
desnudo,
y yo te veo y te observo
y yo pienso...y yo pienso...
¡en como te voy a comer!,
sobre la cama estás tú y tus
circunstancias,
y hasta mi llega el olor de tu
perfume de esencias,
y el agradable sabor que transmite tu piel...
y entonces, vuelvo a pensar
¡en como te voy a comer!
y de nuevo, me acabo fijando en la cama
y observo los destellos de tu cara,
y como cada centímetro se multiplican en cien metros,
y porque lo tuyo son toboganes de agua
y yo soy el que me tiro por ellos,
y al final del túnel, siempre apareces tú y tu cuerpo,
y es cuando yo pienso...
¡en como te voy a comer!