EPÍLOGO
Perdí a los amigos que tenía que perder,
a unos los perdí porque quise y porque puse todo mi empeño,
y a otros los perdí porque se fueron alejando de mi,
pero al final... igualmente los perdí
y salvo uno,
al que siempre quise y querré,
y salvo dos, que quise y dejé de querer,
y salvo otros tres,
que no quise pero hice que quise
y porque no sabía lo que tenía que querer...
Resultado final,
no tengo amigos o casi,
tengo recuerdos que nunca fueron olvidados,
tengo momentos ilustres enmarcados,
tengo historias y cuentos que pocos podían contar.
Epílogo:
no tengo amigos
y esto lo digo en condiciones óptimas
y en plenas facultades mentales...
y entonces,
todo consiste en saber gestionar mi soledad
y ahí es donde se encuentra el truco final.
SE ACABÓ EL JUEGO (Ingeborg Bachmann)
SE ACABÓ EL JUEGO
Mi querido hermano, ¿cuándo construimos una balsa
y vamos cielo abajo?
Mi querido hermano, pronto la pesada carga
hará que nos hundamos.
Mi querido hermano, trazamos sobre el papel
países y vías de trenes.
Ten cuidado, aquí, junto a las líneas negras
volarás por los aires con las minas.
Querido hermano, entonces quiero estar atada
al mástil y gritar en voz alta.
Pero tú saldrás a caballo del valle de la muerte
y los dos huiremos juntos.
Despiertos entre gitanos y en desierto,
la arena nos cae de los cabellos,
tu edad, mi edad y la edad del mundo
no pueden medirse con los años.
Que ni los cuervos astutos, ni los pies de las arañas
te engañen, ni la pluma en el seto,
tampoco bebas ni comas en el país de Jauja,
es pura apariencia la espuma en los jarros.
Sólo gana quien en el puente de oro aún sabe
la palabra para el hada rutilante.
Debo decirte que se deshizo al derretirse
en el jardín la última nieve.
De muchas, muchas piedras están nuestros pies lastimados.
Se cura uno. Con él saltaremos
hasta que el rey niño, con la llave de su reino en la boca,
nos venga a buscar y cantaremos:
¡Es una época feliz cuando brota el hueso del dátil!
Todo el que cae tiene alas.
La dedalera roja borda la mortaja de los pobres
y tu carta de corazones se hunde en mi sello.
Hay que ir a dormir, mi amor, se acabó el juego.
De puntillas. Los camisones blancos se hinchan.
Padre y madre dirán que hay fantasmas en la casa,
cuando intercambiemos nuestros alientos.
Ingeborg Bachmann
ES DECIR
Hace un tiempo no tan lejano
yo era otro,
mejor dicho era el mismo bajo otro aspecto
o bajo otro caparazón distinto
quizá más resbaladizo
con apariencia de duro,
pero en realidad, de tacto blando,
que no pringoso ni grimoso,
blando,
simplemente más blando que ahora.
Es decir,
lo que yo quiero decir
es que no hace falta revolcarse en el lodo
y para vanagloriarse uno
con que has resurgido de las putas cenizas
y como ave fénix.
Primero, porque yo no he resurgido de nada
y segundo, que importa lo que hayas hecho
sí lo que importa son los hechos de ahora.
Lo que importa es que ahora estés bien,
pero no a base de auto engaños
y de lo mierda, que eras antes
y de lo superman y bueno que eres ahora.
MIENTRAS AHÍ AFUERA
Al final sé que partiré de ésta vida hacia el horizonte más lejano,
sé que dejaré mi cuerpo hueco y sin pulmones,
sé que me caerán los dedos, brazos y piernas,
sé que los gusanos comerán mis tripas en una puta orgía,
sé que mis huesos quedarán limpios de carne y grasa,
y sé que llegará el viento del norte
y esparcirá mis cenizas por todos los rincones.
Llegaré adonde nunca he llegado,
me colaré por rendijas y resquicios,
seré átomo
seré molécula
seré parte del viento
y seré uno más dentro de una historia interminable.
Mientras ahí afuera,
la vida y la tierra
seguirán dando vueltas y más vueltas.
DEL AYER
ALGUNOS...
De momento aún tengo dos pulmones
y un corazón que no me cabe dentro.
De momento mi estómago sigue río abajo,
aunque hay veces que se estanca y regurgita en llamas.
De momento me voy salvando por los pelos,
pero el día en que meta más la pata,
algunos reclamarán venganza
y seré juzgado como poeta frustrado.
¡Menudo mierda de poeta!...dirán esos algunos.
Algunos no perdonan
algunos no entienden que en su propio jardín
pueden crecer las malas hierbas.
Algunos van de divos y de pequeños dioses,
como si mearan colonia
como si cagaran coliflores
como si se enamoraran del tío que tienen frente al espejo,
claro que esos algunos no alcanzan a comprender
que hay más mundos fuera de su puto ombligo.










