Yo no me oculto detrás de nadie

 

Yo no me oculto detrás de nadie,

mi vida la tengo por delante

y la que hasta ahora he vivido

ha sido un gran viaje

a veces, perfecto

y otras veces, demasiado dramático.

Pero yo no me oculto de nada

doy la cara y me la partiría si falta me hiciera 

algunos dirán

que soy demasiado melodramático

y en parte no les falta razón

lo soy y lo reconozco

y entono un "mea culpa"

pero es mi forma de ser y de sentir.

Adoro la pasión desatada

los atardeceres de sol y luna

y los besos a escondidas.

















27 de SEPTIEMBRE de 2.013

 Y hoy ¿que soy?. Pues muy sencillo, soy una máquina andante de hacer mocos y mocos que médicamente se llaman, productivos o sea amarillentas, pegajosos y asquerosos. Si señor, los virus siempre me acaban jodiendo mis defensas internas y después viene una bacteria oportunista, de esas que están sólo a la espera de que se produzca una fisura en tus murallas y ya está, por ahí se cuela la bacteria y entonces ahí, empieza la fiesta. Y su sitio favorito suele ser los senos frontales y etmoidales, los cuatro, no se salva ni uno o sea que me pillo una preciosa sinusitis de caballo. Lo peor de todo es el dolor de cabeza, pero bueno más se perdió en Cuba y aquí estamos.

Ayer por la noche y antes de irme a la cama y cuando por fin, la fiebre había remitido un poco, me ví de nuevo al espejo y me dije ¿adonde vas tú con esa pinta de macarra o de maki navaja o de bandolero de sierra morena?, con esas patillas tan largas, que me llegaban al ángulo de la mandíbula. Y enseguida me apliqué a la tarea de afeitarlas, mientras pensaba en que coño me había pasado por la cabeza para hacer semejante desaguisado con mi aspecto físico. Después me quedé un rato viendo mi cara despejada de pelos y me volvió a dar una alegría infinita de verme como siempre, con cara de gilipollas pero gustándome y sobre todo reconociéndome.

Si, la fiebre hace milagros y con un buen brote febril, puedes hacer auténticas estupideces, puedes llegar a tener verdaderos delirios de grandeza. Menos mal que la fiebre remitió a tiempo, sino ya me veía mañana currando con esas patillas de macarra y con más razón los pacientes dirían y ¿quién es el médico? ¿Éste no será?. La pinta era buena para currar en un spaguetti wester y con un cigarrillo en la boca encendido y hacer de malo de la película. Pero bueno asunto convenientemente  corregido.

Me acuerdo que de pequeño y cuando iba en el coche de unos tíos míos y de regreso a Vigo, que a mi querido primito, "Francisquito", (que me llevaba 2 años o casi), le daba por jugar a decir palabras largas y complicadas de decir, mejor dicho ellos jugaban a eso (sus papis y él), pero sobre todo jugaban a ridiculizarme, pues les encantaba mofarse de que no supiera decir seguido: "supercalifrasquiliespiralidoso", pues siempre me quedaba trabado entre a medias. Y más me quedaba, si esas tres hienas estaban pendientes de mí y para reírse en mi cara como auténticos posesos. Si yo volviera a reencarnarme, lo primero que haría en mi nueva vida, sería cargarme a estos tres elementos innombrables.

Porque lo que no era normal, era su nivel de mofarse de mí y de ridicularizarme hasta que me asomaban unas lágrimas que por mi orgullo, nunca dejé que me las vieran. Ellos escarbaban dentro de mis vergüenzas y complejos infantiles y no les llegaba con verme rojo, avergonzado y confuso y como buenos torturadores que eran, les encantaba meter el dedo en la llaga o sea, que eran implacables y no tenían piedad con su sobrino o primo. Yo no sé si acababa vomitando, porque siempre lo hacía, por el mareo que me daba el coche que apestaba a perro que sudaba un hedor que te cagas o es que por dentro mi indignación se acumulaba tanto, que acababa vomitando, por supuesto fuera del coche. Uyyy!!! como se me ocurriera mancharles su coche...pues allí mismo y entre los tres, me cortarían los huevos y la cabeza.





SE ME AGOLPA TODO

 Se me agolpa todo,

y todo se me apelmaza.

Se me agolpan las cosas que veo,

y las que toco y las que siento.
Se me agolpan los recuerdos,
y se me mezclan con los sueños.
Se me agolpa tu cara, tus pechos,
tu risa, tus labios,
y al mismo tiempo...
se me agolpan paisajes, fotos,
playas y ríos,
todo se mezcla
y todo se convierte en una bomba de relojería,
que al final...
acabará explotando de insoportable que se hace.
Se ma agolpa lo que siento,
y es tanto que no me cabe dentro,
se me agolpan los tres mares en los que he vivido
y se me agolpan en tu fuente de aguas cristalinas,
y se me mezclan tus olores con los míos,
mientras mis oídos se llenan de susurros.
Se me agolpan mis mentiras,
y se me clavan y me hacen daño,
se me agolpa tu mirada,
y el primer beso que nos dimos en los labios,
se me agolpan tus caricias,
y como con ellas me envolvías,
se me agolpan tus orgasmos
 en aquellas largas  tardes de verano,
se me agolpa el mar y su cadencia,
y el viento con su agudo silbido,
se me agolpan tantas cosas,
y todas tan distintas,
que temo y cada día lo temo más,
que mi cerebro reviente
o estalle en mil cohetes a la vez.

EL SECRETO DEL MAR


Un día paseando cerca del mar me encontré con una sirena, una preciosa sirena con un fuerte olor a perfume de mar. Le pregunté que era lo que tenía el mar y cual era su secreto para almacenar tanta belleza dentro de él y estar tan rebosante de felicidad y ella me respondió: que el mar tiene tanta belleza y está tan lleno de vida, porque el mar no necesita de nadie. O esa fue mi traducción de lo que ella dijo, pues ella me habló en el idioma marino, un idioma que no domino. Y con esa explicación se fue al mar tan tranquila, se sumergió y se perdió en lontananza. Yo seguí paseando y dando vueltas y vueltas a su respuesta: el mar es así porque no necesita de nadie. ¡manda carallo!, me dije.
Ese dia de paseo y en el que hablé con la sirena, no sirvió para resolver mis dudas, lógicamente. Así que seguí tratando de descifrar sus palabras y cada día me acercaba al mismo sitio en que por última vez la había visto y nada. Y pasaron las días y los meses y años y hasta que me dí por vencido y seguí viviendo sin tener la respuesta. Y casi me olvido de ello, hasta que un día y por casualidad, porque iba dando un paseo con mi perro, ví a la misma sirena sobre una roca. No hizo falta preguntarle nada, ella respondió antes que yo le preguntara. Supongo que no habrás resuelto el jeroglífico porque noto que ya no piensas en él... - me dijo. Y sin esperar mi respuesta, siguió hablando: el mar me ha mandado un recado y si tú quieres conocerle en persona y así resuelves tu rompecabezas, tendrás que acudir a su cita y el mar... te convoca a que asistas esta noche de luna llenajunto al Faro del acantilado. Estupefacto me quedé y por supuesto le dije que sí, que si iría.
Llegada la noche mi corazón no cabía en mi pecho y su ritmo se aceleraba a cada minuto que pasaba. Así que a las 10 de la noche estaba sentado al lado del Faro y viendo a las olas como rompían bajo mis pies. En una de ellas el mar levantó su loma y me envolvió una inmensa ola que me arrastró tras su estela. Pensé que ya estaba muerto, pero que va, allí estaba, viendo al mar por dentro y enseñándome sus profundidades. Mientra tanto el mar me hablaba y con una música acompasada por el movimiento de sus olas, me decía: si tú buscas el secreto que yo tengo guardado en el fondo marino, tendrás que acompañarme, pero primero vacía tus bolsillos de todo lo que necesitas, aquí no necesitas nada. Y así hice. Vacié mis bolsillos por completo y acompañe al mar hasta sus profundidades.
Cuando ya casi tocaba el fondo marino, el mar me dijo con sorna. ¿Te has acordado de respirar? y yo le dije la verdad: pues no, no me he acordado. Y a continuación con una sonrisa irónica se despedió de mí, no sin antes decirme: ahora ya sabes mi secreto. No has necesitado respirar hasta que yo te lo he preguntado y sin más desapareció y me dejó depositado sobre la arena de una playa. Aún confuso por su respuesta dirigí mis pasos hacia mi casa. Entonces que me quiso decir, ¿que yo puedo ser feliz sin necesitar a nadie?, me interrogaba a cada paso que daba.
Al día siguiente seguía pensando en sus palabras y entonces empecé a entenderlas. Yo seré feliz si consigo no necesitar, si llego a ese estado en que uno flota sin necesidad de los demás. Tú propio estado, único e independiente, en donde los demás están y tú estás con ellos, pero ya nunca más te impondrán sus necesidades más perentorias. Desde ese día veo a la gente distinta, la oigo y la escucho, les hablo y les hago caso, pero mantengo la distancias, las distancias necesarias para que cada uno tenga su vida. Y desde ese día entendí al mar y empecé a enterderme a mí. ¡Tampoco es tan difícil!.





















¡SALDREMOS DE ÉSTA! (Tiempos de pandemia)


Yo no puedo comprender lo que vendrá,
puedo intuírlo,
puedo suponerlo,
puedo planear sobre todo lo pensado,
pero ¿vamos a ver?
quién podía pensar en esta pandemia asesina
y es que el tema
ha pillado en pelotas
hasta a los que echan las cartas vestidos en bata de casa,
y a los hacen presagios sobre bolas de cristal
y sobre una mesa camilla cutre comprada en ikea y en rebajas,
aquí no hubo ninguna literatura fantasiosa,
ni siquiera hubo terreno para el realismo mágico,
esto... un día empezó en China
allí se minimizó el asunto todo lo que se pudo y más,
pero les pasó igual que la burbuja inmobiliaria
que a base de tantas mentiras
todo acabó por estallar...
después vino el Trump montado en su caballo blanco
y venga a decir bravatas
aquí no ha pasado nada
ese bicho se va a quedar en China
porque los yanquis somos inmunes a todo lo chino
claro que después se fueron sumando otros muchos
a esa teoría que rezaba y reza:
es un bicho creado a conciencia
y en un puto laboratorio chino,
por tanto (concluían)
que ellos se lo guisen y que se lo coman...
y mientras el virus iba saltando todo contento
y de uno en uno y de uno en tres o a cuarenta,
y el que pensaba que se iba salvar
pues le pasó como al Boris Johnson
que se lo comió con la sopa recalentada del mediodía
y a punto estuvo de mandarlo al otro barrio
pero nada de lo que les ocurre a estos señores de la guerra,
les pasa factura política
ellos siguen como si nada hubiera pasado,
pero no nos olvidemos de otros países,
como el nuestro,
que fueron lentos y excesivamente calmos
y también nos decían que hasta aquí no iba a llegar
y llegó
y sí que llegó y como llegó
arrasó viejos con su sable de fuego
y fue diezmando las filas sanitarias
y por poco casi nos mata a todos...
en fin...
diremos lo que se puede decir en éstos casos,
¡seguimos vivos!
pero ante todo
reclamemos tranquilidad y cumplimiento,
nos quedan por pasar todas las fases de la desescalada,
habrá rebrotes,
habrá marchas atrás,
habrá muchos días sin paz
habrá mucha hambre en el horizonte...
pero ¡saldremos de ésta!
y claro que ¡saldremos de ésta!.




























LAS 6 DE LA MAÑANA...

Las 6 de la mañana...seguiré durmiendo,
a las 8 suena el despertador,
lo miro de reojo
mientras me digo...
hoy es domingo
además, hoy no trabajo
y lo único que tengo que hacer
es escribir
y no quiero entrar en la lista de mis tareas domésticas,
a esas horas me niego,
y aún así y todo,
seguro que me sobran horas
para tocarme los huevos a dos manos,
y en el último momento
se suma el ruído de la lluvia
y entonces,
ya me siento dotado con todos los argumentos
para apagar el despertador
y dejar la cuestión del despertar
en manos del destino...
A las 9 de la mañana abro un ojo
y a las 9 y un minuto abro el otro,
a los dos minutos estoy sentado en la cama
y a las 9 y cinco tengo los dos pies en el suelo,
afuera, sigue lloviendo y con descaro,
todo está nublado
hasta yo me siento nublado,
bajo al baño,
y tengo que encender las luces,
se hace de noche en pleno día,
aún bajo un piso más de mi casa
(tiene tres alturas o dos pisos,
aparte de un sótano)
y me presento en la cocina,
me hago un sabroso desayuno,
que a su vez lo subo a mi sitio de ser y de estar
y de ser yo mismo
abro el internet como cada mañana,
leo lo que hay sobre el coronavirus en el mundo,
mientras como algo y bebo un delicioso café,
ahora, oigo un clink que no identifico,
hasta que el clink se hace más contínuo
y eso enciende todas mis alarmas,
entonces localizo una pequeña gotera,
que me hace pensar
que debe de ser como las que tengo dentro de mi cerebro,
pequeñas pero juntas,
pueden crear fuertes hemorragias,
pienso que voy a poner un periódico en el suelo
para que se seque el charco
y que no me joda la madera del suelo,
al mismo tiempo me digo
que menos mal que aquí llueve muy poco,
a mi edad no me atrevo a subir al tejado,
en lo físico me atrevo mucho menos que antes,
en lo psíquico me pasa al revés,
me siento más intrépido y más atrevido que nunca...
me pongo música
y para calmar a mi fiera
(la que llevo dentro)
y poco a poco voy entrando en una especie de trance,
pero sigo leyendo
ahora leo a otros poetas,
y para ver si alguno de ellos
tira de mi hilo poético
y entonces empiezo con este poema,
y ahora estoy buscando su punto final
y es que a veces,
es más difícil dar el punto final y definitivo
que levantarse a las 6 de la mañana
y ponerte a pensar en el día que te queda por delante.



























Yo debo hablar otro idioma


 Yo debo hablar otro idioma

será un idioma incomprensible para el resto de los mortales,

será un idioma de otra galaxia o de otra dimensión,

será que no pronuncio bien las palabras que quiero decir,

será que lo que quiero decir no vale la pena

y aunque pongan cara de escucharme

no se enterán de lo que les quiero decir.

No me siento socialmente apoyado

y si hoy en día y por la causa que sea, 

dejara de existir,

no acudirían a mi funeral mis antiguos amigos

ni siquiera irían los de mi círculo más cercano.

Iríamos yo, dentro de un feretro

y mi perro, que ahora mismo está muerto.












 

HOY FUI AL SUPER DE MI PUEBLO (Tiempos de pandemia)

Hoy fuí al super de mi pueblo,
hacía como 10 días que no iba,
casi no había cola
y todo funcionaba un poco como era antes,
antes de esta pandemia, quiero decir,
ahora, la paranoia seguía reflejada en sus ojos
aunque parece que va disminuyendo un poco
y ya puedes pararte durante un rato
a charlar con alguien
(manteniendo la puta distancia),
la gente no sabe lo que se avecina
y yo tampoco,
pero vienen tiempos de hambre y paro,
nos vamos a enterar para que vale un peine
y de lo que es pasar hambre de verdad,
¿catastrófico?,
yo creo que no me caracterizo por ser de la peña
de los catastrofistas,
no sé, pero suelo ser bastante optimista
ahora bien, con la que va a caer,
mi optimismo se desangrará como una vena abierta
y para la falta de optimismo no hay sueros que valgan,
ni medicinas curativas,
y lo único que funciona son los hechos,
pero mis queridos amigos y amigas...
los hechos echan por tierra al optimismo más audaz,
lo derrumban como un muñeco de caña y barro
además cuando suba la marea
ella se encargará de arrastrar sus restos,
y ¡borrón y cuenta nueva!.
Tendremos que empezar desde menos cero,
o desde las catacumbas...
pero bueno, hoy fuí al super
y un tipo me preguntó
¿qué me parecía lo de los chinos...?
y antes de que siguiera con ese rollo barato, patatero y
maloliente,
que dice que el coronavirus
fue creado por los chinos y en uno de sus putos laboratorios,
pues eso...que le corté del tirón
y le recordé que eso dice el Trump
y a mí lo que diga el Trump (le dije)
me lo paso por el forro
y ya no hizo falta decirle
que su teoría también me la pasaba por el mismo sitio,
a veces, no hace falta decir las cosas al completo,
las dejas suspendidas en el aire como si tal cosa
y si hace falta las disparas como balas envenenadas
y si no,
las dejas que penetren poco a poco en su cerebro de mosquito
y al cabo de un minuto o de una hora
le explotarán de forma retardada dentro de su cráneo
y como bombas o como granadas de mano.























ME ABURRO POR AQUÍ, ME ABURRO POR ALLÁ...

  Me aburro por aquí, me aburro por allá, haciendo esto o lo otro me aburro igualmente. O sea me aburro por los cuatro costados y me siento ...