Mirar, yo calibro los movimientos de los más cercanos (cosa que tampoco tiene ningún mérito, pues estoy seguro que todos de alguna manera, lo hacemos). Pero volvamos al caso que me atañe y que antes, hace ya cada vez más tiempo, me quitaba horas de sueño y de bienestar. Y digo que me quitaba y eso significa que ya no me las quita. Por tanto puedo y reclamo declararme como otro estado independiente, pero eso sí, sin fronteras, banderas y ejército patriótico cargado de armas mortales (para mortal, estoy yo). Yo me declaro independiente y emancipado, me siento libre de cargas y de malos rollos. Se acabó la venganza o el odio o el resentimiento y mi bandera figurativa será blanca y llevará la palabra Paz escrita en el aire. Estoy en período de Paz conmigo mismo y creo que ya puedo volver a decir, que hacia los demás.
Claro que nunca sabré hasta donde durará mi Paz interior, porque de momento va por muy buen camino, pero siempre puede haber un cruce de cables que pueda alterar mi estado de conciencia actual. Por ejemplo: Yo mientras viva dentro de mi silencio cavernícola y que algunos o algunas (sobre todo, alguna) me dejen vivir en mi paz y no se dirijan a mi y no intenten decirme que es lo que tengo que recordar y como lo tengo que recordar...pues pasa que como se ve, voy entrando por la senda de la Paz y la concordia.
Y agradezco su silencio y agradezco que no se asome por las redes sociales. Y todo porque no me gustaría ponerle de baja definitivamente. Supongo que en el fondo queda algo de poso y que eso me lleva a querer saber por donde anda (por eso no me doy de baja definitiva), pero ahora no, ahora no quiero saber nada más de ella y hasta nueva orden. ¿Sabéis lo que es la calma después del temporal?...pues en esa calma ahora estoy instalado y quiero disfrutar de ella hasta su final. Los palos duelen, pero una vez pasado ese proceso de dolor, viene el silencio sin dolor (no sientes, ni padeces) y además, vivir en ese silencio de camposanto me ayuda a entrar en una especie de estado de contemplación que me hace ser insensible a lo que hasta hace un poco me hacía daño. Yo me curo de ésta forma y otros no, pero yo no soy el otro, ni soy el reflejo de nadie.
Que nadie se engañe, yo soy un capullo integral que caigo en las redes de alguien con una facilidad pasmosa. Vale hasta ahí, estamos de acuerdo. Pero a partir de ahí, ya no. Porque una vez que rompen mis fibras más sensibles por dentro, yo no cicatrizo tan fácilmente, es más me hipertrofio y la herida se va haciendo más grande. Herida sangrante, que se dice y que no cura por primera intención. Pero cuando se me activan todos los componentes de la cicatrización y además lo hacen en cascada continua, ya no hay quién me pare. Y entonces y en ese preciso momento, declaro a todo éste proceso, como "caso cerrado". Las cosas duelen, pero está claro que duelen menos sino las vemos, ni las escuchamos, ni sabemos nada más de ellas y entonces, las declaramos como desaparecidas y entonces aún duelen menos.