De aquellos bellos momentos
a estos lodos de odio y barro,
de aquellos enormes sentimientos
a esta humillación a la que me has condenado,
pero yo asumo mi condena
y es más, hasta le pongo un toque de alegría,
pues en fin...que te puedo decir...
¿que de buena me he librado?,
creo que hay sexto sentido que a veces te habla y te dice...
por ahí no vayas
no persigas las sombra de la noche más oscura...
hay personas que son lo que son
y no hay nada más que decir,
pero hay otras que dicen que son lo que no son,
que parece que son,
que hacen que son,
pero en realidad no son nada
o si son algo,
son la nata sobrante del café con leche
o son esa burbuja que parece brillante,
pero en cuanto oyen la voz de su amo,
agachan las orejas y esconden el rabo,
parecen demonios endemoniados
y en realidad son gigantes con pies de barro...
No, no ha quedado todo arrasado
han quedado pocas cosas en pie
pero los pocas que quedaron se reproducen por valientes esporas
y de aquella espiga de trigo han nacido millones
y de aquél querer escuálido y malnutrido
han salido ramas sólidas que buscan la luz
y hoy en día, todo es un brillante manto de espigas ardientes,
y es una alfombra que se mueve por los designios del viento
y mientras tú te mueves entre tus cuatro paredes
y piensas que la tierra es plana
y porque si la mente es plana, la tierra también lo es,
pues yo ¿qué te voy a decir?
que yo sigo dando vueltas alrededor del mundo
y a cada vuelta que doy me siento mucho mejor,
pues a mi me gustan los cerebros que se mueven alrededor del sol
y que le gustan las curvaturas de las líneas,
lo plano y lo meridiano
se lo dejo al ecuador en que se ha convertido tu mente...
Me dieron ojos para poder ver y mirar,
me dieron manos y dedos para poder tejer mi hilo invisible,
me dieron estómago para poder soportar algunas visiones,
me dieron crema para poder hidratar mis ideas,
me dieron cien pies para andar y correr,
me dieron el hábito y la droga,
me vistieron de cura y no me pusieron la cura,
me tuve que ganar la vida a pulso y sin impulso,
tuve que remover mis viejas creencias ancestrales,
puse una pica en flandes
y otra en el fin del mundo,
atravesé estrellas estelares,
me disfracé de estrella fugaz,
encendí mis pilas de adrenalina,
me dije...voy a vivir...
y aquí estoy
y de momento, hasta aquí he llegado,
¿qué si me arrepiento de algo?
pues claro,
me arrepiento de no haber querido más,
de no haber hecho más
de no haber arrancado mi piel a mordiscos llenos de amor y rabia,
apasionados mordiscos,
ciegos de ira y de rápidos reflejos,
dolientes y doloridos con manantiales de sangre
y en esa orgía de los sentidos sin ningún sentido,
levantaría mi pulgar hacia el cielo
y en señal de que por fin
me ha poseído el diablo...
Viendo pasar la vida desde donde estoy
observo que soy y que estoy,
que soy porque me toco y me siento
y que estoy porque el espejo así me lo dice,
y soy de carne y hueso
me recubre una piel suave de tacto,
un poco reseca y cuarteada por el paso de los años,
dura y bien arraigada en sus profundas raíces
tierna y crujiente y de labios ardientes,
apasionada y sensitiva,
lasciva a veces,
en otras, ardiente
en días festivos, se viste de seda
y en las noches de luna llena,
marca sus venas calientes y palpitantes
y espera a que venga alguien y se las muerda...