Esto escribí hace 2 años y cuando cumplía 60 años y exactamente han pasado 2 años y mi mensaje sigue plenamente vigente. Y por eso lo copio y lo repìto. Y bueno y muchas gracias por felicitarme...De verdad, ¡¡¡¡¡gracias!!!!!.
MI CUMPLEAÑOS
Ni un día más, ni un día menos y es que a partir de ahora, cada minuto va a ser un acontecimiento y cada segundo, un trozo arañado en el tiempo. Y es que nada se regala y menos si hablamos de vida y cada instante es una conquista ganada a pulso por mis manos. La vida no es justa y como no lo es, tampoco yo soy justo y por eso me pongo exigente y por eso pido lo que no se puede pedir y pido vivir y hasta que me aguante el esqueleto y los tendones se distorsionen y hasta ahí, pido vida verdadera, pido guerra, pido silencio, pido paz interior y pido amor, ¿como no voy a pedir amor?, si el amor es lo que nos mantiene en pie como seres sociales y más vale morir lleno de amor, que vacío de sentimientos.
Bueno, pues sí y antes de que me ponga demasiado ñoño, hoy es el día de mi cumpleaños, pero no es un cumpleaños cualquiera y porque cumplo los 60 años. Pero de momento no escucho la música, ni veo las luces de colores y en cambio veo al día tan anodino como otro día cualquiera, sí, con ese persistente sol primaveral que al parecer no se entera y no se entera de que estamos en la punta del iceberg del invierno y por tanto, debía estar lloviendo a mares y los cojones debían estar congelados. Dicen que a lo mejor a la vuelta de la esquina me espera una sorpresa y que de repente me sale un coro de amigos y conocidos diciéndome: ¡felicidades!. Sorpresas tiene la vida y la vida tiene sorpresas y aunque me haga el tonto y el apocado, estoy deseando que la fiesta empiece y que nunca termine.
Un día como el de hoy, debía ser un día especial: un día con luz tangencial y al fondo del decorado, un faro y con la Luna llena enseñando sus venas y delante, un gran jardín otoñal y hojas caducas y verdes y marrones y amarillas. Un montaje perfecto en una vida casi perfecta, bueno para lo que para mi es perfecto y por supuesto, yo en el medio del tinglado y dando las gracias por vuestra asistencia y por mi existencia y todo lleno de besos y abrazos y no sigo tirando del hilo y porque sé como va acabar la cosa: y va acabar en una puñetera cama redonda y como colofón final a la fiesta de mi cumpleaños. Dicen que de sueños vive el hombre y voy yo y me lo creo.