Hay que leer más, hay que leer mucho más,
hay que ver, oír y nunca callar,
hay que ser ponderado,
hay que ser moderado (eso dicen),
hay que ser... tranquilo, apaciguado,
suave y tierno,
hay que ser amable, descarado, rebelde,
anacrónico, desordenado con orden,
antipático si la situación lo requiere,
mordaz y voraz,
luchador de lucha libre
y no tener piedad con los estúpidos...
hay que ser amigo de los amigos,
y a la vez, ser sanguinario con el enemigo
y nunca apaciguar lo inevitable
y nunca aplazar lo decidido,
hay que ser de muchas formas
y entonces ¿donde está el equilibrio?,
pues el equilibrio está desaparecido,
el equilibrio está escondido bajo la Alfombra de tu casa
y para redondear mi paranoia obsesiva compulsiva
el equilibrio está en ti mismo o en uno mismo
y si lo quieres ver y te mueres de interés...
te abres en dos
y al fondo y a mano derecha
(como los baños de los Bares)
Por cierto, Yo sabía mucho de los Bares,
yo era un sabio de los Bares, tengo hasta el doctorado
(que no me llena mucho de orgullo)
durante unos años fueron mis áreas de esparcimiento
y entretenimiento
y yo en un Bar era el puto amo
y de bar en bar y tiro porque me toca
y mi vida real (que nunca la soñada) eran mis noches,
le llamaban metafóricamente...
noches de movida, cuando en realidad
nos descosíamos a base de alcohol y de drogas
y a las 6 de la mañana éramos muñones de persona,
éramos un trozo de carne con ojos,
y las palabras nos salían en forma de extraños exabruptos irrepetibles,
es decir o estabas o estabas más
o estabas borracho
o lo estabas mucho más,
después cerraban la puerta del último chiringuito
y empezaba la procesión de los muertos vivientes
y sin velas y al puto sol de la mañana,
que nos quemaba los Iris y las Retinas
y si vamos a desayunar...siempre decía uno
y para prolongar un poco más tan larga la agonía
y ¿qué me tomo?
otra Cerveza
o que me pongan el desayuno como todo un señor a éstas horas de la mañana,
al final, caía otra Cerveza que sabía a Ron,
o a Ginebra de la peores cosechas,
total ¿qué importaba ya?
la cama, el mareo, la nausea, el barco, el vómito,
la lengua de estropajo, la mirada turbia y revuelta,
el espejo que siempre se movía, los ojos de metacrilato...
te esperaban todos juntos haciendo piña
y riéndose a carcajadas no disimuladas
se reían al unísono de tu puta cara de Payaso.
y las palabras nos salían en forma de extraños exabruptos irrepetibles,
es decir o estabas o estabas más
o estabas borracho
o lo estabas mucho más,
después cerraban la puerta del último chiringuiito
y empezaba la procesión de los muertos vivientes
y sin velas y al puto sol de la mañana,
que nos quemaba los Iris y las Retinas
y si vamos a desayunar...siempre decía uno
y para prolongar un poco más tan larga la agonía
y ¿qué me tomo?
otra Cerveza
o que me pongan el desayuno como todo un señor a éstas horas de la mañana,
al final, caía otra Cerveza que sabía a Ron,
o a Ginebra de la peores cosechas,
total ¿qué importaba ya?
la cama, el mareo, la nausea, el barco, el vómito,
la lengua de estropajo, la mirada turbia y revuelta,
el espejo que siempre se movía, los ojos de metacrilato...
te esperaban todos juntos haciendo piña
y riéndose a carcajadas no disimuladas
se reían al unísono de tu puta cara de Payaso.
hay que ver, oír y nunca callar,
hay que ser ponderado,
hay que ser moderado (eso dicen),
hay que ser... tranquilo, apaciguado,
suave y tierno,
hay que ser amable, descarado, rebelde,
anacrónico, desordenado con orden,
antipático si la situación lo requiere,
mordaz y voraz,
luchador de lucha libre
y no tener piedad con los estúpidos...
hay que ser amigo de los amigos,
y a la vez, ser sanguinario con el enemigo
y nunca apaciguar lo inevitable
y nunca aplazar lo decidido,
hay que ser de muchas formas
y entonces ¿donde está el equilibrio?,
pues el equilibrio está desaparecido,
el equilibrio está escondido bajo la Alfombra de tu casa
y para redondear mi paranoia obsesiva compulsiva
el equilibrio está en ti mismo o en uno mismo
y si lo quieres ver y te mueres de interés...
te abres en dos
y al fondo y a mano derecha
(como los baños de los Bares)
Por cierto, Yo sabía mucho de los Bares,
yo era un sabio de los Bares, tengo hasta el doctorado
(que no me llena mucho de orgullo)
durante unos años fueron mis áreas de esparcimiento
y entretenimiento
y yo en un Bar era el puto amo
y de bar en bar y tiro porque me toca
y mi vida real (que nunca la soñada) eran mis noches,
le llamaban metafóricamente...
noches de movida, cuando en realidad
nos descosíamos a base de alcohol y de drogas
y a las 6 de la mañana éramos muñones de persona,
éramos un trozo de carne con ojos,
y las palabras nos salían en forma de extraños exabruptos irrepetibles,
es decir o estabas o estabas más
o estabas borracho
o lo estabas mucho más,
después cerraban la puerta del último chiringuito
y empezaba la procesión de los muertos vivientes
y sin velas y al puto sol de la mañana,
que nos quemaba los Iris y las Retinas
y si vamos a desayunar...siempre decía uno
y para prolongar un poco más tan larga la agonía
y ¿qué me tomo?
otra Cerveza
o que me pongan el desayuno como todo un señor a éstas horas de la mañana,
al final, caía otra Cerveza que sabía a Ron,
o a Ginebra de la peores cosechas,
total ¿qué importaba ya?
la cama, el mareo, la nausea, el barco, el vómito,
la lengua de estropajo, la mirada turbia y revuelta,
el espejo que siempre se movía, los ojos de metacrilato...
te esperaban todos juntos haciendo piña
y riéndose a carcajadas no disimuladas
se reían al unísono de tu puta cara de Payaso.
y las palabras nos salían en forma de extraños exabruptos irrepetibles,
es decir o estabas o estabas más
o estabas borracho
o lo estabas mucho más,
después cerraban la puerta del último chiringuiito
y empezaba la procesión de los muertos vivientes
y sin velas y al puto sol de la mañana,
que nos quemaba los Iris y las Retinas
y si vamos a desayunar...siempre decía uno
y para prolongar un poco más tan larga la agonía
y ¿qué me tomo?
otra Cerveza
o que me pongan el desayuno como todo un señor a éstas horas de la mañana,
al final, caía otra Cerveza que sabía a Ron,
o a Ginebra de la peores cosechas,
total ¿qué importaba ya?
la cama, el mareo, la nausea, el barco, el vómito,
la lengua de estropajo, la mirada turbia y revuelta,
el espejo que siempre se movía, los ojos de metacrilato...
te esperaban todos juntos haciendo piña
y riéndose a carcajadas no disimuladas
se reían al unísono de tu puta cara de Payaso.