Joaquín Sabina
"Todos, alguna vez, fuimos amores pasajeros de trenes que no iban a ningún lado".
"Fahrenheit 451", Ray Bradbury
"Mi tío dice que los arquitectos se deshicieron de los porches delanteros porque no se veían bien. Pero mi tío dice que eso era simplemente racionalizarlo; la verdadera razón, escondida debajo, podría ser que no querían a la gente sentada así, sin hacer nada, meciéndose, hablando; ese era el tipo equivocado de vida social. La gente hablaba demasiado. Y tuvieron tiempo para pensar. Así que huyeron con los porches. Y los jardines, también. Ya no hay muchos jardines para sentarse. Y mira los muebles. No más mecedoras. Son demasiado cómodos. Pon a la gente en pie y corriendo por ahí".
Allá en donde estén ustedes
Allá donde estén ustedes
allí estaré yo.
Soy sombra anticipada
soy el anhelo antes de un suspiro
soy la palabra dada antes de ser presentada
y soy el verso que fue leído en la antesala.
Me describo
como bicho aparte
como un sueño incompleto
como una noche estrellada bajo el fuego de la luna
soy como un arañazo de gato
rápido, sigiloso y efectivo
y puede que algún día llegue muy lejos,
y entonces seré la ceniza del cenicero
la basura del vertedero
y el deseo pisoteado.
Allá en donde estén ustedes
allí estaré yo.
Soy sombra anticipada
soy el anhelo antes de un suspiro
soy la palabra dada antes de ser presentada
y soy el verso que fue leído en la antesala.
Me describo
como bicho aparte
como un sueño incompleto
como una noche estrellada bajo el fuego de la luna
soy como un arañazo de gato
rápido, sigiloso y efectivo
y puede que algún día llegue muy lejos,
y entonces seré la ceniza del cenicero
la basura del vertedero
y el deseo encadenado.
Kutxi Romero (cantante de Marea)
Lo imprescindible (Cristina Peri Rossi )
¡UN VENDEDOR DE LA BONDAD!
Como si fueran santos santificados y porque piensan que son inmunes al mal y a los malos pensamientos. Y su maldad real está en su puta bondad, en su exceso vanidoso de bondad, en su mal interpretada bondad (porque son muy malos actores). No saben decir no, pero tampoco saben decir sí, porque ellos no contestan y solo sonríen como el que no quiere la cosa. ¡Cabrón!...le espetas a la cara y te contesta con una sonrisa bobalicona llena de bondad y con ese aire de perdona vidas y con esa caída de pestañas que indica que por dentro se están diciendo: ¡pobrecito!. Claro que el día en que estallen, arderá Roma y Constantinopla, temblarán la Tierra y los Cielos y las mares serán tsunamis pero siderales.
Por eso a veces hacen advertencias: "tú me ves así, pero si exploto seré otro u otra". Véis, tanta sonrisa bobalicona, tanto pestañeo imbécil, tanto pasar la mano por el hombro ajeno y tantos y tantos besos de plástico que para no significan nada, al final tienen sus propias consecuencias catastróficas. Yo de los demasiado buenos me fío muy poco, pero de los que rezuman bondad no me fío nada de nada y ¿será por alguna vez en mi vida fuí como ellos?, ¡un vendedor de la bondad!. Pero, creo que no, que nuca lo he sido y si lo hubiera sido, muy poco tiempo duraría en ese papel.
Sam Szafran. Pedro M. Martínez. (Blog "Glup 2.0")
Sam Szafran
Lo bueno de la soledad es escuchar fuera lo que no tengo dentro, vivir en otro mundo del que vivo. Lo escribo para que no se me olvide. Lástima de paisaje truncado, de horizonte tan cercano, de este asco que vive en mi garganta desde que despierto hasta que intento dormir. Llevo demasiado tiempo sin verme, no tengo espejos, ni eco, me ignoro, estoy olvidando quién soy, o quién era, mejor eso, ahora soy nadie, ni siquiera un número. Sin embargo estoy vivo. Si esto se puede llamar vida. Tránsito lo define mejor. Me estoy quedando sin palabras, poco a poco las estoy olvidando. Se me rompen entre la lengua y la garganta. La humillación de no saber, de una memoria cansada, de esta oscuridad sin grillos ni pájaros, sin cangrejos ni nubes, sin melodías ni belleza en el andar de una mujer. Apenas las recuerdo, a las mujeres, ni sus voces, la curva de unas caderas. No sé qué es una caricia. Hace dos vidas que nadie gime en mi oído. Hace tres siglos que nadie me dice te quiero. Sin embargo…
Abren la mirilla, es hora de comer.
MI NAVE (2.015)
Menudo ESTUDIO me voy a montar: un sofá para mis descansos, una mesa de estudio para hacer mis deberes y tareas, un aparato de música para escuchar lo que quiero, unas buenas librerías llenas de libros para leer cuando me pete, un flexo para ver mejor, unos odiosos archivadores, el ordenador de sobremesa y libros, folios, bolígrafos esparcidos. Vamos, con ese desorden tan imprescindible, que significa que hay vida y que hay vida a raúdales. Si me voy a pasar 10 a 12 horas diarias encerrado entre 4 paredes, necesitaré crear mi pequeño universo y en el cual no pueden faltar una o dos plantas u cuatro o dieciséis y uno o dos cuadros que me digan algo. O sea que necesito tener un surtidillo de todo, de todo un poco y porque sé que en ese cuarto me voy a quemar hasta las pestañas.
Falta la impresora y ¡qué corran ríos de tinta!. Por fin y después de tres años, consigo lo que quería y después de este logro ¿qué le voy a pedir al mundo?. Pues nada, bueno sí, que el tiempo se pare, que el tiempo haga muchos tiempos muertos, que me de tiempo a escribir lo que quiero y siento y que tenga tiempo para pensar, para decidir, para soñar y para viajar conduciendo mi nave espacial y porque al final, más que un estudio, estoy construyendo mi NAVE.
MI DISLEXIA EMOCIONAL (2.016)
Y no intento darme de ánimos, aunque lo parezca, sólo intento matizar un poco más las cosas y para no dejarme arrastrar hacia lo más negro. Sí, porque hay una especie de hartura, de cansancio, de ver como se repiten las cosas de un día para el otro y yo sé que toda esta parte es solucionable con unas buenas vacaciones. Claro que ahora me doy cuenta de muchas cosas, de que últimamente he pasado por una serie de malos procesos vitales y que su impronta no la noté en su momento, sino que la he notado ahora o sea unos meses más tarde. Yo es que con mi dureza a veces me engaño y por eso, tiendo a pensar que he salido indemne o sea que aguanto el primer y segundo impacto, pero no he tenido en cuenta que cada impacto trae consigo mucha metralla de consecuencias que siempre llegarán más tarde.
Y mi deseo no es ese, mi deseo es salir entero después de cada impacto y eso me hace mantenerme durante un tiempo de pie, pero a los dos o tres meses me doy cuenta de que me falta una pierna o un brazo...y en eso soy lento, soy muy lento y porque de alguna manera me considero más fuerte de lo que realmente soy. Padezco de una "dislexia emocional" y soy mucho menos de lo que pretendo ser. Hoy no dejo de tener la sensación de que me he levantado con el pie equivocado, que los días así debían estar borrados del mapa y que si tuviera un yate en mi mano, lo quemaría sin tener ningún prejuicio. Pero no hay yate...hay la quietud de la nada y mi "dislexia emocional" y con este equipaje tengo que seguir tirando y hasta que llamen a mi puerta, las dichosas vacaciones.
LAS PAREDES
Pues sigo probando mi nuevo sitio desde donde escribo y me encanta, hay más luz, está más esquinado, está más recogido y hasta puedo pasar más desapercibido y no sé para qué...¡total estoy yo sólo!...pero supongo que será por si acaso entra alguien y pienso en el hipotético caso de que quiero seguir escondido. Hay que jugar a algo y por eso me gusta jugar al escondite conmigo mismo y además, porque también me sirve para desentumecer mis huesos que cada día están más podridos. Hay tantos escondites en ésta casa, hay tantos recovecos y rincones, hay tantas luces distintas, de tantos tonos, de tantos colores, de tanta belleza y de tanta melancolía en sus paredes, que hasta a veces pienso que está inundada de magia.
¡Hombre! magia no lo tengo muy claro, pero años sí que tiene y debe estar llegando a los 120 años, más de un siglo, que se dice pronto. Y aquí sigue en pie, con sus anchos muros de piedra isleña, con sus hermosas escaleras, con sus paredes estucadas. Son 120 años de historia y es cuando me pregunto: ¿cuanta gente ha vivido en ésta casa?. Por lo menos 4 o 5 familias y con todos sus vivos y sus muertos y por eso siento tanta mezcla familiar de fantasmas. Lo de que las paredes hablan, es verdad. Hablan, sonríen y lloran, porque al fin y al cabo éstas paredes han sido testigos de que por ésta casa han pasado 4 o 5 familias distintas. Siento el peso de esa historia, siento como cada piedra pesa más y siento que hay demasiadas almas en ésta vieja casa. Pero de momento, todos cabemos.
RUTINAS DE CADA DÍA
Julio Llamazares
SI HOY VOLVIERAS (Alfonsina Storni)
¿Qué me queda por hacer?...
¿Qué me queda por hacer?...
vivir y vivir más y con más intensidad
y con mayor ardor guerrero
y dejarme la piel en el intento
y devorarme las uñas y los dedos
y sentarme al caer el sol
y sentirme bien, cómodo y agradecido
dejar de ser serpiente que mude de piel
incrustarme en la vida como esa mancha de humedad en la pared
hacerme viejo sin padecer
pagar mis deudas, no buscarme otras,
ser fiel conmigo mismo,
comer despacio, hablar poquito,
soñar despierto, soñar dormido,
querer sintiéndome correspondido
dejar mis armas y escribir en el cielo
¡paz y amor!.
EL AMOR LOS DOMINGOS POR LA MAÑANA (Karmelo C. Iribarren)
ME ABURRO POR AQUÍ, ME ABURRO POR ALLÁ...
Me aburro por aquí, me aburro por allá, haciendo esto o lo otro me aburro igualmente. O sea me aburro por los cuatro costados y me siento ...

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Yo tenía cinco años. La maestra escribió en la pizarra: "Todos los hombres son mortales". Sentí un enorme alivio, un gran regocijo...