
Lo hecho, significa que está decicido de antemano y si no está decidido previamente, lo harás la próxima vez. O eso se supone y digo que se supone, porque los humanos somos los únicos animales que podemos tropezar dos o tres o más veces, con la misma puta piedra. Yo he tropezado hasta cien veces con la misma piedra y lo único que he aprendido a lo largo del tiempo, es a caer mejor que las otras veces. Pero aún así y todo, tengo mis rodillas doloridas y un poco inflamadas. Ahora y hablando de otro asunto, el tiempo pasa a la velocidad del sonido y no hay forma de poder parar su maquinaria. Se suceden los días y las noches y los meses y las estaciones y las mañanas y tardes. A veces digo, ayer y fue hace una semana o hace 2 años y fue hace 8 años. Es triste tener que comprobar que la rueda del tiempo es imposible de parar y que además, no hay forma de volver atrás. Una foto, una simple foto, te hace volver a la realidad ipsofacto y además, lo hace con toda su inhumana crueldad y porque es un hecho objectivo, el que hace 20 años estabas más delgado, tenías la piel tersa y más joven, el pelo nadaba en la abundancia, ni había ojeras ni bolsas de piel colgantes. En fin, que hace 20 años eras otro o eras el mismo pero con otro cuerpo.
¿Obsesión por ser y sentirme joven?...Pues creo que no. De todo esto, lo que a mí me duele con más fuerza, es que no pueda hacer las mismas cosas que antes. Me duele en el plano físico, en que no pueda correr como antes o andar o follar con la misma intensidad que antes lo hacía. En el plano psíquico, cambia la cosa, pues ahora me veo más estable, más tranquilo conmigo mismo, mucho menos amargado, quizá y como punto negativo (aunque yo no lo aprecie como punto negativo) muchísimo menos sociable. Ahora me encuentro tan bien solo, que no tengo esa necesidad de tener que socializar con los demás. Ahora voy por libre y si por casualidad, me encuentro con alguien que me atrae (atraer, de la manera que sea)...pues simplemente me dejo llevar por los acontecimientos y por los sentimientos y dios dirá lo que pasará al día siguiente.
Hoy en día mis prisas van por otros derroteros. Y tengo prisa por sentir, por pensar y por escribir toda la historia de mis pensamientos y recuerdos. He dejado de tener prisa por el amor o por follar o por sentirme lider de algo o de alguna historia. Ahora, vivo dentro de mi propia clandestinidad y es que hay días en que no me reconozco ni yo mismo. Me escondo tanto del mundo que me rodea, que hasta hay veces en que me siento un extraño ermitaño.