Fue el demonio quien me lo dijo,
y me lo dijo un día del mes de Enero,
en un día frío y húmedo,
un día en el que sol no encendió su caldera,
y en que los árboles eran estalatitas caídas del cielo,
y si mi memoria no falla,
yo podré contar ésta historia,
pues estaba allí ,
en aquel momento y en aquel instante,
y por tanto, fuí testigo de ella..
Ese día, oscuro y negro,
se sitúa en los principios de los tiempos,
en esos días en que todo era noche,
y la única vida que existía,
eran larvas que se arrastraban,
y allí estaba yo, sólo yo,
y yo sólo en medio de la nada.
El demonio lucía una túnica gris marrón,
y un tanto sucia y deshilachada,
y su voz era el ronquido de un león,
y emitía un fuerte olor dulzón,
un olor entre agrio y amargo,
y sus dientes estaban teñidos de sangre,
sangre de cáliz demoníaco.
Ese día yo me enamoré del demonio,
le vi esos ojos saltones llenos de venas,
y ese rabo tan peludo y largo,
que me quedé colgado como un murciélago,
mi fiera, mi diablillo, mi pantera,
y ese fuego que salía por su boca,
y ese color rojo de su cuerpo,
y sus curvas insinuantes,
ay mi diablo, mi satán, mi tesoro,
que enamorado me he quedado.
Así fue como nació el amor entre nosotros,
fue un amor a primera vista,
un amor loco, un amor ciego,
y sobre todo, un amor auténtico,
y desde ese día,
y a la hora del aperitivo,
paseamos juntos,
siempre juntos y cogidos de la mano.
y me lo dijo un día del mes de Enero,
en un día frío y húmedo,
un día en el que sol no encendió su caldera,
y en que los árboles eran estalatitas caídas del cielo,
y si mi memoria no falla,
yo podré contar ésta historia,
pues estaba allí ,
en aquel momento y en aquel instante,
y por tanto, fuí testigo de ella..
Ese día, oscuro y negro,
se sitúa en los principios de los tiempos,
en esos días en que todo era noche,
y la única vida que existía,
eran larvas que se arrastraban,
y allí estaba yo, sólo yo,
y yo sólo en medio de la nada.
El demonio lucía una túnica gris marrón,
y un tanto sucia y deshilachada,
y su voz era el ronquido de un león,
y emitía un fuerte olor dulzón,
un olor entre agrio y amargo,
y sus dientes estaban teñidos de sangre,
sangre de cáliz demoníaco.
Ese día yo me enamoré del demonio,
le vi esos ojos saltones llenos de venas,
y ese rabo tan peludo y largo,
que me quedé colgado como un murciélago,
mi fiera, mi diablillo, mi pantera,
y ese fuego que salía por su boca,
y ese color rojo de su cuerpo,
y sus curvas insinuantes,
ay mi diablo, mi satán, mi tesoro,
que enamorado me he quedado.
Así fue como nació el amor entre nosotros,
fue un amor a primera vista,
un amor loco, un amor ciego,
y sobre todo, un amor auténtico,
y desde ese día,
y a la hora del aperitivo,
paseamos juntos,
siempre juntos y cogidos de la mano.