MEADA Y ¿QUIÉN FUE?


 Así somos los hombres. Y que pena me dan. Y yo me incluyo.

MAFALDA


 

ME ENCANTA...


 

Y POR LA MAÑANA... SOY OTRO



Sí...

a veces me siento perro verde

con lengua de trapo

y acento extranjero en medio de un sueño.


A veces 

me siento raro o muy raro

y colecciono malos rollos

y peores historias.


Claro

que lo malo dura

pero también se acaba

y pasado ese mal trago

vienen las vistas al horizonte

planifico con detalle

doy los pasos adecuados

y me lanzó al vacío

que me brinda la noche.


Y por la mañana...

soy otro.

A VECES...

 

A veces

soy yo el que besa

a la soledad en los labios.


Trato de compensarla.


Con un beso

le muestro mi agradecimiento

por hacerme tan cálida compañía.


No me siento sólo

en éste maldito mundo.

He tenido amigos por doquier

y ahora, son espectros del ayer

y puede que alguno

me quede dentro de la chistera

pero me temo...que no,

que sólo quedan restos de momentos inolvidables.


Lo mío es demasiado destructivo

para ser comprendido.

El olor de la gasolina (Juan José Millás)

 

El olor de la gasolina

De pequeño había oído hablar muchas veces de la Sierra de Madrid. Algunos de mis compañeros la conocían, y la gente con dinero presumía de tener una casa en Cercedilla. Yo guardaba frente a estos comentarios la perplejidad muda de los niños cuando no entienden una cosa. Una sierra era una herramienta de trabajo. En casa había dos, una para la madera y otra para el hierro. Aprendí a serrar pronto, pues en aquella época hacíamos mucho bricolaje, aunque entonces no se llamaba así. No se llamaba de ningún modo. Si había que arreglar una puerta, cogías la sierra, cortabas por lo sano y punto. Un día mi padre se compró una Vespa. Yo no tardé en descubrirle el tapón del depósito de la gasolina, que se encontraba debajo del asiento. Se parecía a los tapones de las botellas de gaseosa, sólo que al abrirlo salía un olor que a mí me volvía loco. Entonces no sabía que tenía propiedades estupefacientes. Todavía no estoy seguro. En cualquier caso, conmigo operaba de ese modo.
En el verano, después de comer, cuando mis padres se echaban la siesta, yo iba al parking donde estaba aparcada la Vespa y asomaba las narices al depósito. Podía estar horas absorbiendo aquellos efluvios que ponían mi imaginación a cien. No era raro que bajo sus efectos imaginara que teníamos una casa en la Sierra en lugar de dos sierras en casa.
Por alguna razón que ahora no recuerdo, un día nos quedamos solos mi padre y yo. Debía de ser julio o agosto. Yo acababa de darme una dosis de gasolina y estaba en el sofá, con los ojos cerrados, presa de una ensoñación. Entonces vino mi padre y dijo:
-Nos vamos a la Sierra.
-¿Qué?
-Que nos vamos a la sierra tú y yo ahora mismo, a pasar la tarde.
Dicho y hecho. Nos montamos en la moto y después de una hora o así el paisaje dio un brusco cambio y se convirtió en un decorado. Mi padre me paseó por aquel escenario gigantesco, donde había una roca terrible y lejana, llamada La mujer muerta, y me invitó a una Coca-Cola, que en España acababa de ser comercializada. Luego, cuando empezó a atardecer, iniciamos el regreso. En esto, mi padre detuvo la moto en la cuneta y me pidió que me fijara en la luz.
-Fíjate en esta luz. Ahora mismo no es de día ni de noche. Éste es el momento de mayor incertidumbre del día. Puede pasar cualquier cosa.
Nos quedamos quietos, en silencio, conteniendo la respiración, pero no ocurrió nada. El sol cayó unos metros más y el atardecer se convirtió en noche pura y dura.
-Ya ha pasado el peligro -dijo mi padre-. Vamos.
Dio una patada al pedal de arranque, rugió el motor de la Vespa y cuando ya estábamos a punto de montarnos añadió:
-Dentro de muchos años, cuando tú seas una persona mayor y yo ya no esté entre vosotros, tendrás tu propio coche y pasarás por este paisaje más de una vez. Es posible que en alguna ocasión pases a esta misma hora y recuerdes este día en el que tú y yo vinimos juntos a la Sierra. Si es así, detén el automóvil un instante y permanece atento a lo que sucede en el aire: si ves pasar un pájaro negro, ese pájaro negro seré yo.
Me quedé impresionado con el suceso, que en mi memoria quedó asociado a las fantasías provocadas por el olor de la gasolina. Mi padre había dicho: 'Este es el momento de mayor incertidumbre del día'. No sé si fue la primera vez que oí esta palabra, incertidumbre, pero fue la primera vez que me estremeció. Su sabor es idéntico al de esa hora en la que la tarde no es carne ni pescado y puede sucederte cualquier cosa. Su compañera, certidumbre, no es mucho más tranquilizadora.
Olvidé la historia. Pero hace poco regresaba del norte de España en coche y pasé por la Sierra justo en el momento en el que la tarde parecía dudar entre resistir o entregarse a las fuerzas de la noche. Podía, en efecto, suceder cualquier cosa. Detuve el automóvil en el arcén y salí a la carretera con los pelos de punta. Había un silencio que debía de ser el silencio que precedió a los segundos anteriores a la Creación. Entonces, algo se movió a mi izquierda y de repente un pájaro negro atravesó la carretera y se perdió en la oscuridad, que parecía avanzar desde el horizonte. Entré en el coche y lloré como no había llorado cuando murió mi padre. Esta historia es falsa del principio al fin, pero habría sido hermoso que sucediera.

COSAS QUE PASAN


"A veces lo mejor, es cambiar de idea y si hace falta, habrá que hacer alianzas hasta con el enemigo"
 

94. «El francotirador», de Liam O'Flaherty

Led Zeppelin - Stairway to Heaven LIVE (Lyrics) HD+

Knockin' On Heaven's Door

"COMPAÑERO DE LUCHA"


Yo sé lo que le dura la ideología a algunos que hasta hace dos días te decían: "somos compañeros de lucha". Pues primero, no somos compañeros de nada y segundo, cada uno tiene su propia lucha y en algunos cosas tenemos puntos comunes...pero ya me entiendes, yo no creo en lo que tú me dices. Hace tiempo que he dejado de creer en los que venden cortinas de humo. Yo sabía que tarde o temprano te romperías de nuevo y vuelta a las andadas y a los malos rollos y porque tu ideología llamada de izquierdas es la que tenía tu parienta y una vez que ésta ha desaparecido (y lo siento mucho) se ha llevado con ella el pilar que te sujetaba y te mantenía de pie. Ahora y estoy seguro de ello, estarás deprimido y hundido (y que conste que no me alegro por ello), andarás pidiendo pasta que nunca devolverás y para ponerte hasta el culo de droga. Así, si que te veo y no como "compañero de lucha". Y la pregunta del millón es... ¿y donde está ahora tu lucha?

PAUSA Y SOSIEGO

 


Coge pausa y coge aire

y no tragues con nada que no tengas que tragar

ni te llenes los poros de ansiedad

mantén calma y aplomo, 

saluda al tendido

con un ¡buenos días!

sacude tu cerebro

para sacudir malas ideas

y estornuda

sí...estornuda con fuerza

y así despertarás al diafragma

y a los músculos intercostales,

que para eso, están,

para que puedas respirar

y a la vez, 

para que te puedas sosegar.


NOTA BIOGRÁFICA (Rocío Acebal Doval). Blog "Rua das Pretas"





NOTA BIOGRÁFICA

 

Yo nací -comprendedme-
en tiempo de internet y construcciones.
En la televisión contaban el milagro:
un nuevo mundo unido por la red,
una Europa inclusiva y una paz
-neoliberal- perpetua.

A mis pies se ofrecía un futuro tranquilo
de puertos cada vez más resguardados,
de campos fértiles y cielos limpios:
un camino dispuesto para el éxito.

Yo nací -comprendedme   y quizá
consigáis perdonarme-   un instante
antes de la tormenta, abocada
a ver desde la cuna el hundimiento
y vivir aferrada a los tablones:
náufraga del progreso.

99 DÍAS Y 99 NOCHES

 


Será el tiempo el que me diga...
¡para!,
por dios para....que aún estás a tiempo de parar,
que mientras uno decrece y la vez se encoje...
la hierba crece insomne sin poder descansar
que mientras tú respiras...
la luna se posa sobre los oscuros senderos de la eternidad,
que mientras tú me quieres...
yo palpito como una hoja llena de ansiedad
y es que no sé estar... ni parar...
me puede al alma y la vida.
Atrás he dejado mis fardos de angustia vital,
delante tengo a la muerte vestida de negro
y de momento...no me ha dicho nada,
pero sé que me dirá
te quedan 100 días y 100 noches
y hoy mi querido Bruno
empieza el destiempo
y mañana serán 99 días y 99 noches.

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...