TOCAR...

 


Cuando toco la hierba me crecen los dedos,

cuando te siento me involuciono

me hago arena y pasto de hiena

y me dejo ir por donde me mande la vida

al libre albedrio

o a la crecida del río.


Cuando me toco pienso...

ojalá fueran tus dedos,

pienso eso antes de volverme a tocar

y porque cuando me vuelvo a tocar

me olvido de mi anterior ansiedad,

entonces, me toco de nuevo 

y me dejo volver a tocar,

y de nuevo, me abandono

y hasta conseguir que vuelvo a disfrutar.

HOSPITAL ASILO ANCIANOS POBRES (Gloria Fuertes)


 HOSPITAL ASILO ANCIANOS POBRES
Viven mucho.
Algunos no tienen nada más que años.
Algunos nunca tuvieron nada.
- Algunos tienen hijos casados en buena posición -.
Otros tienen un cáncer calladito,
la mayoría padece locura senil
y guardan estampitas de la Virgen.
Allí están solos
y aún vivos,
solamente esperando.
Viven mucho,
Valen tan poco que ni la muerte les quiere.


GLORIA FUERTES

ESPERANZA (Ángel González)






ESPERANZA



Esperanza,
araña negra del atardecer.
Te paras
no lejos de mi cuerpo
abandonado, andas
en torno a mí,
tejiendo, rápida,
inconsistentes hilos invisibles,
te acercas, obstinada,
y me acaricias casi con tu sombra
pesada
y leve a un tiempo.

Agazapada
bajo las piedras y las horas,
esperaste, paciente, la llegada
de esta tarde
en la que nada
es ya posible...
Mi corazón:
tu nido.
Muerde en él, esperanza.


Ángel González

Israel Galván "La Curva" during IV Dutch Flamenco Biennale - Rotterdam,...






 Temeridad, laconismo, temeridad inocente. Con ello Israel Galván inventa una nueva forma de grandeza en el mundo del baile flamenco y, sin la menor duda, en el mundo del arte en general, nuestro caro arte contemporáneo. Laconismo y humildad hacen del artista un personaje cuya psicología resulta difícil de entender: crea Pathisformeln sin patetismo, puras fórmulas para el padecer, o sea, para el ser-afectado de cuerpo y para el acto expresivo de su danza (recuérdese cómo planteaba Gilles Deleauze a partir de Spinoza el tema de la expresión: ¿Qué puede un cuerpo?). He ahí por qué sus gestos nos conmueven sin que podamos atribuirles una significación emocional precisa (expresar no quiere decir significar). Su cuerpo produce fórmulas cuyo pathos queda ahí, ante nosotros, aunque como en suspenso, como si flotara en la sombra. Ni alegre, ni triste. Nunca grandilocuente, jamás retórico. Agacha la cabeza, camina en redondo, lentamente, sin afectación ni siquiera afección. Y sin embargo, nos emociona. ¿Por qué?

Edwin Derby, que en los años cuarenta había admirado a Carmen Amaya y a la Argentinita, proponía que cualquier apreciación de la danza se basara en nuestra capacidad para mirar a la gente común cuando anda por la calle y ver si ocurre algo (seeing something happen) o no. A pesar de su apabullante virtuosismo, Israel Galván suele arrancar de ahí: de los gestos más sencillos, sin maestría aparente, gestos que muestran la humanidad sin demostrar fuerza o habilidad particulares. Cuando asistí a sus clases, tuve la impresión de que no le interesaban los buenos alumnos: sólo observaba al más viejo, ese que se sofoca, baila pese a todo, sin porvenir, que se conforma en el presente con lo poco que tiene. En el fondo, sólo le interesa el bailaor pobre, ese que sin duda él quiere volver a ser más allá de su propio virtuosismo. Le gusta, dice, el gesto de los que oran ante el Muro de las Lamentaciones. Le gusta que Passolini, en Il Vangelo secondo Matteo, pusiera en escena una Salomé que probablemente no sabe bailar, que no hace casi nada.

 - Editorial Pre-Textos. Traducción de Dolores Aguilera.

EPÍLOGO (Ángel González)



EPÍLOGO



Me arrepiento de tanta inútil queja,
                           de tanta
tentación improcedente.
Son las reglas del juego inapelables
y justifican toda, cualquier pérdida.
                          Ahora
sólo lo inesperado o lo imposible
podría hacerme llorar:

una resurrección, ninguna muerte.



Ángel González

CALIBÁN (Abena Busia)




 

Calibán

 

Esta lengua que he dominado

me ha dominado a mí;

 

me han enseñado maldiciones

en el idioma del dominador

 

me han enseñado del sometimiento

en el idioma del dominador

 

y soy una mujer despreocupada y desnuda

cantando las palabras de una pequeña niña perdida

hollando el borde de las olas

 

tratando de volver a capturar…

 

el sueño de una virgen arropada con la luz de la luna

un gesto de extenderse a través de las aguas

cantando una canción de casa

 

soy la hija de un hombre negro, aún

varada en las costas de mares sajones

 

ME ENSEÑARON (Montserrat Villar González)


ME ENSEÑARON UN POEMA DE SUMERGIR EL SUEÑO DE MONTSERRAT VILLAR GONZÁLEZ

 

 

 

ME ENSEÑARON

 

 

Mi alma es esa casa de madera que arrastra el vendaval

Juan Carlos Mestre

 

 

Desde pequeña me enseñaron

que debía atesorar objetos

para dejar herencia.

Mi casa acaba de quemarse.

 

Me enseñaron que si trabajas

es para obtener beneficios

y comprar la felicidad a plazos.

Mi casa acaba de quemarse.

 

Me enseñaron el camino recto

que llevaba a la Iglesia los domingos.

Mi casa acaba de quemarse.

 

Me enseñaron que la apariencia

ayuda a que te respeten

y por eso yo llevaba vestiditos

que eran la delicia de las madres.

Mi casa acaba de quemarse.

 

Me enseñaron que la familia es indisoluble

y los hermanos son sagrados

aunque te sangren.

Mi casa acaba de quemarse.

 

Me enseñaron a disimular el dolor

y las mentiras,

a sonreír puertas afuera

para que todos envidiaran mi vida perfecta.

Mi casa acaba de quemarse.

 

Me enseñaron a callar

porque sólo era una niña que siempre

tuvo fantasías de cría inútil

y absurda comunista.

Mi casa acaba de quemarse.

 

Me enseñaron a dejar de respirar

para ahogar en el silencio a la belleza

y yo me convertí en palabras sin sonido.

Mi casa acaba de quemarse.

 

Ahora, ante los escombros de la casa,

aprendo a vivir de nuevo

y la libertad nace de las cenizas.

 

 

 

Montserrat Villar González

Sumergir el sueño – Sulagar o soño

 

MI PATRIA ES EL MUNDO

 

Que hoy es Jueves y día 5 de Noviembre, eso lo sabemos tú y yo y unos cuantos más y lo que no saben los demás, es que ahora son las 12 de la mañana y yo escribo desde mi pequeña y preciosa Isla del Mar Mediterráneo, esa vieja loca, esa Isla que me trae de calle y un día me siento enamorado de ella y al día siguiente, me ahogo entre sus azules aguas transparentes y cristalinas. Bueno, la verdad es que nunca me ahogo en la transparencia de sus aguas, más bien me ahogo en su tierra firme y sobre todo me ahogo entre sus gentes. Sí, con esa quietud de pueblo pequeño e inerte, del buenos días de todos los días y con las mismas caras, de las tardes oscuras y lánguidas y tristes, de las mismas miradas que siempre me preguntan: ¿y quién coño es éste tío? y ¿cuánto tiempo durará en ésta Isla?.

Sí, porque los Isleños tienen metido en su coco el criterio de la transitoriedad, están acostumbrados a ver pasar gente de fuera y de que se vayan a la mínima de cambio. A que llegue el duro y aburrido Invierno y se cargue a los forasteros, en fin, esperando a que se depriman y emprendan una veloz huida hacia la tierra de sus raíces. Pero pasa una cosa, yo no tengo raíces en ningún sitio, mis raíces viven del mismo aire del que respiro, se alimentan del medio ambiente, son volátiles, son etéreas, son transitorias, son grandes, son inmensas y como ya dije en su día, no se agarran a ningún lugar en concreto, se agarran a la madre tierra y eso significa, que se agarran a toda la tierra y a cualquier parte de tierra.
Ayer viví en un sitio, después en otro y siguió la ruleta dando vueltas y hoy y desde hace unos años, aterricé aquí, en ésta pequeña Isla, que muchas veces me resulta entrañable y que en otras, me suena a hueco, pero desde que vivo aquí, es mi Isla y es mi patrimonio, es ese trozo de tierra que flota en el medio del mar, es esa roca que sobresale del fondo de los mares, es en fin, mi pequeña patria sin fronteras y sin banderas., pero eso sí, que está rodeada de mar por sus cuatro costados Claro que siempre pasa y como en todos los sitios, que los hay que se empeñan en lo contrario, en llenar a ésta Isla de folclore patatero, de ponerle raídas banderas de viejas rencillas, de buscarle una madre Patria que la abrace y como a un niño desprotegido. Pues yo amo a mi Isla, pero no a sus banderas, himnos, cánticos y bailes. Mi patria es el mundo y el vuestro ¿cuál es?.

CIUDAD CERO (Ángel González)

 





 




   Ciudad cero



Una revolución.
Luego una guerra.
En aquellos dos años que eran
la quinta parte de toda mi vida,
ya había experimentado sensaciones distintas.
Imaginé más tarde
lo que es la lucha en calidad de hombre.
Pero como tal niño,
la guerra, para mí, era tan sólo:
suspensión de las clases escolares,
Isabelita en bragas en el sótano,
cementerios de coches, pisos
abandonados, hambre indefinible,
sangre descubierta
en la tierra o las losas de la calle,
un terror que duraba
lo que el frágil rumor de los cristales
después de la explosión,
y el casi incomprensible
dolor de los adultos,
sus lágrimas, su miedo,
su ira sofocada,
que, por algún resquicio,
entraban en mi alma
para desvanecerse luego, pronto,
ante uno de los muchos
prodigios cotidianos: el hallazgo
de una bala aún caliente,
el incendio
de un edificio próximo,
los restos de un saqueo
papeles y retratos
en medio de la calle…
Todo pasó,
todo es borroso ahora, todo
menos eso que apenas percibía
en aquel tiempo
y que, años más tarde,
resurgió en mi interior, ya para siempre:
este miedo difuso,
esta ira repentina,
estas imprevisibles
y verdaderas ganas de llorar.

 

Elena Mikhalkova, fragmento de La habitación de las llaves antiguas

 

Elena Mikhalkova, fragmento de La habitación de las llaves antiguas






(...) Mi abuela una vez me dio este consejo: "Cuando los tiempos sean difíciles, avanza en pequeños pasos. Haz lo que tengas que hacer, pero hazlo lentamente. No pienses en el futuro ni en lo que pueda pasar mañana. Limpia los platos. Limpia el polvo. Escribe una carta. Cocina sopa. ¿Ves eso? Sigue adelante, paso a paso. Da un paso y luego haz una pausa. Toma un descanso. Valórate a ti misma. Da el siguiente paso. Luego otro. Apenas lo notarás, pero tus pasos se harán más largos. Hasta que llegue el momento en que puedas volver a pensar en el futuro sin llorar."

EL ÚNICO CONSEJO QUE OS PUEDO DAR



Menos mal que en la vida existen los subidones o esos ataques de gloria, de esperanza, de optimismo desorbitado, de querer romperlo todo y sin que te importe una mierda correr el riesgo de no quedarte con nada. Pues la cuestión está en el proceso gravitatorio, en la construcción del proceso y el como disfrutas de ese bestial viaje. El subidón no tiene ninguna lógica, puede aparecer en los momentos más malos o más buenos y también puede tener o no, una causa determinada y justificada. Puede aparecer por el vuelo de una puta mosca que te está calentando los cojones o porque hoy el mar está precioso o porque he dejado mi estudio (estudio o habitación preparada para estos menesteres y que son más de escribir que de estudiar) de rechupete y listo para la guerra interestelar y por éstas posibles causas...la cosa o el subidón se dispara.

A veces has pasado una noche de espantoso insomnio y cuando el primer rayo de sol te da en el careto, de repente, se despierta el monstruo del subidón. Con el subidón el mundo se te hace pequeño y te sientes un dios en la tierra y si estuvieras en el cielo, destronarías al que dicen que es el dios verdadero. Yo creo que ese el gran problema de los humanos, que somos ambiciosos y como lo queremos todo, pues pasa que queremos estar con el subidón en modo perpetuo y de ahí, vienen los cuelgues de las drogas que estimulan o destrozan el cerebro o que lo dejan en estado de bienestar adormilado.

En el fondo, todos queremos ser como las águilas que dominan los cielos. Pero para ser un águila antes tienes que ser ratón y aún así, la cosa no está asegurada, porque puedes ser ratón y quedarte en ese estado en modo perpetuo. Yo no soy nadie para dar consejos y porque además el mundo está lleno de ellos, ya sabéis de que va el tema: tienes que ser positivo, tienes que ser honrado y modesto, tienes que ser bueno y honesto, tienes que ser sincero y empático, tienes que saber poner el culo y sonreír a su vez y tienes... y tienes que ser gilipollas redomado para tragarte todas éstas monsergas patrañeras. Cada uno es como es y punto, y si yo coincido con alguien que me guste, pues le daré un beso en la boca o en sus partes, según tercie y mejor convenga. Y éste es el único consejo que os puedo dar.

2 POEMAS DE Luis Alberto Ambroggio





PATERNIDAD

Hoy escuché
una expresión extraña
entre los pasillos
de la burocracia.
En el trabajo
un intercambio corriente de palabras:
«Esta es mi creación»
alguien decía
mientras con orgullo de padre
una carpeta de formularios cargaba.
De creación hablaba
con orgullo de padre.
Creí haber escuchado algo
y no haber sentido nada
sobre los papeles muertos
de la burocracia.


Collage de Cecilia Ferix

MATERNIDAD

A Lilliam 1979

Yo te quiero llena
como nube de lluvia,
regando
ese calor de vida,
esa sangre fuerte
que anima tu regazo.

Sí, me importa tu figura
que crece en vida
con el impulso tierno
de haberte amado tanto.

Yo sé que has muerto,
hemos muerto en siembra,
de lo que tienes ahora,
de lo que mañana
estarás dando.
Para que cuando caminemos
él siga nuestro paso
y cuando ya no estemos
siga solo caminando.

Yo te quiero llena
con plenitud sin ocaso
esa vida que tú tienes
y que le darás
al tiempo y al espacio
con el agua de la lluvia
con el ardor del abrazo
con el cariño de tus pechos
y la acogida de tus brazos.

LAMIUM (Louise Glück)

Lamium purpureum, Maarten Appel 



LAMIUM

Así se vive cuando tienes un corazón helado.
Como yo: entre sombras, arrastrándose sobre la roca fría,
bajo las copas inmensas de los arces.

El sol apenas me alcanza.
A veces, al comenzar la primavera, lo veo elevarse a lo lejos.
Luego crecen las hojas sobre él, hasta cubrirlo todo.

Siento su brillo entre las hojas, vacilante,
como quien golpea un vaso con una cuchara de metal.

No todos necesitan de la luz
en igual medida. Algunos
creamos nuestra propia luz: una hoja plateada
como un sendero que nadie puede recorrer, un lago de plata
poco profundo bajo la oscuridad de los arces.

Pero esto ya lo sabes.
Tú y aquellos que piensan
que viven por la verdad, y en consecuencia,
aman todo lo que es frío.


Louise Glück, 

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...