Que a veces estoy sembrado, lo sé y porque si entierro mi cabeza en la madre Tierra, salen patatas y tomates y de vez en cuando, un buen Pepino. Mi savia tiene la culpa, pues mis raíces son tan fuertes y extendidas, que por ellas va trepando la savia. Aunque en realidad, no soy de muchas raíces y de que me asiento en un sitio y de que ya nadie me saca. Soy más bien de raíces cambiantes y me gusta un sitio y me quedo y me gusta otro y me vuelvo a quedar. Soy un saltimbanqui o un nómada o soy el payaso del circo que continuamente cambia de sitio.

Yo en éste aspecto, a éste tipo de vida la divido en etapas y cada etapa es un década de años. Es decir hasta los 10 años de estar en un sitio, no me empiezo a preguntar si el sitio en que vivo me aburre o me produce hastío. O sea, que no me planteo la necesidad de hacer un cambio. Hasta los 10 años, sólo veo, observo y claro, participo (es imposible que alguien me calle). Es decir, disfruto de sus veleidades y de sus hermosuras y encantos, pues cada sitio tiene sus secretos y como dice la palabra, secretos, cuesta mucho encontrarlos.
Pero cuidado, que una vez abierto el melón, todo se precipita. Es decir, que cuesta abrirlo, pero una vez abierto los acontecimientos pueden ir a la velocidad del sonido y porque hay un punto en que se doblega la resistencia inicial. Por tanto de esos 10 años, te puedes pasar 8 años recogiendo datos y de repente al 9º año, se descubren todos los tesoros escondidos. Y en el 10º año, ya no paras de descubrir cosas y entonces, yo empiezo a hablar del fin de otra etapa. A mi me faltan dos años, para llegar ese punto de la historia y como he dicho y demostrado, me quedan los dos años más intensos y movidos o eso, espero..

Yo en éste aspecto, a éste tipo de vida la divido en etapas y cada etapa es un década de años. Es decir hasta los 10 años de estar en un sitio, no me empiezo a preguntar si el sitio en que vivo me aburre o me produce hastío. O sea, que no me planteo la necesidad de hacer un cambio. Hasta los 10 años, sólo veo, observo y claro, participo (es imposible que alguien me calle). Es decir, disfruto de sus veleidades y de sus hermosuras y encantos, pues cada sitio tiene sus secretos y como dice la palabra, secretos, cuesta mucho encontrarlos.
Pero cuidado, que una vez abierto el melón, todo se precipita. Es decir, que cuesta abrirlo, pero una vez abierto los acontecimientos pueden ir a la velocidad del sonido y porque hay un punto en que se doblega la resistencia inicial. Por tanto de esos 10 años, te puedes pasar 8 años recogiendo datos y de repente al 9º año, se descubren todos los tesoros escondidos. Y en el 10º año, ya no paras de descubrir cosas y entonces, yo empiezo a hablar del fin de otra etapa. A mi me faltan dos años, para llegar ese punto de la historia y como he dicho y demostrado, me quedan los dos años más intensos y movidos o eso, espero..