Y ¿QUIÉN SABE?

 

No todo se puede contar......no todo,
no todo se puede decir......no todo pero casi,
y porque siempre hay algo más
o hubo o habrá...

Y ¿quién sabe?
quién sabe lo que ocurrió aquél día,
porqué justo en aquella hora y en aquél minuto,
porqué fue allí y en aquél sitio
porqué las paredes me han convertido en demente
porqué no tengo llaves, ni puertas,
ni porqué en el atardecer llueve suavemente.

Yo soy de materia opaca pero no oscura, ni negra,
yo tengo los ojos verdes y el alma fluorescente,
yo soy esa rana que salta de charco en charco...,
por mis arterias corren ríos de adrenalina
y mis venas son avenidas por donde discurre la vida...

LA MALDICIÓN (Alfonso Brezmes)

 

LA MALDICIÓN

Que te pierdas en un bosque.

Que tardes

muchas veces

muchos años

en dar con la salida.

Y que cuando logres escapar,

y me busques,

y no me encuentres,

comprendas al fin

que tú eras el amor,

y yo, el bosque.



YO PRONUNCIO TU NOMBRE (Federico García Lorca)


Yo pronuncio tu nombre
en las noches oscuras,
cuando vienen los astros
a beber en la luna
y duermen los ramajes
de las frondas ocultas.
Y yo me siento hueco
de pasión y de música.
Loco reloj que canta
muertas horas antiguas.


Yo pronuncio tu nombre,
en esta noche oscura,
y tu nombre me suena
más lejano que nunca.
Más lejano que todas las estrellas
y más doliente que la mansa lluvia.


¿Te querré como entonces
alguna vez? ¿Qué culpa
tiene mi corazón?
Si la niebla se esfuma,
¿qué otra pasión me espera?
¿Será tranquila y pura?
¡¡Si mis dedos pudieran
deshojar a la luna!!

ANGELUS (Mario Benedetti)

ANGELUS

Quién me iba a decir que el destino era esto.

Ver la lluvia a través de letras invertidas,
un paredón con manchas que parecen pronombres,
el techo de los ómnibus brillantes como peces
y esa melancolía que impregna las bocinas.

Aquí no hay cielo,
aquí no hay horizonte.

Hay una mesa grande para todos los brazos
y una silla que gira cuando quiero escaparme.
Otro día se acaba y el destino era eso.

Es raro que uno tenga tiempo de verse triste:
siempre suena una orden, un teléfono, un timbre,
y, claro, está prohibido llorar sobre los libros
porque no queda bien que la tinta se corra.

PREFIERO...


 Prefiero estirarme

y poder tocar lo que puedo.

Prefiero la  sensibilidad a flor de piel

que todos los paraísos que me quieras vender.

Prefiro lo cercano y aunque que sea poco

que lo mucho y sólo al alcance de los dioses.

EL SILENCIO (Federico García Lorca)


EL SILENCIO

Oye, hijo mío, el silencio.
Es un silencio ondulado,
un silencio,
donde resbalan valles y ecos
y que inclina las frentes
hacia el suelo.

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...