JUAN CARLOS ONETTI


 

Joaquín Sabina

 "Todos, alguna vez, fuimos amores pasajeros de trenes que no iban a ningún lado".

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"Fahrenheit 451", Ray Bradbury


 "Mi tío dice que los arquitectos se deshicieron de los porches delanteros porque no se veían bien. Pero mi tío dice que eso era simplemente racionalizarlo; la verdadera razón, escondida debajo, podría ser que no querían a la gente sentada así, sin hacer nada, meciéndose, hablando; ese era el tipo equivocado de vida social. La gente hablaba demasiado. Y tuvieron tiempo para pensar. Así que huyeron con los porches. Y los jardines, también. Ya no hay muchos jardines para sentarse. Y mira los muebles. No más mecedoras. Son demasiado cómodos. Pon a la gente en pie y corriendo por ahí".

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Allá en donde estén ustedes


Allá donde estén ustedes

allí estaré yo.

Soy sombra anticipada

soy el anhelo antes de un suspiro

soy la palabra dada antes de ser presentada

y soy el verso que fue leído en la antesala.

Me describo

como bicho aparte

como un sueño incompleto

como una noche estrellada bajo el fuego de la luna

soy como un arañazo de gato

rápido, sigiloso y efectivo

y puede que algún día llegue muy lejos,

y entonces seré la ceniza del cenicero

la basura del vertedero

y el deseo pisoteado.

















 Allá en donde estén ustedes

allí estaré yo.

Soy sombra anticipada

soy el anhelo antes de un suspiro

soy la palabra dada antes de ser presentada

y soy el verso que fue leído en la antesala.

Me describo

como bicho aparte

como un sueño incompleto

como una noche estrellada bajo el fuego de la luna

soy como un arañazo de gato

rápido, sigiloso y efectivo

y puede que algún día llegue muy lejos,

y entonces seré la ceniza del cenicero

la basura del vertedero

y el deseo encadenado.

Kutxi Romero (cantante de Marea)


 y cuentan que un verano voló

y se dejó el corazón debajo de la cama,

que le dijo que no volvería,

que no la esperara,

quién le iba a decir

que al final iba a unir su tripa

con la mía, con un poeta de cañerías,

poeta de mierda, de manos vacías.










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Lo imprescindible (Cristina Peri Rossi )


Uno aprende que lo imprescindible
no eran los libros
no eran los discos
no eran los gatos
no eran los paraísos en flor
derramándose en las aceras
ni siquiera la luna grande -blanca-
en las ventanas
no era el mar arribando
su rumia rompedora en el malecón
ni los amigos que ya no se ven
ni las calles de la infancia
ni aquel bar donde hacíamos el amor con la mirada.
Lo imprescindible era otra cosa.

















¡UN VENDEDOR DE LA BONDAD!

 Un domingo más en nuestra corta y puñetera existencia, para algunos penosa existencia y para otros, maravillosa y para algunos otros, ni fu ni fa, les da igual que llueva o que haga sol, les da igual una fiesta o un funeral y ¿porqué?. Pues porque primero, les da igual todo. Porque segundo, están hechos de materia amorfa, son como de plástico refinado insensible la tacto. Porque tercero, su cerebro no está hecho para pensar, ni para dilucidar...simplemente pasa que las ideas entran y salen sin dejar sustancia ni poso. Y suele ocurrir que estos especímenes presentan una sonrisa bobalicona y presidida por la bondad y digas lo que le digas, van a seguir sonriendo, da igual que le llames hijo de puta o que le digas que le quieres (en mi caso, cosa muy improbable) y porque acompañarán su sonrisa con una bajada de párpados que indica que hagas lo que hagas estarás igualmente perdonado.

Como si fueran santos santificados y porque piensan que son inmunes al mal y a los malos pensamientos. Y su maldad real está en su puta bondad, en su exceso vanidoso de bondad, en su mal interpretada bondad (porque son muy malos actores). No saben decir no, pero tampoco saben decir sí, porque ellos no contestan y solo sonríen como el que no quiere la cosa. ¡Cabrón!...le espetas a la cara y te contesta con una sonrisa bobalicona llena de bondad y con ese aire de perdona vidas y con esa caída de pestañas que indica que por dentro se están diciendo: ¡pobrecito!. Claro que el día en que estallen, arderá Roma y Constantinopla, temblarán la Tierra y los Cielos y las mares serán tsunamis pero siderales.

Por eso a veces hacen advertencias: "tú me ves así, pero si exploto seré otro u otra". Véis, tanta sonrisa bobalicona, tanto pestañeo imbécil, tanto pasar la mano por el hombro ajeno y tantos y tantos besos de plástico que para no significan nada, al final tienen sus propias consecuencias catastróficas. Yo de los demasiado buenos me fío muy poco, pero de los que rezuman bondad no me fío nada de nada y ¿será por alguna vez en mi vida fuí como ellos?, ¡un vendedor de la bondad!. Pero, creo que no, que nuca lo he sido y si lo hubiera sido, muy poco tiempo duraría en ese papel.




Sam Szafran. Pedro M. Martínez. (Blog "Glup 2.0")


Sam Szafran

 

Sam Szafran - Escalier de la rue de Seine, 1981,

Lo bueno de la soledad es escuchar fuera lo que no tengo dentro, vivir en otro mundo del que vivo. Lo escribo para que no se me olvide. Lástima de paisaje truncado, de horizonte tan cercano, de este asco que vive en mi garganta desde que despierto hasta que intento dormir. Llevo demasiado tiempo sin verme, no tengo espejos, ni eco, me ignoro, estoy olvidando quién soy, o quién era, mejor eso, ahora soy nadie, ni siquiera un número. Sin embargo estoy vivo. Si esto se puede llamar vida. Tránsito lo define mejor. Me estoy quedando sin palabras, poco a poco las estoy olvidando. Se me rompen entre la lengua y la garganta. La humillación de no saber, de una memoria cansada, de esta oscuridad sin grillos ni pájaros, sin cangrejos ni nubes, sin melodías ni belleza en el andar de una mujer. Apenas las recuerdo, a las mujeres, ni sus voces,  la curva de unas caderas. No sé qué es una caricia. Hace dos vidas que nadie gime en mi oído. Hace tres siglos que nadie me dice te quiero. Sin embargo…

Abren la mirilla, es hora de comer.

MI NAVE (2.015)

 Ayer se acabaron las fiestas de la temporada del verano, las últimas fiestas antes de recogernos en nuestras casas y por los siglos de los siglos y amén. Bueno, la verdad es que yo llevo recogido en mi casa todo el año, pero ese es otro problema, digamos que ese es un problema muy mío, único y exclusivo. Aunque llamarlo problema no es la palabra más justa, porque para mí no lo es y porque si quiero seguir escribiendo, tendré que hacer callo en el culo y calentar mucho la puta silla donde ahora me siento. Vamos que me encierro de motu propio y por mis santos cojones y por si acaso, por los del caballo del Espartero. ¡Qué por cojones no se quede la cosa!. Yo me encierro entre 4 paredes y dentro de unos días se van dos mis hijos a vivir afuera y heredo su estudio y entonces, ¡sí que va a ser la hostia!.

Menudo ESTUDIO me voy a montar: un sofá para mis descansos, una mesa de estudio para hacer mis deberes y tareas, un aparato de música para escuchar lo que quiero, unas buenas librerías llenas de libros para leer cuando me pete, un flexo para ver mejor, unos odiosos archivadores, el ordenador de sobremesa y libros, folios, bolígrafos esparcidos. Vamos, con ese desorden tan imprescindible, que significa que hay vida y que hay vida a raúdales. Si me voy a pasar 10 a 12 horas diarias encerrado entre 4 paredes, necesitaré crear mi pequeño universo y en el cual no pueden faltar una o dos plantas u cuatro o dieciséis y uno o dos cuadros que me digan algo. O sea que necesito tener un surtidillo de todo, de todo un poco y porque sé que en ese cuarto me voy a quemar hasta las pestañas.

Falta la impresora y ¡qué corran ríos de tinta!. Por fin y después de tres años, consigo lo que quería y después de este logro ¿qué le voy a pedir al mundo?. Pues nada, bueno sí, que el tiempo se pare, que el tiempo haga muchos tiempos muertos, que me de tiempo a escribir lo que quiero y siento y que tenga tiempo para pensar, para decidir, para soñar y para viajar conduciendo mi nave espacial y porque al final, más que un estudio, estoy construyendo mi NAVE.



MI DISLEXIA EMOCIONAL (2.016)

 Días correosos y difíciles, días de Agosto de 2.016, días en que se te complica todo y porque todo es más duro que ayer y puede que de mañana. Más curre, más sudores, más calores, más temores, más complicaciones...bueno, lo que ya sabíamos que iba a pasar porque todos los años por agosto suena la misma o parecida cantinela. Hoy me dí cuenta que estoy profundamente cansado y es que ni siquiera escuché el despertador, pero ya no solo es eso y el verdadero problema es...es que mi ánimo vital está bajo mínimos. Ahora arrastro los días y sus penas, quiero decir que ahora me fijo más en el lado oscuro de las cosas y me faltan ganas y ánimos para salir de ese estado tan desanimado. Claro que dentro de 4 días empiezo mi último tramo de vacaciones, que es de 22 días y noches y sé y lo sé porque me conozco, que el lado oscuro cambiará de color y se convertira en un día claro y brillante como el rocío de la mañana.

Y no intento darme de ánimos, aunque lo parezca, sólo intento matizar un poco más las cosas y para no dejarme arrastrar hacia lo más negro. Sí, porque hay una especie de hartura, de cansancio, de ver como se repiten las cosas de un día para el otro y yo sé que toda esta parte es solucionable con unas buenas vacaciones. Claro que ahora me doy cuenta de muchas cosas, de que últimamente he pasado por una serie de malos procesos vitales y que su impronta no la noté en su momento, sino que la he notado ahora o sea unos meses más tarde. Yo es que con mi dureza a veces me engaño y por eso, tiendo a pensar que he salido indemne o sea que aguanto el primer y segundo impacto, pero no he tenido en cuenta que cada impacto trae consigo mucha metralla de consecuencias que siempre llegarán más tarde.

Y mi deseo no es ese, mi deseo es salir entero después de cada impacto y eso me hace mantenerme durante un tiempo de pie, pero a los dos o tres meses me doy cuenta de que me falta una pierna o un brazo...y en eso soy lento, soy muy lento y porque de alguna manera me considero más fuerte de lo que realmente soy. Padezco de una "dislexia emocional" y soy mucho menos de lo que pretendo ser. Hoy no dejo de tener la sensación de que me he levantado con el pie equivocado, que los días así debían estar borrados del mapa y que si tuviera un yate en mi mano, lo quemaría sin tener ningún prejuicio. Pero no hay yate...hay la quietud de la nada y mi "dislexia emocional" y con este equipaje tengo que seguir tirando y hasta que llamen a mi puerta, las dichosas vacaciones.


LAS PAREDES

 Hoy he dedicado mi maldito y valorado tiempo, a lavar, secar la ropa y poco más. 7 lavadoras seguidas y entre medias pude ver dos películas, dos hermosas películas. Ahora que estoy en mis estelares vacaciones, me veo todos los días mis dos o tres películas...y si hubiera más, vería más, porque creo y pienso que de alguna manera al no poder viajar ahora y por circunstancias que ahora no viene al cuento contar, con las películas me desplazo por los más bellos lugares que pueda imaginar. La verdad es que esto se puede hacer con cualquier cosa, con los libros se viaja muy bien, con las películas se viaja muy cómodo y sobre todo, se viaja mejor con la imaginación, pero bueno, todo se puede mezclar y un poco de pelis y otro poco de libros y lo que falta lo cubres con la imaginación y si aún encima lo escribes, entonces lo bordas con letras de oro y plata.

Pues sigo probando mi nuevo sitio desde donde escribo y me encanta, hay más luz, está más esquinado, está más recogido y hasta puedo pasar más desapercibido y no sé para qué...¡total estoy yo sólo!...pero supongo que será por si acaso entra alguien y pienso en el hipotético caso de que quiero seguir escondido. Hay que jugar a algo y por eso me gusta jugar al escondite conmigo mismo y además, porque también me sirve para desentumecer mis huesos que cada día están más podridos. Hay tantos escondites en ésta casa, hay tantos recovecos y rincones, hay tantas luces distintas, de tantos tonos, de tantos colores, de tanta belleza y de tanta melancolía en sus paredes, que hasta a veces pienso que está inundada de magia.

¡Hombre! magia no lo tengo muy claro, pero años sí que tiene y debe estar llegando a los 120 años, más de un siglo, que se dice pronto. Y aquí sigue en pie, con sus anchos muros de piedra isleña, con sus hermosas escaleras, con sus paredes estucadas. Son 120 años de historia y es cuando me pregunto: ¿cuanta gente ha vivido en ésta casa?. Por lo menos 4 o 5 familias y con todos sus vivos y sus muertos y por eso siento tanta mezcla familiar de fantasmas. Lo de que las paredes hablan, es verdad. Hablan, sonríen y lloran, porque al fin y al cabo éstas paredes han sido testigos de que por ésta casa han pasado 4 o 5 familias distintas. Siento el peso de esa historia, siento como cada piedra pesa más y siento que hay demasiadas almas en ésta vieja casa. Pero de momento, todos cabemos.





RUTINAS DE CADA DÍA


Despertar cada mañana y abrir los ojos muy despacio. Ver por la ventana abierta el día que se presenta. Asomar un poco la cabeza y para ver si también se ha despertado el viento. Bajar a ducharse. Vestirse poco a poco con parsimonia. Ver el correo electrónico, si hay algo que merezca la pena de ser leído. Tomar mis cinco pastillas de las mañanas u una tras otra y para que todo entre un largo trago de agua. Repasar mentalmente si tengo tareas por hacer y en donde y a que hora. Ponerme la mascarilla y salir a la calle. Ir a desayunar al bar de la esquina: tres cafés (no tomo más cafés en todo el día), una rica y sabrosa tostada de tomate restregado y jamón serrano y zumo de naranja natural como la vida misma. Periódico local entre mis manos y ponerme al día de tantas tonterías como algunos cuentan y además, nos la dicen en letra de imprenta.
Después, vuelvo a casa y la ordeno lo mejor que puedo y la ventilo y la limpio. Por último me siento delante de mi ordenador y así empiezo el traqueteo del escribir y que me va a llevar horas y horas. Sólo paro cerca de las 13 horas y para preparar la comida, la preparo y vuelvo a sentarme delante de mi ordenador. Y sobre las 14,30 bajo a comer y en media hora y como mucho, estoy despachado. Subo de nuevo a escribir, sobre las 15 horas y aquí si puedo y me dejan, pues sigo hasta las 22 horas (a veces más, pero otras veces, son menos). Me pongo una peli chula de Netflix o una serie que mole, pero prefiero no poner series y porque te cuelgas de ellas y a mi ya me llega con estar colgado del escribir.
Sobre las 23,30 a 24 horas, me voy a la cama. Bueno, antes pongo el aire acondicionado porque sino me sería imposible dormir y vivir (no serían compatibles). Reconozco y lo tengo muy claro, que mi talón de Aquiles es el puto calor y por eso me conservo medio refrigerado. Después en cama y con la calor desatada, sueño por demás y doy muchas vueltas en la cama. En general, duermo bien si dejo puesto al mínimo el aire acondicionado. Pero claro habría que decir, que tengo mi ayudita y tomo religiosamente todas las noches, mi pastillita dormidera. Y es que para mí, el dormir es sagrado y después de tantas noches de insomnio, prefiero dormir y sea como sea.
Y de nuevo, empieza el despertar de cada mañana y el abrir de ojos y bla, bla, blá...



















Julio Llamazares

 “¿Por qué desear que los minutos y los años vuelvan cuando sabemos que no lo harán jamás? ¿Para qué sirve la melancolía? Nos pasamos la mitad de la vida perdiendo el tiempo y la otra mitad queriendo recuperarlo”.





















SI HOY VOLVIERAS (Alfonsina Storni)

Si hoy volvieras
con los ojos cargados de promesas,
con las manos cargadas de caricias;
si hoy volvieras
con la mente ya limpia de traiciones,
con el alma ya limpia de rencores
¿qué podría yo darte?
Mis ojos ya vieron muchos paisajes,
mis manos se han hastiado de caricias,
tu imagen se ha borrado de mi mente
y tengo un alma nueva cada día...
Si hoy volvieras a amarme,
serías en mi vida un pobre extraño;
para el perdón, el tiempo no ha corrido,
pero para poder amarte es ya muy tarde.
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¿Qué me queda por hacer?...


 ¿Qué me queda por hacer?...

vivir y vivir más y con más intensidad

y con mayor ardor guerrero

y dejarme la piel en el intento

y devorarme las uñas y los dedos

y sentarme al caer el sol

y sentirme bien, cómodo y agradecido

dejar de ser serpiente que mude de piel

incrustarme en la vida como esa mancha de humedad en la pared

hacerme viejo sin padecer

pagar mis deudas, no buscarme otras,

ser fiel conmigo mismo,

comer despacio, hablar poquito,

soñar despierto, soñar dormido,

querer sintiéndome correspondido

dejar mis armas y escribir en el cielo

¡paz y amor!.


















EL AMOR LOS DOMINGOS POR LA MAÑANA (Karmelo C. Iribarren)


Llevábamos un rato en la cama,
despiertos,
cada uno absorto en su mundo.
Ojalá lo consigan, dijiste,
ojalá alguien consiga algo alguna vez.
Seguí la dirección
que marcaban tus ojos,
y vi allí, a lo lejos,
a punto ya de desaparecer de la ventana,
una bandada de pájaros
alejándose hacia un lugar mejor.
Me acerqué hasta tus labios.
Lo conseguirán, te dije,
y nosotros también.
















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ME ABURRO POR AQUÍ, ME ABURRO POR ALLÁ...

  Me aburro por aquí, me aburro por allá, haciendo esto o lo otro me aburro igualmente. O sea me aburro por los cuatro costados y me siento ...