del todo

me considero persona

me siento un ser humano

y tampoco voy en son de paz ante todo lo que veo

y veo demasiadas cosas malas y peores

y ante ellas, 

no me ponga rezar por sus almas malvadas y perdidas

más bien me cago en ellas 

y para acabar ese acto tan bucólico

 me limpio en culo con la yema de mis dedos.














Siempre hay un final en todo


 Siempre hay un final en todo,

el amor se acaba porque algo se rompió dentro de ti

o dentro de los dos.

La amistad que hubo 

hace mucho tiempo que no está

y sería por mi culpa y seguramente lo sería

pero siempre hubo algo por la otra parte...

un mal hecho, un gesto de desaprobación

una mirada de odio y traición

en un momento

donde necesitabas cariño y amor.

Estamos condenamos a tener que entendernos

pero esa misma obligación 

te hace rebelarte contra ella

y entonces te dices

no hay más remedio

que romper las cadenas que nos atan.













¡¡YA ESTOY AQUÍ!!


 Me gritan mis sentimientos

y por alguna razón que ahora mismo no alcanzo a comprender.

Quizá mañana a la madrugada

encuentre el hilo que me une a ti

y quizá pueda tirar de él

y así poder llegar hasta tu piel.

En mis sueños te sueño

en mis delirios te vuelvo a ver

en mis tardes de lluvia

veo tu reflejo en la ventana

y en las largas noches de insomnio

te enredas en mis sábanas

y me susurras al oído

no te preocupes 

¡¡ya estoy aquí!!



















CAUSA Y CAUSAS

 

No me considero un guerrillero de causas nobles,

más bien me siento un rebelde con causa

y me atrevería a decir

que hasta un rebelde sin causa.

La rebeldía va en mi sangre

la causa, la mayoría de las veces me acompaña

pero en otras, menos, 

porque me pierdo en un mar de causas

y entonces solo lucho para poder salvarme del naufragio.

La lucha me encanta

la lucha por las causas justas

la lucha por sobrevivir en mis días raros,

la lucha por seguir montado en mi caballo de oro y plata

y cabalgando hacia el infinito.

Mi causa

mi gran y casi única causa

es la vida

por ella lucho sin descanso

y paradójicamente...

yo daría mi vida por seguir viviendo.


















Karmelo Iribarren


"Ya poseemos

casi todo

lo que nos iba

a hacer felices.

Puede decirse

que lo hemos

conseguido.

Ya está.

Ahora solo

nos queda

comprobar

hasta qué punto

fuimos sinceros

con nosotros

mismos".















LAS PALABRAS


 Es fácil enamorarse de la palabra

de la palabra dicha

de la palabra escrita

de la palabra dada

del intercambio de palabras

de un libro repleto de palabras

de la dicha de este momento

que no puedo expresar con palabras

del aire que sale por tu boca acompañando una palabra

del viento que se las lleva lejos

del mar que las baña en la orilla de arena

de la espuma de los días

que burbujea como pompas de jabón

de esos momentos tan vitales y tan sentidos

donde pueden sobrar las palabras.

Y es que con o sin palabras

me siento enamorado.

















AQUÍ (Chantal Maillard)

 

Aquí

Dime lo que he de hacer. Las palabras
se agolpan. Dime algo, dices, dice
él. A mí, me parece


que no dejo de hablar. No obstante,


cuando lo intento -dime, dice-, oigo


como un gemido, tan sólo un gemido


que arrastra el llanto.


Dime lo que he de hacer. Llévame a


donde me digan lo que he de


hacer. Sus ojos. Tus


ojos -¿tus?- sí,


cálidos ojos-lago, ojos-aquí.


Aquí, como los niños


y los idiotas. Por eso tus ojos,


para quedarme. Para


seguir aquí. Para aguardar


aquí. ¿Aguardar qué? No importa.


Para aguardar.

Ni dentro ni en superficie.


Aquí donde los niños


Y los pobres de mente. Un aquí


que se prolonga en tus ojos sus ojos,


para poder quedarme.


Dime lo que he de hacer.


Escribo


porque tal vez no hablo. No


me sueltes.





















Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...