Día 30 de Agosto y a punto de que se acabe éste mes. Podía decir ¡por fin!, pero no me voy a dar el gusto de decirlo, porque pasa que a veces el mencionar determinada cosa denota que te tenían preocupado y tampoco era eso, pues yo sólo tenía ganas de que pasara éste mes y por plasta, empalagoso y caluroso. Yo sé perfectamente que tiene que haber meses buenos y meses malos y hasta tiene que haber alguno que sea amorfo o sea, un mes sin sal y sin savia y visto a toro casi pasado tampoco estuvo tan mal: fue un mes duro de trabajo, quizá con demasiada sangre, pero era como la crónica de una muerte anunciada y hasta las buitres con sus vuelos concéntricos indicaban que iba a haber salsa. Todo indicaba que iba a haber salsa y de la buena, de la que es roja y brillante, de la que huele a carne destrozada y a huesos catastróficos.
Entonces, sólo se ha cumplido lo anunciado, lo que tenía que ocurrir. A éstas alturas me resulta muy difícil no identificar el mes de Agosto con la sangre y si en ésta vida tenía que haber un mes sanguinario, pues ya lo tenemos delante, el mes de Agosto. Y Agosto es como los jueves con los días de la semana, siempre está en el medio y por tanto, el que tú lo veas medio lleno o medio vacío suele depender de como anteriormente te va la vida. Quiero decir, que no depende de lo que hagas ese mes, sino de los has hecho en los meses anteriores, porque en Agosto ¿qué puedes esperar?, ¿qué todo se ponga verde?, ¿qué florezcan los helechos?.
Agosto es un ejemplo más de un mes amorfo, que no depende de él y que depende de la inercia de los meses anteriores. ¿qué grandes hitos puedes hacer en Agosto?, ¿ir de mala gana a la playa?, ¿darte un baño a hurtadillas?, ¿comprar el pescado a triple de precio?, ¿sobrevivir entre masas de guiris?. Pues demos gracias al señor por seguir vivos y meneando la colita y ahora viene el mes de Septiembre y ahí, si que nos volveremos a ver las caras, porque Septiembre dentro de mi ideario político, es un mes profundamente productivo. Claro que yo siempre hablo de mis Septiembres gallegos, donde la lluvia es oro caído del cielo y la humedad es su caricia maravillosa.
Entonces, sólo se ha cumplido lo anunciado, lo que tenía que ocurrir. A éstas alturas me resulta muy difícil no identificar el mes de Agosto con la sangre y si en ésta vida tenía que haber un mes sanguinario, pues ya lo tenemos delante, el mes de Agosto. Y Agosto es como los jueves con los días de la semana, siempre está en el medio y por tanto, el que tú lo veas medio lleno o medio vacío suele depender de como anteriormente te va la vida. Quiero decir, que no depende de lo que hagas ese mes, sino de los has hecho en los meses anteriores, porque en Agosto ¿qué puedes esperar?, ¿qué todo se ponga verde?, ¿qué florezcan los helechos?.
Agosto es un ejemplo más de un mes amorfo, que no depende de él y que depende de la inercia de los meses anteriores. ¿qué grandes hitos puedes hacer en Agosto?, ¿ir de mala gana a la playa?, ¿darte un baño a hurtadillas?, ¿comprar el pescado a triple de precio?, ¿sobrevivir entre masas de guiris?. Pues demos gracias al señor por seguir vivos y meneando la colita y ahora viene el mes de Septiembre y ahí, si que nos volveremos a ver las caras, porque Septiembre dentro de mi ideario político, es un mes profundamente productivo. Claro que yo siempre hablo de mis Septiembres gallegos, donde la lluvia es oro caído del cielo y la humedad es su caricia maravillosa.