Transustanciación (J.J.Millás)

 

No es lo mismo vivir a secas que vivir para contarlo. Lean atentamente este verso de Louise Glück: «Viví para ver cómo te deshacías de mí». Brutal, ¿no? Le ha faltado añadir. «y para contarlo», que es a los que nos dedicamos los escritores, a contarlo, y eso es lo que hizo por tanto Antonio Lucas: enrolarse como observador en un pesquero que faenaba en Gran Sol para ver cómo se deshacía de sí mismo (y para relatarlo). El resultado fue un conjunto de reportajes aparecidos en su periódico hace dos o tres años (una obra maestra) y que ahora ha transustanciado en una excelente novela titulada Buena mar. Los cristianos llaman transustanciación al misterio por el que el pan y el vino se transforman en el cuerpo y en la sangre de Jesús por medio de la palabra del sacerdote. Viene bien este término a los recursos literarios por medio de los cuales un conjunto de signos impresos en un papel se transforma, para el lector, en realidad mental pura y dura.
Quienes mejor conocen este proceso milagroso son los poetas y Antonio Lucas lo es, de ahí que la lectura de Buena mar obligue al lector a embarcarse en el mismo arrastrero gallego en el que él se hizo a la mar y lo obligue a descender por la caja estrecha de una escalera húmeda hacia el camarote, por llamarlo de algún modo, que el personaje de la novela habría de ocupar durante el tiempo de la travesía. Más aún: lo obliga a subir de vez en cuando a cubierta para respirar el aire empapado en salitre y observar el horizonte tormentoso desde una memoria confusa por el vértigo físico y la turbación emocional.
Pocas veces fue tan cierto que leer con pasión una novela equivale a reescribirla. Es lo que hice yo durante las horas que viví dentro de ella: reescribirla línea a línea. Mías son las imágenes sobre la «madrugada inmóvil» o sobre el «estruendo desaforado de metales y maderas constante, terco», de la nave. Yo me he mareado, he vomitado, he asistido a la evisceración de los enormes peces para ver luego caer sus cuerpos en la bodega húmeda en la que se conservarían hasta su llegada a puerto.
He asistido, en fin, a todos los movimientos exteriores, objetivables, dados, pero también al naufragio interno del protagonista porque me he transustanciado en él. He sido él y he sobrevivido a una experiencia lectora que necesitaba referir.


 

















COSAS MÍAS Y DE OTROS PERO QUE SIGUEN SIENDO MÍAS

 

En estado de alarma estoy yo. Yo sí que estoy en estado de alarma perpetuo y con o sin coronavirus. Pero tranquilos, no me he pasado al lado más negro y oscuro de la película. No voy de negacionista por la vida. Ahora bien, tampoco voy de positivista y todo vale y todo es cojonudo y todo lo que diga el gobierno es acto de fe y amén. Primero, soy médico y como médico opino y trabajo, eso sí, a destajo. Y como médico intento estar al margen de los colegios médicos y eso lo hago por principios y porque me sale de dentro (por no mencionar otra cosa fácil de suponer). No quiero ser corporativista defensor del pecado de clase y tengo que decir y lo digo a voz en grito, que la mayoría de mis compañeros médicos me importan una mierda. No les deseo ningún mal, pero tampoco les deseo que aposenten sus culos en el nirvana.
Ni chicha ni limoná, diría el otro. Pero vamos a ver, yo me mojo y sigo opinando que la mayoría de mis compañeros no valen dos peniques y medio. Algunos sí y esos algunos valen mucho más que mucho, pues aparte de trabajar y hacerlo mejor que algunos otros, tienen que lidiar contra la ideología dominante en la clase médica, que tiene demasiado de facherío de clase médica pudiente y mucha mierda de derechas de toda la vida. Domina la derechona más cruel y patética y se puede entender muy bien porque domina. Porque la derecha defiende los privilegios de clase médica y sobre esos derechos de privilegio se montan sus propios colegios médicos (o chiringuito) y tiro y me toca y después me vuelve a tocar...y entonces hay algunos médicos a los que les da tiempo a meterse en el rollo sindicalista.
Y nunca mejor dicho, se hacen sindicalistas de clase médica. Al final, resulta que unos son primos de los otros o cuñados que se van intercambiando los distintos puestos. Un día, eres sindicalista de la clase médica y otro, te haces gerente de un hospital público y si te dejan tiempo y no te dicen nada, te metes en el colegio médico, como presidente o como secretario de tanto capullo privilegiado.. Ellos siempre tienen tiempo y porque hacen muy poco de lo que dicen que hacen. Pero hablando son los mejores. Se llenan la boca de babas y de diagnósticos y tratamientos que solo entienden ellos y alguno de nosotros y porque no nos queda otro remedio. La medicina es un mundo aparte, pero si en ese mundo dominan los capullos, entonces la hemos jodido.
Y habrá mafias y favores y perdones y siempre a cambio de algo. Si les sigues el juego, todo te irá muy bien (tienes padrinos y mafia que puedecontodo). Pero sino, es muy difícil sobrevivir en medio de esa selva que ellos solitos se han montado (con todos sus privilegios, claro). Son doctores, aunque no lo sean, pero ostentan el título igualmente y que nadie ose toserle en su cara. Todos o muchos son doctores honoris causa que han sacrificado media vida y en aras de nuestra salvación de pobres humanos. Que les den por el culo a ellos y a todo lo que representan. Vale, son mafia sin metralletas y no son seguidores de Al Capone, pero poco les falta. Son médicos y en médicos se debían quedar (sin más añadidos de clase). Como yo me tengo que quedar en cada día que sufro en mis carnes. Bueno, todo esto fue una especie de desahogo, que llevo toda la vida pensando en ello y que hoy y algún otro día, me ha dado el punto de cagarme en toda la clase médica. Que me perdonen los buenos médicos y los que se han dejado media vida en el tema. Que son muchos y sino son muchos, os juro que me da igual. Y es que para lo que me queda en el convento..me cago dentro y además, me limpio con papel de fumar.





























 


VLADIMIR KOMAROV

 

Acabo de leer una historia sobre un pobre tío que se llamaba Vladimir Komarov, por supuesto ruso de pura cepa y además, de la estepa ruso siberiana. La cosa va de que éste año presente, se acaban de cumplir los 50 de su muerte (esto era en el 2.017). Y el pequeño articulo sobre el tío está muy bien. Hace una reflexión general sobre ese tío "casi héroe" de la madre Rusia y que al final murió como un perro, abandonado, triste (me lo supongo) y sólo en el espacio sideral. Y ésta reflexión que yo me marco no va contra Rusia en concreto y va contra todos los Estados y porque en aras y al servicio de su puta Patria y a lo largo de la historia, hubo muchos muertos que al final fueron héroes casi anónimos (nunca fueron reconocidas sus hazañas). Las Patrias tienen esas cosas, te ponen un himno, te dan una bandera a colores, te obsesionan con la idea de que tu patria es tuya y única y no lo es la del vecino (el vecino siempre más pobre, claro) y de que por ella hay que dar la vida y así abrazar a la muerte....
Pues en el caso concreto de éste pobre y desgraciado señor, lo que pasó es que era un astronauta con relativo nombre, pero tuvo la mala suerte de pillarle la guerra fría y claro, había que adelantarse a los yanquis en la carrera del puto espacio de mierda (en éste caso). Y por ese estúpido motivo, éste señor que había hecho sus pequeños pinitos en el espacio, pues de repente, a sus jefes del Kremlin les entraron las prisas y ya sabemos la razón. En éste caso en concreto, los yanquis iban más adelantados.
Así que un día cualquiera a un jefe del Kremlin se le ocurrió que podían ser más rápidos que los yanquis y pusieron en órbita a Vladimir y dentro de un cacharro espacial que fue improvisado hasta última hora (iban con mucho retraso y además, el propio Vladimir Komarov estaba en contra de como se hacía el proyecto y por chapucero), que naturalmente y por pura lógica acabó petando en el espacio y a tomar por culo la nave de mierda y el Vladimir con ella. Pues ya veis, el tío iba para héroe y al final sus trocitos de carne y hueso siguen flotando por el espacio infinito. Lo que tocó Tierra era un amasijo de hierro candente y retorcido y con unas cucharillas fueron despegando lo que se suponían que eran pegotes de su carne humana, que como decía el articulista (el verdadero, no yo), al final enterraron un bulto que simulaba una raíz chamuscada y retorcida en ángulos imposibles y a eso le llamaron los restos de Vladimir Komarov.
Lógicamente todo la parte macabra de la película fue convenientemente ocultada por los jefazos del Kremlin. Pues aquí tenéis una triste historia, aquí tenéis otra demostración de que sea en Rusia, en USA o en Venezuela, no merece la pena entregar la vida de uno a cambio de una condecoración y en conclusión: "que se suban ellos que a mí me da la risa.












TIENES...

 

"Tienes un no se qué

que siempre altera mi yo que sé."
























siempre dolerá más, el amor.

 

 Los demonios van por dentro,

muy adentro

mucho más adentro que lo demás.

Las quejas no,

las quejas van por fuera

y a veces, hasta gritan y vociferan...

pero cuando un demonio se queja,

hay un grito desgarrador

y después del grito vendrá un silencio aterrador

y entonces es cuando me doy cuenta

que siempre dolerá más, el amor.





















Eso es lo quiero

 

Eso es lo quiero,

quiero escapar y desaparecer,

esconderme bajo una cama imaginaria,

jugar al escondite con los malos rollos,

ocultarme en un pliegue de tu ombligo,

acurrucarme como un feto,

y no escuchar nada,

sólo oír los molinos de tus tripas,

y el suave movimiento de tus caderas,

y eso es lo que quiero,

quiero que me dejes un sitio debajo de tu piel,

y que el colchón en que me acueste,

sea de escarcha de la mañana.


 
























SUEÑOS


 Por tanto, soy un exprimidor de vida y como hacen los yanquis en las películas: me acojo a la quinta enmienda, que no sé cual es, pero suena que te cagas. Como decía uno (creo que era yo): yo soy un cazador de sueños y sueño que atrapo..., me quedo con él o con su esencia y ahí no tengo remilgos, como vea un buen sueño ajeno, me lanzo en plan descarado y no lo hago mío, pero sí en parte. Porque yo no voy de santo, ni de buena persona bobalicona, pero eso sí, si robo lo digo y lo reconozco y por eso yo no sirvo para político, porque reconociendo todos mis pecados, que son muchos, pues pasa que no me votarían ni las cucarachas. Ahora, también tengo que decir que: mis grandes sueños me gusta compartirlos con unas cuantas personas muy bien contadas, porque una cosa, es contar los sueños que uno tiene y otra cosa muy distinta, es compartirlos en el mismo viaje.





OSCAR WILDE

 


COSAS


 

JOSÉ LUIS SAMPEDRO


 Acabo de complir 68 años (ayer día 5 de febrero) y puedo refrendar semejante frase con toda la autoridad que me compete y que me la ha dado, el paso de los años. El tiempo es vida y esa frase nadie me lo arrebata.

QUINO


 

ELISABETH KUBLER-ROSS


 

YO AMO LAS IMPERFECCIONES

 

Miro hacia el futuro

y además sé, cual va a ser mi destino,

pero en cada esquina y en cada recodo

me espera la vida

y me dice al oído

¿hacia donde vas?

mira hacia atrás

y verás que tu mundo ha sido imperfecto.

Y ahí es donde entro yo,

busco mis imperfecciones,

mis mares de dudas,

mis tormentos demenciales,

y mis patéticas quimeras,

y entro hasta el fondo

y me pierdo en mi propio caos y desastre

y entonces deduzco

que yo amo las imperfecciones

y que detesto las normas perfectas y las palabras correctas.
















Miro hacia el futuro

y además, sé cual va a ser,

pero en cada esquina me espera la vida

y me dice al oído

¿hacia donde vas?

mira hacia atrás

y verás que tu mundo ha sido imperfecto.

Y ahí es donde entro yo,

en mis imperfecciones,

en mis mares de dudas,

en mis tormentos demenciales,

en mis patéticas quimeras,

y entro hasta el fondo

y me pierdo en mi propio caos y desastre

y entonces deduzco

que yo amo las imperfecciones

y que detesto las normas perfectas y las palabras correctas.

¿PARA QUE VINE A ÉSTE MUNDO?

 

Si me preguntas

¿para que vine a éste mundo?

simplemente te respondería:

para hacer lo que hice,

todo a lo grande,

sin temor al fracaso,

y sin miedo a lo prohibido,

aunque es de persona reconocer

que  a veces, 

hasta yo mismo no me soportaba.






























JOAN MARGARIT

 

"Una herida es también un lugar donde vivir".


PARTE DEL VIENTO

 

Yo no puedo ser piedra
y así y como si nada, hacerme el ausente.
Yo quiero ser parte del viento,
aunque a veces procuro mirarme con el mar en calma,
y en otras, deseo agitar los cuatro mares
y naufragar entre olas gigantes...
y cuando nadie me ve
y cuando nadie me ve...
descubro que a veces no me entiendo,
me miro en el espejo de mi alma
y me veo hueco y me siento vacío
y por fin entiendo...
que yo no soy piedra,
pero que me falta un mundo para ser parte del viento.




















Yo no puedo ser piedra
y así y como si nada, hacerme el ausente.
Yo quiero ser parte del viento,
aunque a veces procuro mirarme con el mar en calma,
y en otras, deseo agitar los cuatro mares
y naufragar entre olas gigantes...
y cuando nadie me ve
y cuando nadie me ve...
descubro que a veces no me entiendo,
me miro en el espejo de mi alma
y me veo hueco y me siento vacío
y por fin entiendo...
que yo no soy piedra,
pero que me falta mucho para ser parte del viento.

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...