¡TIEMPO! (Poema)







Necesito tiempo,

y tiempo añadido,

y tiempo de insomnios,

y de ganar el tiempo perdido,

el tiempo perdido de horas vacías,

el tiempo perdido de tanta espera,

y tiempo para levantarse tarde,

tiempo de conducir a ciegas,

y tener tiempo y tener tiempo,

y tener tiempo para disfrutar,

y para cantar en el baño,

y tener tiempo libre,

y tiempo bueno y sol y primaveras,

y tiempo para hacer el amor y sin fronteras,

y tiempo para que llueva,

y que el sol me seque con su toalla,

o con su cálido guante brillante,

y entonces, ¿qué le pido al tiempo?,

pues que me de más tiempo,

y así podré disfrutar más del tiempo.

HOY ME SIENTO OFENDIDO (Poema)





Ofensas e insultos,

y frases hechas que hacen daño,

y ofensa que suena a despensa,

e insultos que son agresiones verbales,

y agresión es atacar a degüello,

o es como ir a la chepa del contrario,

o como atacar sin saber si vas de cara,

o de culo o de espalda,

y hoy estoy o me siento ofendido,

pues tengo una punzada en el alma,

y un dolor agudo insoportable,

y me duelen mis partes,

y me duele cada pelo de mi cuerpo,

me duelen las encías,

y es por masticar tanto,

yo rumio y trago ácida saliva,

y de tragar tanto y tanto,

se acaba inflamando mi epigastrio.

Hoy me siento ofendido,

y no sé el porqué,

pero siento la ofensa en mis venas,

y por ello, la sangre me arde,

y mis ojos están rojos de ira,

o están iracundos de rabia,

y de ellos caen lágrimas,

y caen lágrimas negras,

negras llenas de ira o llenas de rabia,

 y todo porque hoy...,

porque hoy me siento ofendido por algo.

NO SOPORTO EL ODIO (Poema)






No soporto el odio,

ni soporto el que me odie nadie,

y esa mirada venenosa,

y ese rictus en la boca,

y esa media sonrisa que hace daño,

y esos gestos de desprecio,

y que son como bofetadas en la cara,

y es que no soporto el odio,

y menos soporto el que me odie nadie.

No soporto el odio,

ni soporto que me den la espalda,

ni que me escriban odiosas palabras,

pues no soporto ese olor agrio,

ni siquiera soporto el silencio tenso,

ni las medias palabras,

ni las que tienen un doble sentido,

no las soporto ni ahora,

 ni las soportaré nunca.

No soporto el odio,

como no soporto algunas frases,

y que del amor al odio hay un paso,

un paso, dicen,

será un paso muy grande,

o un paso inmenso o un paso infinito,

y porque el amor es la antítesis del odio,

es como las antípodas de los sentimientos,

o ¿son como los dos polos contrarios?,

a no ser que...,  a no ser que...

que los dos polos también se atraigan.

CONTADOR DE HISTORIAS

Yo soy en constructor o el arquitecto de mis propias historias. Yo las vivo y después las cuento, aunque a veces me las invento. En otras las exagero o las encojo y depende de lo que me interese, aunque la mayoría de las veces, no me planteo los intereses de nada, pues simplemente escribo porque me gusta contar cosas e historias. Creo que siempre tuve una especie de envidia hacia los contadores de historias y es que alucinaba con esa falta de rubor para contar sus cosas personales. Yo pensaba que si yo escribiera algo sobre mi vida más íntima a continuación me moría de la vergüenza.

Y mirarme ahora, contando todo como un libro abierto y sin miedo, sin rubor y sin vergüenza. Además solo llevo año y medio en ésta película y al principio me cortaba un poco, tampoco demasiado, pero ahora ya no hay quien me pare. Es como cuando se va cogiendo confianza con una persona, pues yo la voy cogiendo igual pero con una persona figurativa. Contar historias y dar rienda suelta a tus pensamientos, es muy liberador y es una manera de repasar tu historia.

Y cuando pienso que yo solo quería escribir un poco y ya voy por más de 2.000 historias y las que quedan en mi cabeza, pues eso, que me asusto un poco conmigo mismo. A veces no me reconozco en mi nueva faceta, pues mi proceso anterior era a la inversa, cada día me cerraba un poco más y pensaba que ya nada ni nadie me podría hacer cambiar. Pues sorpresa, sorpresa, a veces la vida te sorprende y te obsequia bonitos regalos y a mi me dio en principio, un bolígrafo y muchos folios en blanco y más tarde, un teclado de ordenador. Y ahora, sí que empiezo a creerme un poco más, que soy un buen o mal CONTADOR DE HISTORIAS.

NO ES UTOPÍA BARATA

A veces pienso que no hay como un buen jarro de agua fría, para quitar toda la tontería. Lo digo porque ayer estaba muy tontito y un poco digamos, que ñoño y hoy con los marrones que me comí en el curro, volví a tocar suelo. Me gusta y tengo admiración por éste tipo de terapia y que se basa en la filosofía, de darte una buena hostia y al carajo las tonterías. Le llaman, hostia terapéutica o la terapia del jarro de agua fría. Yo soy de lo que opinan que currar es necesario y no solo por asuntos de pasta gansa, sino y también, porque currar te ayuda a no anquilosarte mentalmente.

Yo estoy en edad crítica, digamos que estoy en los tiempos de la prejubilación y entonces de vez en cuando te lo planteas, pero que te lo planteas igual que si un día te va a tocar la lotería o sea sabes que nunca te va a tocar. Aparte de que no puedo jubilarme y por asuntos financieros evidentes, tampoco quiero hacerlo y por lo dicho anteriormente. Me acuerdo mucho de mi padre y de cuando se jubiló, pues mi padre era una persona más o menos activa y cuando se jubiló se hundió como el Titanic.

 Hay un pensamiento muy traidor en eso de la jubilación, pues hay personas que se conforman con un solo pensamiento, ¡es que me merezco éste descanso y después de currar toda una vida!. Pero ese pensamiento te envuelve y al final te arrastra y entonces ya no haces ni el huevo y solo te dejas llevar por la corriente. Y esto no solo le pasó a mi padre, he visto a mucha gente que le pasó lo mismo.

Claro que esto no le pasa a todos y hay personas que cuando se jubilan se rejuvenecen y yo espero pertenecer a éstos último y que rejuvenecen porque están llenos de estímulos vitales. Si uno tiene proyectos por hacer, o ilusiones diversas o le gustan cuatro cosas, eso ya vale como estímulo vital y esas personas se sienten activas, dinámicas y creativas. Por tanto todo depende de los estímulos que tú tengas.

Y supongo que si me gusta currar, es que hay otros factores que también pesan. Y entre ellos destaca el que me guste mi curre. Me gusta la Medicina Intensiva y su suelta de adrenalina. Me gusta jugar en el borde de la vida y la muerte y si puedo, poner la balanza del lado vital. Me gusta la vida y que los demás también vivan y si tengo la oportunidad de dar un granito de arena para inclinar la balanza, lo haré y lo haré con todas mis fuerzas.  Y no es utopía barata, es una realidad palpable.

ME ABURRO POR AQUÍ, ME ABURRO POR ALLÁ...

  Me aburro por aquí, me aburro por allá, haciendo esto o lo otro me aburro igualmente. O sea me aburro por los cuatro costados y me siento ...