¿COMO PARA FIARSE DE LO QUE TE DICEN?

Sin herir no se consigue nada y claro, hablo de herir con palabras, con sentimientos, con pensamientos, con ideas, con aspavientos y nunca y nunca hablaré de herir con balas, porque las balas matan y la muerte no se la deseo a nadie, por lo menos no se la deseo en mi parte pública, porque en mis fueros internos, sí que se la deseo a algunos, pero mi filosofía vital me tiene prohibido de hablar de la muerte como solución de algo. Es que el pensamiento de barrer el mundo de capullos es muy atractivo, es como una perita en dulce a punto de ser comida...ya sabéis de lo que hablo, de ese baboseo que entra ante lo que está rico y la idea de cagarse a unos cuantos capullos es como apretar un botón nuclear...y al carajo todos los capullos del mundo.

Y si hiciéramos como hacían los Chinos cuando imperaba Mao Tse Tung y así, intentamos una reeducación global. Problema: es que hay muchos tipos de capullos y el abanico quizá fuera demasiado grande, porque lo que es un capullo para mi, quizá y sólo quizá, no lo sea para otro, porque en el fondo del fondo estoy seguro que sí, que coincidiremos en los mínimos. De todas maneras, ya veis los resultados de tantas reeducaciones y hoy en día China es un país líder dentro del capitalismo más atroz. Por tanto no valen los campos de exterminio, tampoco las reeducaciones masivas con o sin libro rojo y ¿qué nos queda?.

Pues, el ser comprensivos, como que no. El ser amables, creo que tampoco,. El ser asertivos y así tratar de entender porque son unos pedazos de capullos, pues ¿qué os voy a decir?, que como material de clase, vale, pero para avanzar por la vida, no vale. La vida es mucha más compleja que los apuntes de clase, en la vida hay que luchar en el día a día y no sirven las pamplinas del que todos somos buenos y de que sino se copia tienes más posibilidades de aprobar, porque seguramente el que lo dice,  el sabiondo del profesor, ha copiado y hasta ha falsificado sus notas o su expediente y si cuela, pues coló...es más, a muchos les da por pontificar en el sentido contrario, es decir, que te dicen que tuvieron que pasar por penosos procesos de oposiciones y que se presentaban 30.000 y sólo entraron 300, sí, como los 300 aguerridos guerreros espartanos en la batalla de las Termópilas. Bueno, del cuento se vive mucho y ahora me acuerdo de aquella compañera de Medicina que aprobó copiandolo todo y porque tenía a todo un cerebrito a su lado, pero que después se dedicó a pregonar a los cuatro vientos, que su trabajito le había costado, que había estudiado como una loca, que había estado meses y más meses estudiando las oposiciones o sea que en definitiva, ¡es como para fiarse de lo que te dicen y cuentan!

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...