"Dicen que la vida se puede recorrer por dos caminos: el bueno y el malo. Yo no creo eso. Yo más bien creo que son tres: el bueno, el malo y el que te dejan recorrer".
"La conjura de los necios", John Kennedy Toole.
Ustedes
buscan la paz.
Y yo busco un agujero negro
donde me dejen en paz.
Dos formas de vivir en paz y armonía,
unos lo quieren todo suave y tierno
y otros, como yo,
quieren tener guerra por el medio
y para que así,
se aprecie mejor la paz después del ardor de la batalla.
No quiero la paz del sillón
ni la de la sombrilla en una mañana de verano,
quiero la paz infinita
y conquistada a base de sudor y lágrimas.
Quiero el nosotros lo conseguimos
y veis aquella montaña de allí a lo lejos
pues tu padre se subió a ella
y alzó sus brazos
esperando que tú, hijo mío,
pues que también algún día, la subieras.
Yo busco la paz
pero también busco el hito que lo rompe todo
con el que uno se enardezca y se vanagloria
y sin necesidad de levantar ninguna bandera.
La vida no tiene fronteras
los seres humanos hemos crecido como hermanos
y el que siente superior
tarde o temprano tendrá que ser erradicado.
La verdadera pena
es que yo ya no lo veré...
no sé...
quizás mis hijos o mis nietos,
pero desde luego
¡yo no!.
Como es que todo lo que veo y siento
se acaba acomodando en una esquina de la memoria
y sino sale a pasear un día...lo hará al día siguiente.
No hay prisa
cuando sientes que todo está a buen recaudo.
Otra cosa mejor no hemos aprendido en ésta vida,
hay que tener paciencia y hay que dar tiempo de espera
y para que maduren las ideas y las sensaciones
y para que el objetivo, sea cual sea,
caiga casi siempre por su propio peso.
Paciencia, nos dijeron,
esperemos a que madure el fruto del árbol
y que la flor abra sus pétalos al completo.
Nos dijeron
hay que tener paciencia
y aquí estoy yo
paciente, sosegado,
tranquilo, armónico,
y por encima del todo,
me miro de frente
y me encuentro feliz y casi sedado.
A veces parezco ácido,
pero cuando así lo puedo parecer,
me sale una media sonrisa
que afloja mi grado de acidez
y entonces,
me quedo en ese limbo llamado,
ironía.
Tengo en mi ironía:
un poco de acidez
otro poco de fluidez,
unos restos agrios parecidos al vinagre
y un dulzor que me nubla los sentidos
y todo esto bien aderezado
con sal, pimienta y un esbozo de adormidera
que me deja dormido en medio de un campo de amapolas.
Vamos a ver...
¿Qué argumentos tan aplastantes necesita esa juez para poder mantener en cuarentena a toda esa piara de niños mimados y bonitos?.
Ningún argumento le ha convencido y por eso ha decidido dar vuelo libre a los pobrecitos niños secuestrados en un hotel de lujo, con cuatro comidas diarias, hotel de cuatro estrellas y porque ella, su señoría necesitaba argumentos contundentes y no le llegaba saber que estamos en medio de una pandemia y que mientras no se demuestre lo contrario, el posible contacto cercano a un positivo debe ser considerado como posible contaminador. De ahí, la cuarentena o aislamiento de 10 días.
Pero claro, vivimos tiempos revueltos y entonces aparece el abogado de estos niños consentidos y habla de discriminación y para ello hace referencia a que ese mismo trato no se le hace a los inmigrantes. Vamos a ver, al parecer todo es susceptible de mezclarse y bueno meter por el medio a los inmigrantes les viene como anillo al dedo. Porque da igual que hablamos del agua o del vino y porque al final del cuento que nos quieren contar, siempre aparecerán los inmigrantes como culpables de todos nuestros males.
Yo me quedaría calladito como un peto, aunque eso sí cabreado a no poder más, si estos grupos de niñatos que acudieron a los macro botellones hubieron respondido posteriormente con responsabilidad. Pero no señor, no se contuvieron y empezaron a exigir libertad y porque los pobrecitos estaban encadenados en un hotel de cuatro estrellas y porque echaban de menos a sus papis y mamis. Pero sobre todo lo que más me cabrea, son sus esos papis y mamis haciendo piña y hablando del "secuestro de sus hijos".
A todo esto, se metieron por el medio los "negacionistas" de todo pelaje y bueno, ni entro en sus argumentos, ni rebato las estupideces que dicen y porque no tengo tiempo que perder.
Y vuelvo al principio. Y la guinda del pastel, la pone la jueza de marras y rompe el aislamiento porque no ha tenido pruebas irrefutables de la otra parte, de la parte sanitaria. Que necesita usted señora jueza como argumentos: quizá los cientos de miles de muertos por el Covid 19, quizá los hospitales sobrepasados o quizá los sanitarios superados y reventados...y a punto de petar.
Aún así espero y por el bien de todos, que no tenga demasiadas consecuencias su decisión. De todas formas creo que debería repasar porque se han tomado todas esas medidas sanitarias.
Amarga carta de la jefa de estudios del instituto al que iban los alumnos contagiados en el viaje de estudios a Mallorca:
EL SILENCIO
Yo te espero, mi amor, para el silencio.
¿Para qué cantar más cuando ya seas cierta?
Cansado de gritar de maravilla,
cansado del asombro sin palabras,
me callaré despacio, como el niño feliz
que se duerme, en las manos el juguete.
Tardarás mucho tiempo en dormirme del todo,
en borrarme los últimos recuerdos que me hieren,
lentísimos recuerdos sin forma ni sustancia;
sombra más bien, o sangre y carne casi,
con raíces que entraron mientras iba creciendo.
Y tendré el blanco sueño de la infancia
desde el que hablaba a Dios, aun a mi lado;
aquel sueño, tan cerca de la muerte,
que podía llegar, serena, clara,
a volverme a mi origen, aun casi en el recuerdo.
Sueño que no será como el de ahora,
lleno de ávidos pozos, de agujeros
que de repente se abren a la nada;
porque tendrá, disuelta en su materia,
como nana de madre,
tu voz muda, la luz de tu existencia,
tapizando las salas de mi sueño.
No me pidas que cante cuando vengas.
Cansado estoy del canto. Tú has de ser la paz última,
el blanco umbral de Dios...
Sólo oirás mi silencio, como rumor de fuente,
como la paz de un lago, creada por tus manos,
trayéndote el reflejo de Dios para alabarte.
Confundidas las almas
en las anchas llanuras del silencio, en su noche
sin borde, esperaremos...
José María Valverde
En 2 días, el registro de temperatura canadiense ha pasado de 45°C (de 1937) a 47.9°C. La temperatura más alta jamás registrada en el planeta al norte de 50 N latitud también destrozada (44.4 C a partir de julio de 1941)Los registros de calor generalmente se rompen por decimales, como un décimo de grado. Y no en junio...Estamos desestabilizando el planeta. Mientras tanto, nuestros líderes continúan destruyendo las condiciones de vida presentes y futuras, la apertura de nuevos oleoductos, los campos de petróleo y la inversión de fantasía en infraestructura de combustibles fósiles, a pesar de todas las bellas palabras.#MindTheGap entre palabras y acción.
Despertar cada mañana y abrir los ojos. Ver por la ventana abierta el día que hace. Asomar un poco la cabeza y para ver si también se ha despertado el viento. Bajar a ducharse. Vestirse. Ver el correo electrónico. Tomar mis cinco pastillas de las mañanas. Repasar mentalmente si tengo tareas por hacer y en donde y a que hora. Ponerme la mascarilla y salir a la calle. Ir a desayunar al bar de la esquina: tres cafés (no tomo más cafés en todo el día), una rica y sabrosa tostada de tomate restregado y jamón serrano y zumo de naranja natural como la vida misma. Periódico local entre mis manos y ponerme al día de tantas tonterías como algunos cuentan y dicen.
Después, vuelvo a casa y la ordeno y la ventilo y la limpio. Por último me siento delante de mi ordenador y así empiezo el traqueteo del escribir y que me va a llevar horas y horas. Sólo paro cerca de las 13 horas y para preparar la comida, la preparo y vuelvo a sentarme delante de mi ordenador. Y sobre las 14,30 bajo a comer y en media hora y como mucho, estoy despachado. Subo de nuevo a escribir, sobre las 15 horas y aquí si puedo y me dejan, pues sigo hasta las 22 horas (a veces más, pero otras veces, son menos). Me pongo una peli chula de Netflix o una serie, pero prefiero no poner series y porque te cuelgas de ellas y a mi ya me llega con estar colgado del escribir.
Sobre las 23,30 a 24 horas, me voy a la cama. Bueno, antes pongo el aire acondicionado porque sino me sería imposible dormir y vivir. Reconozco y lo tengo muy claro, que mi talón de Aquiles es el puto calor y por eso me conservo medio refrigerado. Después en cama, sueño y doy muchas vueltas en la cama. En general, duermo bien. Pero claro habría que decir, que tengo ayudita y tomo religiosamente todas las noches, mi pastillita dormidera.
Y de nuevo, empieza el despertar de cada mañana y el abrir de ojos y bla, bla, blá...
Me aburro por aquí, me aburro por allá, haciendo esto o lo otro me aburro igualmente. O sea me aburro por los cuatro costados y me siento ...