EL SEXO - Parte I (Relato)

Y porque no hablo de un tema que nunca toco y me refiero a hablar de sexo. No sé si no lo hablo porque me da reparo o es que estoy saturado con él. Lo primero que debo aclarar es que si hablo de esto me pierdo, me enciego y me pongo salido como un burro. Aclarado esto, puedo proseguir la disertación, que por cierto no sé a donde se dirige, pero aqui y ahora así está planteada. La sexualidad duele, por lo menos a mi me duele, ya que por mucho que digamos, su proceso nunca fué un proceso natural, siempre fué un estado forzado, aunque posteriormente se disfrazara como proceso natural. Me explico, nosotros recibimos una educación sexual castrada, una educación reprimida y eso no se supera de buenas a primeras. Los traumas que nos produjo están clavados como astillas en nuestro cerebro y el proceso de sacarlas es largo, muy largo, además de sufrido. Haber si pensamos que con echar el primer polvo se acabaron los traumas, el polvo lo habremos echado, pero las traumas sólo los hemos aplazado.

        Es tema delicado y en el que existen demasiadas losas, losas en forma de prejuicios y losas en forma de desconocimientos. Yo al fin y al cabo, no pretendo con éstas letras hacer un manual práctico de sexología, empezando porque yo reconozco que no tengo ni puta idea del tema y siguiendo que yo sólo me baso en mi experiencia propia, la cual tuvo unos tiempos de abundancia y quizá demasiada, pero como se dice que me quiten lo bailado, pues yo pienso que más vale pasarse de largo que quedarse corto. De esas buenas épocas recuerdo que me costó entrar en el sexo, en el sexo en sí, en el sexo por sexo, pero una vez que entré me costó encontrar la puerta de salida. Tiempos de promiscuidad, tiempos de follar por follar, de follar sin aditivos, sin florituras, sin palabras de amor y sin compromisos presentes ni futuros.

         La pena de todo éste tema es que en mi caso siempre o casi siempre estuviera mezclado con la priva o por lo menos a partir de los 25 años. En casi todas las situaciones de sexo fueron en medio de noches pantagruélicas, noches de dispendio, noches de alcohol a espuertas. Y como siempre al principio el alcohol juega su papel desinhibidor, para más tarde pasarte la factura con recargo y con intereses. Así al paso de los años, lo que era estimulante, se convierte en adormidera, en anestésico del sexo y ahí, es cuando empiezas a no entender nada. porque ahora es fácil decirlo, es demasiado fácil, pero en el momento del problema, llegar a ésta conclusión es fuerte y doloroso. Se tarda mucho tiempo en enterarse de que va la película y es más, cuando ya sabes de que va, estás tan amoldado a vivir en un ambiente tóxico o sea de priva, que lo más difícil es salir de él, de ese ambiente. Además que el alcohol degrada y deprime y como deprime, pues tú cuerpo poco a poco se va alterando y detrás le sigue tú cerebro, y al final, si no sales, llegas a ser un despojo humano.

         Además llegas a un punto en el que ya no te gustas, no te gustas fisicamente, ni te gustas el como eres. Pues es verdad que vas perdiendo el norte y cuanto más perdido te encuentras, más buscas ya no el sexo, buscas un poco de comprensión, compasión y cariño, pero como vas como un alma en pena, sólo recibes hostias. Normal si lo pienso ahora, si me pongo a pensar que me entra una tía completamente borracha y ¿cual va a ser mi reacción?, pues lo siento, pero va a ser la misma que me daban a mi en aquellos tiempos, o sea el repudiar a esa persona. Y es que no hay nada más duro en ésta vida de perros, que demandar compasión como un animal herido y sólo recibir hostia tras hostia. Es curioso el funcionamiento del cerebro y lo es porque ésta parte que estoy recordando es una parte que tengo olvidada o más bien que siempre quiero olvidar, y ya veis que no lo consigo, y en cambio lo que siempre recuerdo fueron los brillantes años, que fueron bastantes, de disfrutar del sexo.

         Yo me acuerdo de la primera orgía que viví. Sí, antes se hacían orgías, aunque no eran orgías propiamente dichas, eran folleteos en grupo, pues cada uno se iba con su pareja de sexo o como mucho se iba cambiando alguna vez de pareja. Pero el caso es que se quedaba en grupo y sólo para follar. Pues la primera vez no me jalé rosca, todos fueron como buitres a por su pareja de sexo y yo me quedé a dos velas, además porque la orgía se hacía en micasa y estaba acojonado. La siguiente vez, yo ya era el amo del mundo, estaba en la primera fila y era el alumno más aventajado yh por supuesto en mi casa nada de nada. En el sexo si no eres atrevido no te comes ni una rosca (reflexión Aristotélica). Después hubo alguna que otra bacanal más, alguna bacanal esporádica, como decía el otro, una vez al año no hace daño. Pero con el paso del tiempo fueron a menos y ya el sexo lo hacía siempre en pareja.

         Y aquí entra otra reflexión, la relación de sexo y de pareja. Yo en éstos terrenos me dejaba querer, como no era un tío feo, ni era un malaje, pues las tías se me acercaban. Y Yo me dejaba llevar a la cama y después a follar como un loco, vamos como se folla cuando se es joven, tampoco hay que echarse faroles. Lo malo del tema es que me dejaba llevar en la noche y yo ahí aún ponía un punto de iniciativa, pero también me dejaba llevar posteriormente, o sea si la tía quería volver a quedar yo no ponía ningún reparo y así una vez tras otra, hasta sin darme cuenta estaba en el medio de una relación estable o relación de pareja. Y aquí me entraba la pájara, me acojonaba y tragaba saliva como un imbécil, pues yo lo último que quería, en aquella época y ahora (esto es una cuña publicitaria), era una relación estable. Claro que éstas situaciones forzadas llegaban a un punto en que explotaban y ahí, por fin, se jodía el invento. Y la verdad que no tengo argumentos que puedan sostener la postura que tomaba, es más no los tengo y aún no los encuentro. Quizá fuera simplemente comodidad, pues en el fondo a mi me resultaba demasiado fácil, sólo tenía que esperar que después de una vendría la siguiente. Suena como suena, pero es lo que pienso, comodidad malsana o por lo menso comodidad que traería sus consecuencias.

       Ahí en esos tiempos me hice especialista en provocar situaciones. O sea como era un cobarde de mierda, yo no era capaz de dejar las relaciones, entonces adaptaba la táctica de provocarlas. Es como el que por cualquier causa se quiere ir de casa, para irse al bar, por ejemplo, entonces provoca situaciones con la parienta en se hagan de por sí insostenibles y en el que te vaeas obligadio a irte de casda, o sea a irte dando un buen portazo. Y yo a base de pasar sobre la relación, llegaba un momento en que la otra persona se desquiciaba y entonces dejaba la relación y yo como buen cabrón que  era y que sigo siendo (eso no tiene curación) más contento que un ocho. después sólo tocaba esperar a que viniera la siguiente. Así me desenvolvía en medio de la selva y si me tuviera que identificar cion un animal, no sería ni el León, ni el Tigre, ni una Pantera, sería el Chacal de la selva.

        Y ya para concluir éste primera entrega, que versa sobre el sexo, yo sé que el sexo no es sólo folleteo, lo aprendí por propia experiencia y más tarde me educaron en ello,( y éste es otro tema a tratar), pero no me educaron tan bien o es que soy un maleducado referente al sexo, pues en éstos momentos si pienso en el sexo, sólo me viene a la cabeza el echar un buen polvo. Y esto lo digo porque así lo siento. No hay más.

DÍAS MALDITOS (Poema)

Al poner un pie en la fría baldosa,
y al hacer el movimiento de levantarme,
yo ya sé si el día va a ser propicio
o si los astros me van a acompañar,
y si me darán suerte y dispendio,
y si al anochecer podré cerrar los ojos en paz.

Lo siento en mis gestos,
en mi salutaciones,
y en mi mirada ante el espejo.
  Y es que en mis pasos, aún lo noto más,
  el caminar se hace inseguro y trastabillado,
y los ojos se quedan fijos mirando el suelo,
y el cerebro se convierte
en una taza de chocolate espeso .

No pretendo sentar cátedra de nada,
ni pretendo dar leciones magistrales,
no es mi intención, ni de lejos,
sólo planteo que hay días en que la duda,
crece como crece una enredadera.

Son días de malos presagios,
o de malos augurios,
son días de cuervos negros,
 de cuervos que vuelan dando vueltas,
alrededor de tú cabeza,
son días de nubes borrascosas,
de ambientes espesos, cargados,
ambientes cercanos al desespero,
y eso se nota,
y se nota tanto,
que enturbian, aún más, mi cerebro.

No existe antídoto, ni magia negra,
que rompa el hechizo,
ni vale el cambiar los muebles de sitio,
ni pintarte las uñas de color rojo,
ni lavarte la cara con ácido sulfúrico,
ni siquiera vale cambiarte de acera,
no hay solución para éste entuerto,
no la hay ahora, ni la habrá nunca.

En los días de densa niebla,
como son estos días,
hay que buscar los claroscuros de la vida,
los fogonazos de luz,
los instantes fugaces,
los momentos de clarividencia,
y borrar esos días del calendario,
borrar, tachar y emborronar,
no hay ningún secreto más,
dejar sólo, que simplemente pasen,
que pasen esos días malditos.

AIRE (Poema)

Cuantos intentos de escribir algo,
algo que me sirva de algo,
algo que no acabe en la papelera,
algo que me guste,
y algo que me encante.


Empiezo, pero me quedo en blanco,
y absorto pensando en lo que pudo ser,
pero aquí estoy yo,
y sigo atento a los acontecimientos,
esperando el momento de que se abra la veda,
a ese instante que marca el punto de salida.

Cuando no puedo, no puedo,
pues me atasco con una letra,
y me pierdo en el medio de una frase,
y de nuevo
me quedo en tierra de nadie,
yo entre los dos frentes,
y me rozan las balas,
me salpica la metralla,
y sin miedo piso las granadas,
yo soy consciente del peligro,
pero el peligro es mi estímulo,
es mi energía en la vida,
y es lo que me carga las baterías

No son quejas,
son hechos y realidades,
y son, por tanto, callejones sin salida,
o son crucigramas sin resolver,
o son deseos frustrados.

Aún así, me encanta escribir,
me llena y me emociona,
me traslada y me estimula,
porque yo disfruto escribiendo letras,
aunque a veces no tengan un sentido,
ni un orden, ni un objetivo,
pero al verlas ahí puestas,
y vestidas con sus mejores galas,
todas ellas guapas y coquetas,
por lo menos tengo la obligación,
y el deber, de tener que piropearlas.

Me cuesta subir la cuesta, me cuesta,
cuando cojo carrerlla,
ya pienso que voy por el buen camino,
y cuando me equivoco,
y cuando caigo de nuevo,
 me quedo en estado perplejo,
y me quedo como una estatua.

El aire que respiro,
es aire usado y gastado,
es aire con burbujas, y es un aire muy viciado.
necesito aire oxigenado,
aire rico en moléculas de oxígeno,
aire de la montaña, aire fresco,
aire de manantial y aire de la sierra.
Necesito aire,
y ese aire sólo me lo dan las letras.

LA PUNTA DE UN ICEBERG

 Ahora todo es más difícil los reflejos van pidiendo un descanso los tendones se relajan y contraen menos y peor que antes la vista pide aux...