LA TARDE DE HOY





La tarde de hoy,

¡uffff la tarde de hoy!,

no es una tarde cualquiera,

es una tarde vestida de primavera,

 desde la cabeza a los pies 

y de babor a estribor

lo que no brilla reluce

y lo que reluce deslumbra, 

yo parezco una bombilla encendida en medio de la fiesta de las luces,

soy una mierda en medio de ésta tarde tan bella,

tan alucinante,

tan irradiante que hay que defenderse de su belleza,

tan inasumible en los tiempos que tocan


y por eso puede parecer aún más bella,

porque es una razón añadida,

porque la tienes delante

y cuando vas hacia ella,

van y te cierran la puerta,

la tenías

pero ahora ya no la tienes,

te has quedado en el portal de la entrada,

al lado del ascensor

y viendo como se encienden y se apagan las luces de la escalera,

y lo único que tienes que hacer,

es dar la vuelta

y probar suerte en otro lado,

debes esperar al día siguiente o al siguiente del siguiente,

y que la suerte se ponga de tu lado,

la suerte, los astros, esa moneda al aire

y que la bruja que lea tu mano te diga:

vas a tener suerte

y tendrás una tarde alucinante,

pero antes tendrás que esperar a que la cuarentena, acabe...............................

HE TENIDO Y TENGO






He tenido tiempos de desdoblamientos,

he sido dos o tres cosas al mismo tiempo,

he escuchado a la vez que he hablado

y he hablado mientras sentía y comprendía,

he tenido malos y buenos momentos,

así como otros, neutros,

he subido, he bajado

he ascendido y descendido,

he trepado (muy pocas veces),

he soñado en muchas,

he querido hasta la muerte,

he odiado con toda mi ira,

he escupido contra el viento

al sentirme estafado o dolido

me he arruinado un montón de veces

y las que tengo aún pendientes

yo no soy mejor que tú,

pero tampoco soy el peor de los humanos,

soy zurdo contrariado,

y eso me escora hacia un lado,

tuve celos que ahora no comprendo,

tuve vidas paralelas que fueron estúpidas,

tuve pesares en toneladas

y tuve alegrías que ya quisieran otros,

¿mi existencia?

ha sido buena,

he nacido en un sitio precioso,

me crié a los pies de una hermosa playa,

crecí entre parras, maizales y matas de tomates,

era el amo de la bicicleta sin frenos,

fui malo y demoníaco,

después, fui revolucionario

más tarde, acabé la carrera de medicina,

y bueno, ahora ejerzo de médico,

tengo tres hermosos hijos,

vivo solo y bien acompañado con mis fantasmas,

aunque la cuarentena

la esté pasando con dos de mis hijos,

(por lo tanto, ya no vivo solo)

no tengo un Ferrari, ni tampoco lo quiero,

no tengo barco, ni yate,

tengo mi casa y mi jardín con flores,

creo, que con todo esto me doy por servido

y si me dejarán seguir viviendo así,

no digo que me conformaría,

pero casi,

tengo mi casa, mis hijos, mis flores,

mis plantas 

y mis mejores sueños siguen durmiendo conmigo.

¿NOS VAMOS?



No recuerdo bien lo de aquél día,

salvo algunos trazos difusos...

era septiembre,

hacía frío 

la lluvia caía sobre tu pelo castaño,

eran las primeras gotas de lo que iba a ser un largo invierno,

recuerdo el agudo y molesto piar de gaviotas,

(siempre tocacojones)

un barco saliendo del muelle

 un hombre dando gritos a otro,

en tono irritado y melodramático,

gesticulaba demasiado...

estaba nublado, como casi siempre,

nosotros tomábamos un café bien caliente,

y todo era observado desde nuestro lugar reservado

 era la ventana que mejores vistas tenía al mar

yo en ese momento te dije algo así como...

algo tendremos que hacer con nuestras vidas,

¿hacemos algo o lo dejamos pasar?

y tú ni me miraste,

te mantuviste de lado 

y para salir por la tangente, como siempre,

y al cabo de un rato

(a mi me pareció, un siglo)

abriste la boca pero para decirme otra cosa

¿Qué vamos hacer el fin de semana?

Yo puedo ser muy pesado, a veces,

pero de tonto no tengo ni un pelo

y si tú no quería hablar del tema,

pues vamos a ver,  yo tampoco,

(orgullo estúpido no me faltaba)

al fin y al cabo la vida podía transcurrir como hasta ahora,

sin planificación y a salto de mata,

y con el consabido 

¡mañana ya veremos!

otro café con leche... por favor,

y con el segundo café

mis palabras se anulaban definitivamente,

ya habría tiempo más adelante...

no hay que ser tan agonías...

y sino fíjate en el paisaje que tienes delante,

y entonces nos deslizabámos hacia un tiempo en silencio,

yo entraba en una especie de trance metafísico

y me iba de aquél sitio

me iba a otro lugar siempre más bello,

 más bello en todo

pero sobre todo más bello de pensamientos,

y donde todo era paz y armonía,

no había sobresaltos,

ni había medias ni malas palabras,

ni exabruptos verbales,

ni malas caras,

ni gestos retorcidos ni torticeros,

y allí me quedaba instalado durante nosecuantos minutos,

por mi, podían ser horas o días

y hasta que tú me despertaba de mi sueño,

y con un simple...

¿nos vamos?

que llevamos más de una hora aquí,

decías a modo de letanía,

y yo te decía que sí,

un sí automático y robotizado,

al mismo tiempo que pensaba...

otra vez no hemos hablado de nuestra maldito tema pendiente,

después, volvíamos a casa

y cada cual se sumergía en sus tareas y cosas,

yo mientras encendía la chimenea... pensaba,

quizá podamos hablar el próximo sábado

y con esa vana esperanza me quedaba

pero yo sabía perfectamente que no va iba ser verdad,

sabía que el próximo sábado...

volveríamos a desayunar en el mismo bar,

veríamos el mismo muelle

con las mismas gaviotas emitiendo los mismos graznidos,

(igual de tocacojones)

el aire sería igual de  frío y húmedo,

el hombre que la otra vez gritaba desesperado,

gritaría igual  o más,

la ventana que nos separaba del resto de la vida, sería la misma,

el café estaría humeante, como siempre,

yo te diría lo mismo que el sábado anterior

tú mirarías igualmente hacia un lado

y para salir como siempre, por la tangente

y me dirías las mismas o parecidas palabras

¿qué hacemos éste fin de semana?

después vendría ese tiempo de silencio casi infinito,

donde yo me vuelvo a sumergir en mis sueños extracorpóreos

y tú al cabo de una hora me dirías

¿nos vamos?

que llevamos más de una hora, aquí...

¿TE ACUERDAS DEL DÍA 8 DE ABRIL DEL 2020?








NOTA ACLARATORIA

Resulta que en mi recuento de días de 

claustrofobia,

yo iba atrasado

y según mis cuentas hoy sería el día 23

y según los datos oficiales estamos en el día 25

y 2 días son dos días

y son 48 horas

y en 48 horas se pueden hacer muchas cosas,

bueno quizá, no tantas...

pero bueno, es mi misión 

intentar dar moral a la tropa,

para eso me vistieron de médico,

me enfundaron la bata y el fonendo,

y como esa tropa de pobres médicos cubanos

que andan desperdigados por el mundo 

y que sirven igual para un roto que para un descosido

tendré que ir ¡a sanar el mundo!...


AQUÍ EMPIEZA ÉSTE POEMA


Hoy es día 8 de abril de año 2.020

y entonces es el día 25 de la cuarentena,

que será nuestra semana santa más recordada,

pues aseguro que nunca olvidaremos esta pandemia,

¿te acuerdas?

nos conocimos en la semana santa

del año 2020,

tú vivías enfrente de mi

y una noche de luna llena

te apoyaste en el quicio de tu ventana,

llevabas un pijama a rayas y lunares, 

¡precioso, por cierto!

yo en cambio,

iba con el clásico pijama de cuadros,

los dos nos miramos desde nuestra respectiva distancia,

tus ojos verdes  y a veces, se hacían fluorescentes 

en cambio los míos irradiaban destellos como dos luceros,

fue un amor a primera vista, 

de primeras, me encantó de ti

 tu pelo rizo y tus tirabuzones,

más tarde,

meses más tarde me dijiste,

que lo que te gustó más de mi,

fue la sonrisa

y el como chipeaban mis ojos claros,

creo que el influjo de la luna nos ayudó mucho

y el viento suave de aquella noche,

era enamoradizo y confortable,

después todo funcionó por señas y gestos,

los besos circulaban  como ecos rebotados,


las manos no pararon de mandar besos y señales,

y nos daban las 2 y las 3 y las 4 y las 5 ,

y siempre nos sorprendía

el sol del amanecer

¿Te acuerdas del día 8 de abril del 2.020?

era de noche y....

ME ABURRO POR AQUÍ, ME ABURRO POR ALLÁ...

  Me aburro por aquí, me aburro por allá, haciendo esto o lo otro me aburro igualmente. O sea me aburro por los cuatro costados y me siento ...