Falta una hora para ir a puta cena de trabajo,
como se ve, tengo unas ganas del carajo,
pero si hay que ir, se va
se va porque lo tengo apuntado como una cosa a la que hay ir,
que soy medio zulú y ando más solo que la una,
pero es mi manera de ser,
me gusta la soledad y la intimidad,
y es más, las reivindico y alzo su bandera,
pero de vez en cuando me obligo a tener más relaciones sociales,
y hoy Viernes 14 de diciembre estaba en el calendario
y subrayado en rotulador rojo y para saber que estaba prohibido no asistir,
hay que ir y no se hable más,
hay que decir más o menos las mismas tonterías de siempre,
en cuanto a tonterías, hay que mantener el pabellón en alto
y en cuanto hablar del trabajo por ahí no paso,
que vamos hablar del número de fiambres
o de que bien me salieron las maniobras de RCP (Reanimación CardioPulmonar)
o de le metí el Tubo hasta las trancas,
bueno, hablar se puede de todo, nada está prohibido,
pero es nuestra conversación en cada cambio de guardia:
he tenido un Paro del carajo, le tuve que meter 5.000 adrenalinas
hasta que los ojos le salían de las cuencas
y venga masaje Cardíaco y a todo trapo
y sigue y toma y daca y tres descargas necesitó,
y para coger un ritmo sinusal... que la mayoría de las veces se cambia catastrófico
pero hay que insistir, persistir y nunca desistir,
pero lo que yo quiero decir, que a la hora de la cena, como que no,
que hay más mundos a parte del mundo médico,
que hay otras vidas, que hay otras historias,
que hay muchos temas pendientes,
se puede hablar de lo que llueve y de como hoy salió el Sol,
se puede hablar de lo hermosa que hoy está la Luna,
de como nos conocimos, de como reíamos aquél día,
de aquella conversación que tuvimos a medias,
pero me temo que así no será
y se hablará como siempre, de aquél puto caso médico,
o de como se nos lió aquella asistencia,
bueno yo voy y porque tengo que ir
y pase lo que pase no tengo disculpa
por tanto, voy y en directo a la Yugular de la puta Cena.