C.S.I.

 

Y esta imagen tan surrealista, en que parece que al cerdo lo han castigado colgándolo de espaldas a la tele y todo por ser desobediente y ponerse a ver la tele sin la autorización de su puto amo terrícola. Pues es una foto hecha en mi tierra, en mi tierra gallega, el entorno y las humedades presentes lo indican y sobre todo lo indica la luz, la luz apagada o semi apagada y entre triste y muy triste. Y por el árbol que está en la parte superior de la derecha, el cual está sin hojas, se puede y se debe suponer que es Otoño. El encapotamiento del cielo y el verde del suelo, eso no indica nada, pues los dos son casi perpetuos en mi Galicia natal.  Es decir, hay días de sol pero son escasos.

Después, viendo el resto del decorado se puede concluir que todo es muy gallego, la ornamentación cutre y desordenada. Ese barril a un lado de la mesa y al otro lado un tronco. La hierba mal cortada, si es que algún día fue cortada. Las escaleras de donde cuelga el pobre cerdo, que sirven igual para un roto que para un descosido y hoy valen para esto y mañana servirán para subir al tejado. Y por último vemos que al pobre cerdo y en el que puede observar que está rajado de arriba a abajo o sea, que está  abierto en canal y entonces vuelvo a suponer que será en el mes de Noviembre o finales de Octubre, pues son fechas de la matanza de cerdos. Esto es como jugar al CSI, sólo me queda por saber, el perfil  del asesino, que no lo sé, pero lo intuyo y seguro que lleva boina, un jersey gordo de lana y un mono de currar azul marino y sus pies estarán enfundados por unas botas de aguas y que serán de color verde. Lo dicho, soy todo un C.S.I...

¡QUEDARME DEL REVÉS!









Que yo sea raro y extraño,

no quita que se me pueda querer,

mi poder está en la rareza de mi ser,

y mi mejor hacer

es darme la vuelta

y así...¡quedarme del revés!.

APUNTES BAJO LA SOMBRILLA (Gerardo Deniz)

APUNTES BAJO LA SOMBRILLA

cuando retorna como un cometa puntual
la confianza de aún no haber dicho nada

GERARDO DENIZ


No hay que ser imprudentes con el recelo y el tono prosaico de la actualidad. Firme propósito de no intervenir nunca más en una polémica digital. Los efectos secundarios son desproporcionados: el sosegado articulista de chismorreos monárquicos, tras mi reflexión, desaparece para siempre, el joven escritor se queda en la periferia para que nuestros pasos no coincidan, la actriz ensaya estrenos de mañana, y el sarcasmo saca pecho y duplica su tono argumental para que además de sarcasmo sea payasería.  Más solo. La gente entiende siempre lo que no quiero decir.

La pandemia ha reivindicado a Poncio Pilatos. Ahora lavarse las manos es una estrategia sanitaria.

Los hábitos y la educación son hijos legítimos de la perseverancia. Nunca provienen de concesiones gratuitas. Llenamos la infancia de nuestras hijas de libros y música. Y ahora, cuando visitamos sus casas, tienen las habitaciones repletas de libros y música… Una educación a contrapié de esas encuestas sobre la niñez actual: ocho horas frente a la pantalla. No sé qué decir ni quién acierta, pero aquellos hábitos familiares me temo que ya son parte de una fosa común.

Durante unos años fui joven. Después envejecí. Ahora maduro poco a poco y tomo apuntes bajo la sombrilla con la sospecha de no haber dicho nada todavía. 

Memorizo el acervo retórico del mar.

He perdido mi identidad; necesito tiempo para encontrarme.

Apuntes del diario

UN PENSAMIENTO DE NEORRABIOS@ (Que yo comparto)

Que el rey emérito se llevara comisiones monstruosas (de hasta 80 millones de euros, según Corina, por el AVE a la Meca, o entre uno y dos dólares por cada barril de petróleo saudí vendido a España), algunos lo justifican por sus grandes dotes mediadoras, pero... ¿tiene don Juan Carlos de Borbón dotes de esas? ¿Y cómo es, entonces, que todas las entrevistas de su vida las ha concedido con preguntas pactadas en La Zarzuela, al contrario de las que ofrecen los miembros de la monarquía británica? Cómo será de limitado en ese sentido, que el periodista Javier Ortiz (AQUÍ) solía contar esta anécdota:

Siempre me acordaré de aquella ocasión, allá por los años 60, en que, siendo todavía Príncipe de España y encargado de la inauguración de una carretera, sacó del bolsillo un papel y leyó: «Queda inaugurada esta carretera».

UNA ARDILLA EN LA MEMORIA (Marta Navarro)

UNA ARDILLA EN LA MEMORIA UN POEMA DE MARTA NAVARRO GARCÍA EN NACIENDO EN OTRA ESPECIE ANTOLOGÍA DE POESÍA CAPITAL ANIMAL





UNA ARDILLA EN LA MEMORIA


¿Cómo recuerdas a tu padre?,
me preguntan en una tarde llena de laberintos.
Y lo primero que me viene a mi memoria es su voz.
Una voz como un pan
que derramaba trigo
sobre las palabras.
Después veo sus ojos de horizonte tranquilo,
rasgados por la herencia,
pero también por la posguerra y la cárcel.
Aunque lo mejor era su sentido del humor,
nadie, ni siquiera el franquismo pudo arrebatárselo,
tampoco la democracia de alquimistas ciegos.
Pero sobre todo recuerdo sus palabras
poco antes de irse para siempre.
Le apenaba no haber evitado
que sus amigos mataran a una ardilla.
Debía de tener unos quince años.
El animal fue apedreado
y le cayó ensangrentado sobre las manos.
Aquel recuerdo le dolió siempre.
Nunca pudo olvidarlo.
Con frecuencia,
esa ardilla viene a mi memoria
y le pido perdón,
aunque en el fondo
creo que sigue siendo mi padre
el que a través de mí se disculpa.
Cincuenta años después,
esa ardilla, mi padre y yo seguimos enlazados.


Marta Navarro García
en
Naciendo en otra especie
Antología de poesía Capital Animal
Ruth Toledano y Marta Navarro García compiladoras

UN ÁTOMO O MOLÉCULA DE MI EXISTENCIA







Atravesaré las calles con sigilo,

para que no me vean los ojos que están detrás de los visillos

y en medio de la penumbra de un rincón de su casa,

seré un duende que se desenvuelve entre sombras

y oscuras vanidades,

seré murciélago que sale de noche

y seré rápido y ligero como un soplo de viento,

será sapo que salta de acera en acera,

diré hola en éste lado de la calle

y diré adiós en el otro,

y tal como vine me iré,

retrocederé sobre mis pasos

y volveré a ser el de antes...

un átomo o molécula de mi existencia.

SÁBADO

Sábado, primer sábado después de mi cumpleaños que fue el día 5 de febrero y ese día el mundo tuvo la mala suerte de saber que en una esquin...